DE QUE SE HABLA HOY

Hoy Cuba cambia de etiqueta, pero poca cosa más

Hoy la isla del Caribe cambiará de etiqueta, ya no se leerá más "Made in Castro", marca que lleva desde 1959. Por primera vez en 59 años el presidente de Cuba no llevará ese apellido, Raúl dejó su lugar de Presidente del Consejo de Estado cubano en manos de Miguel Díaz-Canel que hoy, al ser el único postulante, será elegido como su reemplazante por los 604 diputados que integran el Parlamento.

El "muro" que construyera el mítico Fidel y que continuara su hermano Raúl, cayó empujado por el peso de los años en los hombres y en la historia. Atisbos de apertura comenzaron con la llegada del menor de los Castro al poder, pero el régimen no abrió las cárceles para dejar libres a los presos políticos aunque si  comenzó un tibio diálogo con el presidente Barack Obama que buscó incluso levantar el embargo que Estados Unidos mantiene sobre la isla desde que Fidel se aliara con la ex Unión Soviética.

El sistema no cambiará con la llegada del ingeniero electrónico Díaz-Canel, un miembro del Partido Comunista de los más jóvenes, en pocos días cumplirá los 58, que fue ministro de Educación sin operar ningún cambio en la política de educación-adoctrinamiento que rige para la formación de los cubanos.

Eso sí, fanático del Barcelona, consiguió que  Raúl autorice a que se puedan ver en la isla, los partidos del fútbol europeo. Nada hace suponer que habrá cambios drásticos en el régimen y menos ahora que un intratable como Donald Trump gobierna USA. Muchos años de los Castro, de una dictadura férrea y cerrada, han marcado la sociedad cubana que si bien no ha perdido las esperanzas, ha guardado aquellos carteles y la alegría con los que salieron a las calles de La Habana el 21 de marzo de 2016 cuando su líder se reunió con Obama para hablar del futuro. El sueño duró poco, si bien se consiguieron algunos avances en las relaciones, todo se detuvo cuando Trump deshizo los acuerdos y Raúl volvió a mostrar las uñas.

Hoy algo cambiará en Cuba, pero es sólo el nombre en la etiqueta, nada más, poco para quienes piensan en una apertura al mundo, en la libertad ejercida, en la desaparición del miedo sistemático a opinar, en la posibilidad de elegir, en tener opciones. Todo seguirá igual porque si bien cayó el muro de los Castro, la frontera de fuego no caerá, y los cubanos deberán seguir huyendo en balsas si quieren otro futuro que no sea el que ya le escribieron. Será un día histórico por la anécdota, pero poco más, se recordara por el fin de una dinastía en el poder de la isla, pero Raúl sigue vivo y controlándolo todo y aún que no lo hiciera, el Partido no dejarán el poder, no abandonaran sus miembros las prebendas conseguidas ni los privilegios que se han adjudicado. El hombre que representará a la "tierra de la revolución" no vivió los días de fuego y liberación, pero creció y se educó con el dogma marxista y bajo la influencia absoluta de un sistema tan dictatorial como perverso, que cegó su posibilidad de pensar que puede haber otro diferente, ni mejor ni peor, sino solo diferente. Miguel Díaz-Canel es el nuevo presidente de Cuba, pero pasará a la historia como el sucesor de los Castro y punto.

V. CORDERO