La industria espera poner primera

El sector acompañará el crecimiento de la economía, pero no será uno de sus principales motores. Su performance sería mejor que la del año pasado. La construcción, rubro clave. Otras manufacturas dependerán de la demanda brasileña.

POR EDUARDO LUIS FRACCHIA * 

Los motores del crecimiento en 2018 para la economía en general van a ser entre otros la obra pública, el agro y la producción energética. La industria va a acompañar pero a un ritmo menor. Desde el gobierno estiman un crecimiento de 3% para el conjunto de la economía.

Para los directivos de la UIA se proyecta un crecimiento de 2% para la industria manufacturera. La actividad fabril va a depender mucho de Brasil y del propio mercado interno.

Desde 2011 el panorama de la industria comenzó a complicarse después de un ciclo expansivo favorable que arrancó en 2003, interrumpido por la crisis internacional de 2008/9. Si miramos el desempeño por tipo de bien, el mayor retraso en 2016 estuvo en bienes de consumo durables y la menor caída en bienes de consumo no durables y bienes de capital.

El descenso del PBI sectorial en 2016 fue liderado por metales básicos, acero, automotriz, minerales no metálicos y construcción. En 2017 esta tendencia se revirtió parcialmente.
La industria es un sector clave de la economía que, como plantea Diego Coatz, va a tres velocidades. En primer lugar se ubican los sectores de la construcción, insumos y materiales, parte de la metalmecánica, sector químico y energético, y la industria automotriz. Después vienen los alimentos, economías regionales y metalmecánica. El último tercio lo integran textiles, confecciones, calzados, y muebles.

En la actualidad, el sector manufacturero está frente a una recuperación débil, en busca de un crecimiento sostenido. La capacidad instalada industrial se ubica en 67%, nivel equivalente a la salida de la crisis en 2001. En cuanto a algunas ramas específicas, alimentos tuvo una retracción de 11% en el año 2016 y cayó también en 2017.

Maquinarias y equipos es un sector de descenso marcado condicionado por la evolución del rubro automotriz que fue desfavorable en 2016. En el caso de papel y cartón la contracción se dio en 2016 y 2017, lo que constituye la caída más pronunciada de los últimos 10 años. Por el contrario, todas las industrias vinculadas al agro crecieron en 2016 y 2017: aceites, harinas, agroquímicos, fertilizantes, maquinaria agrícola y camionetas. Se vieron los frutos del impulso explícito a este sector a través de la reducción de las retenciones.

LO QUE VIENE

La actividad industrial del año en curso será en función del contexto internacional, básicamente de la recuperación de Brasil, y de la respuesta del consumo de los hogares a los nuevos precios relativos. Brasil demanda el 40% de nuestras exportaciones industriales. En los últimos 50 años, cuando se contrajo la economía de Brasil, la industria local cayó en el 70% de los casos. Este año Brasil crecería casi un 3%, lo que es un dato favorable.

La alta tasa de interés afecta el financiamiento de la inversión y genera impactos en la cadena de pagos y en el proceso productivo, en especial de las pymes. Debido al cambio de metas de inflación se esperan este año tasas de interés más bajas.

El bajo nivel de actividad influye en la menor inversión de las pymes industriales. En noviembre de 2016 sólo el 36% de las pymes industriales estimaban que era un buen momento para invertir. Existe un debate entre apertura y mayor protección muy intenso.

En 2017 los rubros con mayores incrementos en cantidades importadas fueron bienes de consumo (17% interanual) y vehículos automotores de pasajeros. Hay sectores sensibles como textil, calzado, informática que se ven amenazados por los flujos de importación.

La recuperación de la industria se da en el marco exigente de costos crecientes en lo laboral, logístico e impositivo. Los costos de logística aumentaron 41%, los energéticos todavía más y los salarios 30%. La mejora crediticia, comercial y tributaria es clave para que la industria se recupere.
La industria es la actividad que genera mayor empleo formal en la economía, de allí su importancia estratégica, en especial son puestos que corresponden al segmento pymes. Para la consolidación del modelo de crecimiento del gobierno es clave que el sector industrial recobre dinamismo.

* Investigador senior del IAE Business School de la Universidad Austral.