Diez mujeres que son símbolos del deporte argentino

El 8 de marzo es una fecha ligada a las reivindicaciones, pero también puede ser un pretexto para destacar a algunas de las figuras que dejaron su marca en las más variadas manifestaciones deportivas.

El 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer. Se sabe la historia del incendio en la fábrica Triangle Shirtwais en el que murieron 123 trabajadoras abrasadas por el fuego. Esa tragedia se dio el 25 de marzo de 1911 porque los dueños de esa empresa, por temor a ser robados por sus empleados, cerraron las puertas y nadie puedo escapar de las llamas. También perdieron la vida 23 hombres ese día horrendo. Poco antes, el 19, un millón y medio de personas salió a las calles de Alemania, Dinamarca, Austria y Suiza para reclamar por reivindicaciones tales como el derecho al voto, iguales condiciones laborales y trabajo digno, entre otras. Esa masiva movilización y el atroz siniestro en Nueva York se enlazaron con la primera gran protesta femenina, registrada el 8 de marzo de 1857 en La Gran Manzana, para establecer esa fecha en la que hoy esa lucha se mantiene plenamente vigente.

En libros de historia, en amarillentos diarios de la época y en muchos sitios del extenso e ilimitado mundo virtual es posible encontrar los nombres de las mártires y heroínas de aquellos tiempos. Aquí la idea es, a modo de homenaje, reparar en las mujeres que dejaron una profunda huella en la historia del deporte argentino.

El repaso, caprichoso, desordenado, podría arrancar por la judoca Paula Pareto, la mejor exponente de la actualidad. La Peque, un ejemplo de garra, tesón y, también, dedicación para completar sus estudios de medicina, fue la primera mujer argentina en ganar una medalla dorada en los Juegos Olímpicos en competencias individuales. Lo logró en Río de Janeiro 2016 en la categoría de menos de 48 kilos, en la que ya había obtenido el bronce en Beijing 2008. Además, atesora un título del mundo obtenido hace tres años en el certamen disputado en la ciudad de Astaná (Kazajistán) y varios triunfos en Panamericanos y Sudamericanos.

También en Río tuvo su momento de gloria Cecilia Carranza, una rosarina de largo recorrido en el yachting que se bañó en oro cuando, junto con Santiago Lange, se subió a lo más alto del podio en la clase Nacra 17.

Si de conquistas olímpicas se trata, sería imposible no reparar en Luciana Aymar, un prodigio del hockey sobre césped a la que puede destacarse como el máximo símbolo de Las Leonas, el Seleccionado femenino que viene acaparando gloria desde hace muchos años. Lucha, La Maga, fue designada en 2008 mejor jugadora de la historia por la Federación Internacional de Hockey como para terminar con cualquier discusión posible sobre una magnífica deportista que fue la más destacada de su actividad durante gran parte de la primera década del siglo XXI. Bicampeona del mundo con Las Leonas en 2002 y 2010, se colgó del cuello las medallas de plata en Sydney 2000 y Londres 2012 y la de bronce en Atenas 2004 y Beijing 2008.

Jamás se podrá olvidar el triunfo de Gabriela Sabatini sobre la alemana Steffi Graff en la final del Abierto de los Estados en 1990. Gaby, la mejor tenista argentina de todos los tiempos, también dijo presente en los Juegos Olímpicos: fue medalla de plata en Seúl 1988. Su juego maravilloso la tuvo entre las mejores de su tiempo.

Quizás por su condición de precursora en tiempos en los que la mujer estaba relegada a un segundo plano, Mary Terán de Weiss fue la primera tenista de nuestro país en alcanzar notoriedad en los courts de todo el mundo. Su ferviente militancia terminó por echar olvido sobre sus pergaminos en los años de proscripción del peronismo que siguieron a la Revolución Libertadora de 1955. Una mujer que es mucho más que un estadio de tenis en el Parque Roca…

Si de pioneros se trata, un nombre ineludible es el de Jeanette Campbell. Nacida en Francia, pero nacionalizada argentina, esta nadadora fue la primera representante de nuestro país en conseguir una presea olímpica. Ganó la de plata en los cien metros libre en Berlín 1936, donde además igualó el récord del mundo. Más allá de sus logros personales, fue una activa impulsora del deporte femenino.

Noemí Simonetto brincó hacia la gloria en los Juegos Olímpicos de Londres 1948 con una marca de 5,60 metros en salto en largo. No llegó al oro por menos de diez centímetros. Su mejor marca en aquel entonces era de 5,75... Era una atleta integral, pues también competía en 80 metros con vallas (fue semifinalista en Londres y poseedora del récord mundial en 1945), 100 metros llanos y salto en alto.

La marplatense Nora Vega puso al mundo bajo las ruedas de sus patines. Cinco veces campeona mundial, seis títulos panamericanos y diez sudamericanos son el balance estadístico de una carrera en la que se llevó todos los aplausos. Además, le marcó el camino a su sucesora: Andrea González, otra coleccionadora de éxitos a granel (11 coronas mundiales, tres panamericanas, 19 en los Odesur y 50 nacionales).

Sólo por la arbitraria decisión de finalizar la lista en diez -podría ser mucho más numerosa- aparece por último Marcela Acuña. Con la fuerza de sus puños, La Tigresa derribó los prejuicios y llevó a los gimnasios a muchas mujeres que se atrevieron a incursionar en el boxeo, un deporte que hace rato dejó de ser cosa de hombres.