Una lucha en todo momento

Crítica: "120 pulsaciones por minuto", premiada en Cannes. El filme propone una experiencia distinta donde el espectador puede respirar el debate y la acción de los activistas de Act Up.

"120 pulsaciones por minuto" ("120 battements per minute", Francia, 2017) Dirección: Robin Campillo. Guión: R. Campillo, Philippe Mangeot. Fotografía: Jean Lapoirie. Actores: Nahuel Pérez Biscayart, Adele Háenel, Yves Heck y Arnaud Valois. Duración: 140 minutos. Calificación: Apta para mayores de 16 años.

Décadas atrás, cuando los líderes de la medicina miraban hacia un costado, hubo un movimiento, Act Up, que luchó por los derechos de las personas con VIH. La película de Robin Campillo, situada en los años "90, se adentra en las peripecias de este grupo activista (versión francés, el primero se fundó a fines de los "80 en Nueva York) que busca fomentar la investigación farmacéutica y obtener la legislación adecuada para tratar esta enfermedad.

La desinformación, los prejuicios y la discriminación, las marchas en las calles, el reparto de volantes haciendo hincapié en el uso de preservativos y en no compartir agujas -aclaración que hoy suena muy obvia- están retratadas con gran naturalidad en el filme que recibió el Gran Premio del Jurado en la edición pasada del Festival de Cannes. 

En "120 pulsaciones por minuto", la cámara sigue con planos medios los acalorados debates entre los jóvenes militantes y entre ellos, Sean (gran actuación del argentino Nahuel Pérez Biscayart) se hace notar con sus ideas y opiniones más extremas. Nathan (Arnaud Valois), otro de los participantes, también se percata de su presencia, y una noche, entre baile, luces tenues, sudor y música electrónica -muy característica de la época, creada por Arnaud Rebotini-, ellos comienzan un romance a contrarreloj.

Las protestas que recrea la película sobre generar conciencia acerca del Sida -en ese momento se creía que sólo podían contagiarse "los homosexuales, drogadictos y prostitutas"- son el germen de este filme de corte social que difiere de otros títulos que tratan la misma temática como "Philadelphia" (Jonathan Demme) o el largometraje para televisión "Y la banda siguió tocando" (Roger Spottiswoode).

"120 pulsaciones por minuto" propone una experiencia distinta donde el espectador puede respirar el debate y la acción de los activistas de Act Up.

Calificación: Buena