TEATRO: Notables actuaciones en "La música del viento"

De cómo lidiar con lo distinto

"La música del viento". Dramaturgia y dirección: Merceditas Elordi. Asistente de dirección: Lucía Cibini. Escenografía e iluminación. Edgardo Aguilar. Actores: Patricio Paz y Sofía González. En el teatro Patio de Actores (Lerma 568).

En algún lugar de la Puna jujeña nació el amor. Dos seres -Julia y Pedro-, en principio bien opuestos, quedan atrapados en el desierto y deben convivir a la fuerza. Ella, bióloga de ciudad; él, baqueano. Tienen todo en contra pero algo pasa que los hace empezar a verse de una manera especial. Contada así, "La música del viento" no pasaría de ser una más de las típicas historias románticas mil veces llevadas al cine o al teatro. Sin embargo, la obra tiene algo más. Habla de algo más. Fundamentalmente, de cómo lidiar con el distinto, el otro, y de qué maneras podemos cambiar nuestra perspectiva si nos corremos de los lugares habituales.

La pieza creada y dirigida por Merceditas Elordi nació en el marco de un seminario de dramaturgia dictado por Mauricio Kartun y Ariel Barchilón. Según la autora, partió de disparadores azarosos y fue cambiando a través del tiempo. Llega a este reestreno porteño -ya se dio el año pasado en Buenos Aires y en el verano en Mar del Plata- bien flexible y renovada. Se nota el amor de la directora por sus personajes y actores. Hay cuidado, hasta ternura, en la manera en que se hablan y manejan en todo momento. También en la creación de climas y la construcción de escenas. Para esto, resultan clave las excelentes escenografía e iluminación de Edgardo Aguilar.

Sofía González interpreta a una atribulada Julia. Tan citadina y tan fuera de lugar en ese contexto áspero. Atrapada en una vida que no disfruta, entre otras razones por su marido, la joven encuentra un guía para salvarse. Y ahí aparece Pedro, encarnado por Patricio Paz. Sin dudas, el actor resulta una suerte de gema escondida, muy justo merecedor del premio Estrella de Mar a Mejor labor protagónica que obtuvo el último verano por este trabajo.

Paz consigue transmitir emoción, duda y tristeza con una admirable capacidad. Le otorga variados matices a su criatura y trabaja la voz y los movimientos con un grado de puntillosidad que no siempre se ve en teatro.

Calificación: Buena