El temor al bullying vuelve en febrero

A pocos días de volver a clases, la mayoría de los padres y chicos ya están encargándose de las compras para el nuevo ciclo escolar. Pero para muchos alumnos que han sido víctimas del bullying, este listado sólo es un aviso de un nuevo capítulo de sus vidas ligadas al maltrato escolar.

Febrero es un mes en que los temores vuelven a reflotar. Atrás quedó el final del siglo escolar del añopasado que permite por un tiempo relajarse y alejarse del asedio de los demás. Con la compra de los útiles escolares y libros la ansiedad vuelve a surgir en las víctimas del bullying y el estrés se apodera de los padres.

Para saber cómo se debe asistir a las víctimas de bullying en el comienzo del ciclo escolar, La Prensa consultó a la especialista María Zysman fundadora y directora de la ONG "Libres de Bullying" en la Argentina sobre este conflicto surgido en el retorno a la escuela.

"Febrero para los chicos que sufrieron bullying en el anterior ciclo escolar, que no tienen amigos o que hayan enfrentado un conflicto, es un mes que genera tensión y ansiedad. En diciembre se aflojan y se liberan porque el dolor queda lejos hasta que comiencen nuevamente las clases. Pero cuando comienza febrero vuelve la pesadilla para los chicos y los padres", destacó Zysman.

Luego agregó que "es un temor que a veces puede ser infundado. Si se dio el año anterior no significa que se vuelva a repetir la situación. Siempre hay que considerar que los grupos se renuevan y los chicos crecen. También que las maestras cambian y se puede generar una variación con respecto al año pasado", enfatizó la especialista.

Un cambio de colegio es, por lo general, lo que termina ocurriendo en un caso de bullying cuando los principales factores dentro del establecimiento no cambian. "Con un cambio de escenario surge un optimismo sobre que la situación no se reitere. El mejor consejo que se puede dar es que siempre se hable de las cosas que pasan y que se los escuche. A veces los padres actúan con una especie de fastidio frente a estos problemas de los chicos y eso lo transmiten. Uno entiende que haya problemas en el trabajo u otras áreas de los adultos pero la ansiedad que sus hijos pueden tener es grande. Si la familia no lo puede manejar quizás es un buen momento para hacer una consulta a un especialista porque muchas veces la mirada de otro puede aportar soluciones", explicó la psicopedagoga con especialización en el tratamiento contra el bullying.

REDES

Muchas veces los padres, frente a un caso de maltrato escolar, no saben cómo reaccionar. No es fácil lidiar con temas que quizás también los afectaron a la misma edad que sus hijos. Además, no saber cómo afrontar este tipo de agresividad obstaculiza resolver el conflicto de una forma favorable para un menor de edad.

"Dar consejos diciéndole tendrías que hacer tal cosa, no le suma a un chico. Porque siente y se da cuenta que no puede realizar ese consejo. Lo que falta ahí es que él mismo lo trate de resolver el problema pero con apoyo dentro del mismo colegio. En algunos casos un tutor, hermano u alumno mayor permite resolver de mejor forma el conflicto. Se sientan con el otro tutor de los chicos que agreden y juntos pueden hablar y tratar de llegar a una solución. También puede ser con una maestra. Pero a veces contando con esta oportunidad no se la aprovecha y no se hace nada", enfatizó la autora de los libros "Bullying. Cómo prevenir e intervenir en situaciones de acoso escolar" y "Ciberbullying. Cuando el maltrato viaja en las redes".

En tanto, en un mundo globalizado donde las redes sociales permiten transmitir múltiples contenidos en segundos la posibilidad por parte de los padres y autoridades escolares de detectar e intervenir para evitar el maltrato veces sobrepasa sus capacidades. El denominado "Ciberbullying" se refiere al acoso reiterado que incluye a las tecnologías asociadas a la comunicación para ridiculizar a las personas, crear perfiles falsos, compartir chats privados y viralizar información que afecte al otro, entre otras practicas.
Consultada sobre la mejor forma de enfrentar estas situaciones digitales, Zysman fue categórica.

"Sacarle el celular es lo peor que se le puede hacer a un adolescente porque lo desconectas del grupo y puede llegar a imaginar que lo que está pasando es algo aún peor y que lo terminé angustiando más. Lo que hay que hacer es bajar un cambio en las redes y tener presente que juntos se puede afrontar el momento", destacó la especialista. 
 
ACTUALIZADOS

La existencia de lo que hoy se denomina bullying no es algo nuevo. Sin importar la edad, siempre algún recuerdo de la infancia aflora vinculada a este tema.

La visualización de este conflicto en las últimas décadas permitió que los colegios comenzaran a prestar atención. Ahora faltaba que se supiera cómo enfrentar al bullying que, en algunos casos tan traumáticos, llegaban a cobrarse la vida de un estudiante.

"Muchas veces se consideraba culpable a la víctima. Es como decir que si le pego es porque hizo algo. Es una estructura parecida a la violencia de genero. Es la falsa creencia que si le hacen algo es porque lo provoca", se lamentó Zysman.

Luego agregó que "en primer lugar para cambiar esta situación hay que escuchar y no juzgar a nadie. Tampoco hay que pensar que es el bullying el único responsable de lo que sucede con un chico. Muchas veces los directivos y los docentes no saben qué son parte del problema. Por eso es importante que se trabaje con psicólogos y psicopedagogos sobre esta temática dentro de un colegio".

Este trabajo grupal permitiría también distinguir la situaciones que no encuadran en el bullying como es el acoso escolar. Algunos chicos pueden faltarle capacidad de habilidades sociales para hacerse amigos y que no lo tengan no es por causa del bullying porque no hay una intención de desprecio.

RAZONES

"Las causas reales del bullying no son el aspecto físico, etc. Sí lo son el odio, la competencia, la rivalidad y la envidia. Todo esos sentimientos son los que hacen que haya bullying y no la característica del otro", subrayó la psicopedagoga con 25 años de experiencia en el estudio y tratamiento del bullying en el país.
Luego agregó que "El que maltrata tiene la autoestima mucho más baja que su víctima. Muchas veces lo hacen para evitar quedar ellos mismos como centro de burlas o porque ya lo habían vivido en otra escuela".

Por otra parte, en la vida escolar existen ciertos factores de riesgo o protección que inciden en cualquier menor que pudiera ser víctima de bullying. Los amigos y la familia impactan positivamente como defensa ante una situación de maltrato. Pero sin ellos, los chicos son más vulnerables al ataque de otros compañeros.

"Tener una familia abierta al diálogo y mínimanente contenedora es un factor positivo que proteje y que, frente a algunas cosas, puede reaccionar mejor. Pero si hay situaciones muy difíciles familiares; la falta de conexión; o un montón de carencias, son factores de riesgo negativo. No es que a cualquiera le pueda pasar sino que con cualquiera pueden probar. A veces ves un chico con características que podría convertirlo en víctima de bullying pero por estar en un grupo hospitalario no lo es, al contrario esta incluido porque lo reciben y lo acompañan. También puede suceder esto porque es una escuela donde esta mal visto hacer eso y los mismo compañeros convienen en que no está bien hacer eso", explicó la especialista y asesora sobre bullying que desde hace años recorre las distintas provincias brindando charlas sobre el tema.

Consultada sobre las similitudes de los casos analizados en las distintas regiones, Zysman concluyó que "todos los chicos son iguales en cuanto a sus necesidades básicas. Quieren que los cuiden y que los oigan. Esto no tiene que ver con las clases sociales porque hay menores que tienen todo pero están completamente solos. Los chicos necesitan que los reconozcan e incluso que alguien le ponga un límite. Y esto creo que es lo que ahora complica un poco la situación. La soledad de los chicos que a veces están junto a sus padres pero estos están abstraídos con su celular. Es mas trabajoso porque tenemos que tomar conciencia de eso".


La dinámica familiar y el acoso escolar inciden en la depresión infantil.