DE QUE SE HABLA HOY

"Oiga, me da un paquete de chicles y doce dólares"

Lejos de valorar nuestro peso y dejar de manejarnos en dólares como si fuera una segunda moneda oficial, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) decidió que a partir del 1 de marzo muchos se puedan habilitar para comprar y vender dólares, basta con inscribirse en el Registro de Operadores de Cambio, una operación sencilla que se realiza por internet y ya está. Ahora la compra y venta de divisas no será competencia exclusiva de bancos y casas de cambio.

Desde marzo supermercados, hoteles, quioscos, empresas de remises podrán convertirse en parte de la timba de la especulación con la moneda norteamericana. Según el BCRA este nuevo marco normativo se hizo con el objeto de brindar mayor competencia y transparencia a ese mercado mediante la incorporación de nuevos y diversos oferentes, a la vez que simplificar toda la tramitación respectiva. Una genialidad si se tiene en cuenta que como históricamente ha sucedido nadie va a controlar nada hasta que aparece una denuncia y el consiguiente escándalo.

Uno ya puede imaginarse a dos señoras del barrio discutiendo en la esquina, "Le digo que don Marcial, el del mercadito, lo tiene a 19,75", dice una; "Yo le compré a Norma la florista a 19,65", retruca la otra. Y los comerciantes ya no se enfrentarán por la lucha de los precios sino por cuánto compran y venden el dólar. Además, los que pensaron en esta norma, no tuvieron en cuenta el negocio que puede haber detrás de esto con los supermercados chinos, por ejemplo. Tampoco pensaron en las operaciones de lavado que pueden hacerse con tantas bocas de expendio abiertas. Un pequeño ejército de portadores de DNI y nada más, van y venden de a mil dólares por día cada uno en un comercio distinto y en varios barrios a la vez. Con cincuenta operaciones solamente se pueden blanquear un millón y medio de dólares por mes. Cuántos funcionarios del BCRA hay dispuestos para controlar operaciones de mil dólares. Y además ponen en marcha el negocio de los dólares falsos que inundarán los pequeños comercios para engañar a los ahorristas que se verán estafados cuando intenten usar los billetes apócrifos. Pregunto si no estábamos bien como estábamos. Mucha innovación para pocas cosa, para abrir ventanillas, para favorecer el delito, para confundir al ciudadano. Agrandamos las opciones del menudeo de un negocio que a grandes escalas y si es legal, se seguirá haciendo en las clásicas instituciones cambiarias. El tipo que maneja una agencia de remises no puede dirigir una casa de cambios y no porque sea bruto, sino porque no conoce el oficio, y se guiará de los precios de la moneda por los diarios, regateará con los clientes, pondrá en sus coches que "se puede pagar con dólares", y un día se llevará una sorpresa. Además estimados señores del BCRA, ustedes suponen que los nuevos cambistas van a hacer el trabajo gratis o van a especular intentando inventarse una comisión que no está establecida y en todo caso quién la pagaría, ¿el comprador o el vendedor?  "Oiga, me da un paquete de chicles y 12 dólares" "¿cuánto es?" y ahí viene el entuerto que puede acabar mal.

V. CORDERO