Descubrir el mundo desde una carreta

Las aventuras de la China Iron

Por Gabriela Cabezón Cámara
Literatura Random House.

190 páginas

La China Iron es un personaje multifacético, básicamente en transición, que descubre un mundo y se empodera. Con múltiples referencias literarias, la principal y más obvia al Martín Fierro, la nueva novela de Gabriela Cabezón Cámara se centra en ese personaje marginal en el texto de José Hernández. Aquí es sacada a relucir con una profunda humanidad.

Contada con una gran belleza, plena de vívidas descripciones, Las aventuras de la China Iron indaga en el universo machista del siglo XIX y nos muestra un personaje que construye su propia utopía. Es intensa, despierta, provoca.

La protagonista arma su identidad desde una carreta en plena pampa argentina. Y tiene una docente de lujo, la inglesa Elizabeth o Liz, una lady que la adentrará en el conocimiento del cuerpo, de los placeres, de nuevos sabores. Y eso es precisamente lo que hace Cabezón Cámara con su novela. No se complica con variaciones métricas artificiales. Su ritmo es el de "parrafadas", "brochazos de pampa", de naturaleza pura, que le envía al lector. 

En cierta medida, la invitación de la autora es a dejarnos llevar. Subirnos a la carreta de Liz y aprender junto con la China. Ahí aparecerá el Rosa, un gaucho en escape, y siempre dará vueltas alrededor el adorable perrito Estreya. Y por supuesto estará la mirada política, la brutal constitución de la Argentina tal como la conocemos.

Entre lecciones de inglés y, más tarde, en el encuentro con los indios, aprenderemos nuevas palabras, nuevas costumbres e idealizaremos un mundo más igualitario, más afincado en los valores de la naturaleza, donde se trabaja lo justo y el resto del tiempo se utiliza para investigar, divertirse y contemplar. Bello, profundo, el texto juega con el intertexto pero no se queda en esos chiches. Abre puertas y nos invita a entrar.