Las dietas pueden afectar la salud de los huesos

Cuando un individuo comienza a bajar más del 15 o 20% de su peso corporal en un lapso breve de tiempo, existen inevitablemente repercusiones en su medio interno, como por ejemplo: debilidad, falta de fuerza, resistencia al ejercicio, alteraciones del sueño, cambio de carácter, cambios en las relaciones interpersonales y sequedad en la piel. Así lo advirtieron especialistas de Diagnóstico Rojas.­

"Esta condición sostenida en el tiempo y su progresión, sin un seguimiento médico adecuado, afectará la estructura de sus huesos por la pérdida del calcio, lo que modificará su solidez. Esta descalcificación progresiva puede llevar a diferentes niveles, desde una simple y reversible osteoporosis que puede ser tratada, hasta un estadio grave donde la fragilidad ósea producirá, ante cualquier caída, una fractura de muñeca, o peor de cadera y raquis óseo (vertebras y costillas)", añadieron.­

La fascinación por la delgadez extrema, prosiguieron los expertos, puede llevar a muchas mujeres a tener problemas de salud que no son visibles a simple vista, por eso la osteoporosis es llamada `enfermedad silenciosa' y consiste en una pérdida gradual y un deterioro asintomático de la micro-estructura ósea, pérdida de la matriz ósea y de su calcio.­

"Cuando el deterioro no produce gran pérdida de la matriz ósea, el calcio suele estar levemente disminuido, esa condición se llama osteopenia. Sin duda,  cuando la situación es muy deficitaria se aumenta la fragilidad ósea. Generalmente el paciente ignora que tiene este problema, hasta que ocurre una fractura", agregaron.­

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EN RIESGO­

Una de cada dos mujeres mayores de 60 años y uno de cada ocho varones tiene probabilidad de sufrir una fractura osteoporótica en el curso de su vida. La principal causa es el déficit alimentario sobre todo de calcio y de vitamina D. "Pero también tienen riesgo las pre-adolescentes, en período de desarrollo hormonal con cuadros de amenorrea (falta de menstruación). Si bien no es común, estas jóvenes pueden tener bajos niveles de estrógenos, son muy delgadas, con exigencias deportivas y una dieta restringida en calcio y otros nutrientes, por lo que desarrollan un cuadro de pérdida de la masa ósea. Como vemos, la osteoporosis, no discrimina edades", subrayan los especialistas de Diagnóstico Rojas.­

Información obtenida del European Vertebral Osteoporosis Study, ha establecido que la incidencia de la osteoporosis para el año 2020 será de 14 millones de afectados a nivel mundial. La osteoporosis es un gran tema sanitario de connotación epidemiológica, por su impacto social y económico-financiero.­

La directora de Control Epidemiológico de Osteoporosis y del área de Desarrollo e Investigaciones Médicas de Diagnóstico Rojas, Gabriela Sastre afirma: "En la Argentina hay muchas mujeres que aún no han sido estudiadas y que presentan un alto riesgo de padecer fracturas por fragilidad ósea. No nos debe llamar la atención que estén huérfanas de un efectivo tratamiento preventivo. Las fracturas comprometen la calidad de vida, por el dolor, la pérdida de movilidad y pérdida de la autoestima, lo que en su conjunto lleva a una corta expectativa de vida".­

"Estamos convencidos que la prevención primaria es una gran solución para los problemas de la salud, es por eso, que en este caso recomendamos realizar una densitometría ósea, un examen de rutina que se realiza para conocer el estado de salud de los huesos. Este examen suele solicitarse a partir de los 50 años y repetirse según el criterio médico", detalló Sastre.­

El estudio de densidad ósea, utiliza una dosis muy pequeña de radiación ionizante para producir imágenes del interior del cuerpo y medir la pérdida de hueso. ­

Los alimentos que deben componer una dieta que ayude a prevenir la osteoporosis son:­

* Legumbres y verduras: espinaca, brócoli y acelga.­

* Pescados y mariscos: sardinas, anchoas, atún, almejas, langostino, abadejo, merluza, lenguado, cazón, bacalao, atún, caballa, salmón (ricos en vitamina D).­

* Los frutos secos: almendras, castañas, nueces, avellanas.­

* Vitamina K: acelgas, brócoli, radicheta y lechuga.                           

* Vitamina C: cítricos, pimientos verdes y el kiwi.­

* Cereales enriquecidos.­

* Vitamina A: zanahorias, zapallo, frutas y verduras.­