"El Gran Showman", con Hugh Jackman, reluce pero no se aviene a la historia en que se inspira

Vistoso musical, discutible biografía

"El Gran Showman" ("The Greatest Showman", Estados Unidos, 2017) Dirección: Michael Gracey. Guión: Jenny Bicks y Bill Condon. Música: Bej Pasek y Justin Paul. Actores: Hugh Jackman, Michelle Williams, Zac Efron, Zendaya, Rebecca Ferguson y elenco. Duración: 105 minutos. Calificación: Apta para todo público.

Desde 1835, Phineas Taylor Barnum estaba involucrado en el mundo del entretenimiento. A partir de su teatro ambulante y hasta la creación del Museo Americano Barnum, toda su vida pasó por el espectáculo. Y desde 1846 se transformó en un pícaro exitoso que preanunciaba los conocimientos del marketing y asombraba con sus fenómenos exhibidos entre el escándalo, la verdad y la mentira en amplios picaderos.

Su fama de amante de la desmesura se extendió a sus impresionantes espectáculos, donde hombres y animales llamaban la atención del público en un circo modélico que intentaba, sin saberlo, lograr cierta liberación moral en un período de la Norteamérica difícil de sonreír.
De este hombre espectáculo trata "El Gran Showman", que remite al siglo XIX y con mínimas pinceladas, poco cercanas a la verdad de su biografía, muestra a Barnum tratando de triunfar para enriquecer el hogar que formara con una joven amiga de la infancia de mejor nivel social. Su "Paraíso de las Maravillas" estaba atiborrado de seres únicos, freaks que asombraban a la gente. Desde enanos, mujeres que sufrían de hirsutismo (mujer barbuda) o siameses (los famosos Chang y Eng, unidos de por vida).

UN CIRCO DE ANTAÑO
El filme, rodado como ópera prima por un director de comerciales australianos, es un musical tradicional con sonido pop, lujoso vestuario y una reconstrucción del mundo del circo en el siglo XIX que reúne elementos de la época, pero también otros que no lo son tanto, en un anacronismo que no molesta.
El mayor espectáculo en la Tierra, nombre que tuvo el Ringling Brothers & Bailey Circus, es una efervescente fiesta de fuegos artificiales, donde esplendor y alegría se mezclan con freaks y canciones populares en un clima artificioso que puede recordar algo del "Moulin Rouge" de Baz Luhrmann o el "Cabaret" de Bob Fosse, y hasta aquellos números impensables de "El espectáculo más grande del mundo" (1952), de Cecil B. De Mille, que fue filmada en el original Ringling Bros and Barnum & Bailey Circus.
Las bellas canciones fueron escritas por Beni Pasek y Justin Paul, de "La la Land", en una confluencia armoniosa que desemboca en un sinfín de melodías que dan el tono general del filme.
Un mundo inocente que cree que todo sueño se cumple y que Barnum logra lo que logra por empeño, esfuerzo y creatividad es la idea motriz, muy self made american people. Es que al carisma de Hugh Jackman se le cree absolutamente todo y su amplitud histriónica es capaz de rodear cualquier síntoma de mentira o corrupción con un manto de lentejuelas.

RITMO Y FRENESI
El guión del filme no brilla por su originalidad y la chatura de los caracteres trata de ocultarse con ese ritmo frenético, con esa efervescencia de fuegos artificiales y burbujas de colores que parece estar cromatizando el largometraje en todo momento. El mismo ritmo de situaciones y personajes que se gestaban en un lugar de Manhattan cuando Manhattan se esforzaba en transformarse.
"El Gran Showman" entretiene con un atractivo diseño visual. Pero conocer verdaderamente a Barnum, su principal personaje y padre del show business es materia para otra película, aunque Jackman deslumbre y a su lado brillen Michelle Williams ("Manchester junto al mar"), Zac Efron o Zendaya.

Calificación: Muy buena