DE QUÉ SE HABLA HOY

Del Potro es de los que le dicen "hola" a un perro

 

 

Ya sé que usted, querido lector, sabe que Juan Martín Del Potro ganó su primer Master 1000, en Indian Wells, venciendo nada menos que al ya mítico Roger Federer, número uno del mundo, en un partido formidable entre dos campeones, dando una muestra del mejor tenis de la actualidad. Usted también sabe que levantó tres match points y que, sin duda, fue el día más importante de su carrera profesional. Y vio que al final del partido Juan Martín, que aún temblaba por el triunfo, escribió en el cristal en el que firman los ganadores para la televisión, un nombre: César y dibujó a su alrededor un corazón. Y aquí me quiero detener, aquí quiero reivindicar al hombre, y no al jugador.
Hacía justo un mes, el 17 de febrero, moría César, un terranova negro que acompañó a "Delpo" durante diez años. Aquel día, el tenista de Tandil escribió en su cuenta de las redes sociales: ""Te voy a extrañar mucho, compañero fiel. Me acompañaste en estos casi 10 años, me esperaste con alegría después de cada viaje, me protegiste, hiciste feliz a una familia entera y hoy te vas a descansar en paz, dejando tu huella en mi corazón. Adiós, César"". Y ayer, en medio del triunfo, del éxito, de los elogios (hasta del propio Federer), Juan Martín se acordó de César, de su perro, de su amigo, de ese que lo recibía siempre con la alegría del encuentro, sin importarle si venía ganador o no, de ese que fue incondicional; que le dio su afecto, sin pedirle nada más que cariño.
Recordar a un perro en una situación como la que ayer vivía Delpo habla de su calidad de ser humano, de esa sensación que dan los buenos tipos que lloran cuando su perro muere, que lo sienten, que padecen su ausencia y se emocionan con los recuerdos de los ratos vividos. Para mí, querido lector, ayer Del Potro ganó el torneo de tenis más importante de su carrera pero también se ganó el corazón de los amamos a los perros con toda el alma. No hace mucho leí una frase suelta que me conmovió por todo lo que significaba: "Yo soy de esos tipos que le dicen "hola" a un perro". Yo también soy de esos tipos, y me alegra mucho saber que el campeón de tenis también forma parte de esta sociedad de sensibles, de simples, de gente que habla con un animal con la naturalidad de quien lo hace con un amigo que sabe que lo va a entender y ¿quiere que le diga una cosa?, entienden. Por eso, voy a levantar el otro brazo de Juan Martín, no el que tiene la copa de Indian Wells, sino el que tiene la lapicera con la que escribió "César" y dibujó un corazón. Este partido lo recordaré siempre así, como él recordará siempre a ese enorme terranova negro de ojos tristes y alegría constante que llenó de ternura diez años de su vida. Brindo por eso y por mi perro Lolo, que me dejó la huella por donde hoy escribo estas tonterías tan necesarias para los tipos que le dicen "hola" a los perros.
V. CORDERO