"Lo melancólico al psicoanálisis le cae bien"

Al cumplirse 75 años de la fundación de la Asociación Psicoanalítica Argentina, La Prensa dialogó con su presidenta Claudia Borenszstejn. La psicoanalista habla de los comienzos, los cambios en la forma de las sesiones, los problemas que hoy más angustian, y una relación única que los porteños tienen con esta disciplina científica.

De aquella imagen del psicoanalista sentado con rostro adusto mientras en el diván un paciente hablaba y daba una suerte de monólogo sesión tras sesión, han pasado muchos años y muchos cambios. Esta gran disciplina fundada por Sigmund Freud, con más de un siglo de vida supo adaptarse al momento actual. Hoy se trabaja en forma más efectiva y no le escapa a las nuevas tecnologías, pudiendo incluso establecer una sesión o una charla con un paciente vía Skype.

Así lo afirma Claudia Borenstejn, presidenta de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), la entidad pionera en el país que está cumpliendo 75 años.

En diálogo con La Prensa, la psicoanalista habla, entre otros temas, de aquellos comienzos, de los cambios en las formas de encarar hoy una sesión con un paciente; de algunos problemas que hoy nos angustian; la razón de ser de esta ciencia, y de la relación única en el mundo que se da entre los porteños y el psicoanálisis.

- ¿Que características propias tuvo el psicoanálisis argentino en esos primeros tiempos, a partir de la creación de la APA?
- Tuvo una gran impronta social. Se desarrollaron grupos, escuelas de grupo, por ejemplo fue muy importante la de Pichón Riviere. Fue importante el estudio de pacientes graves, en enfermedades como la psicosis. Los hospitales se llenaron de psicoanalistas, la psiquiatría empezó a ponerse dinámica, adoptar ideas de psicoanálisis. Hubo un movimiento antes de los 70, luego con el gobierno militar hubo mucha represión hacia los psicoanalistas y hubo un parate de todo el psicoanálisis desarrollado en los hospitales y social.
- Es decir que el psicoanálisis llegó a lugares que antes tenía como únicos profesionales a la psiquiatría.
- Claro, y el psicoanálisis se había desarrollado en grupos pequeños y aquí explotó en la comunidad, las universidades, prendió en todos lados, se daban charlas. A tal punto que en la actualidad se dice que esta es una de las sociedades más psicoanalíticas del mundo. La Asociación Psicoanalítica Argentina fue madre del psicoanálisis en Latinoamérica. De muchos países se formaron acá. El psicoanálisis argentino tuvo esta nota de originalidad y de presencia. Apa hoy es una sociedad muy abierta donde vienen muchos estudiantes, hay unos 1000 miembros y se dan por año entre 20 y 30 cursos. Parte de la formación de psicoanálisis se hace mucho hacia distintos ámbitos. La comunidad, la escuela, los hospitales. Siempre hay jornadas. Es una sociedad muy activa, que también ha incorporado las nuevas tecnologías.

EN LOS BARES
- Se dice que la ciudad de Buenos Aires tiene la mayor cantidad de psicoanalistas por habitante
- Es verdad. Alguna vez me preguntaban si esto mejoraba nuestra vida. No sabemos cómo sería sin psicoanalistas. Pero este fenómeno tanto es así que la gente habla de psicoanálisis normalmente, en los bares. Un amigo te cuenta "me dijo mi psicoanalista tal cosa", es popular. Se ven en los kioscos revistas de psicoanálisis.
- ¿Por que cree que tenemos tantos psicoanalistas, hay algo que nos lleva a querer psicoanalizarnos?
- Pensamos que en principio esto se dio porque la actitud de quienes iniciaron el psicoanálisis fue muy de divulgarlo. Entonces hubo conferencias en la facultades, iban todos los alumnos. En Buenos Aires siempre prenden mucho las nuevas ideas. Siempre se mira y se miró mucho lo que pasa en Europa y hay un crisol de razas que hace que sea una comunidad muy ávida de conocimientos, novedades. El psicoanálisis entonces prendió como una gran novedad. Además creo hay un carácter porteño y de Buenos Aires que tiene algo de melancólico que al psicoanálisis le cae bien. Esta esto del pensemos, charlemos, tomamos un café y hablamos. Todo esto es muy afín al psicoanálisis. Hablemos de nosotros, contame tus problemas. Son cosas que en otras ciudades no existen. Tenemos una esencia psicoanalítica. La del amigo al que le contamos todo, el mate. Otros pueblos no lo tienen. Llama la atención que seamos una sociedad amistosa, sigue siendo abierta a los inmigrantes en un momento en que el mundo está bastante cerrado, nosotros no. Es una sociedad que se presta a escuchar al otro. Es muy común entre amigos que digan, me peleé con mi mujer por algo, y le contesten, "vos creés que tu mujer es tu mamá". Y a nadie le sorprende, hablás del edipo como si nada.

LA VIOLENCIA
- Por un lado parecemos muy amigables, pero también tenemos nuestros problemas. Nos contamos todo pero también nos peleamos mucho y nos desencontramos
- Es difícil hacer un análisis macro. Creo que es un pueblo hermoso, maravilloso, alegre, abierto, generoso, de buena onda. Pero por qué al país le va mejor o peor, los psicoanalistas no tenemos idea. Pasa por otras variables que no están en este campo.
- ¿Y que pasa con la violencia?
- Es la violencia que a nosotros nos toca. Es probable que haya habido otro tipo de violencia en otro momento. En la generación anterior, la violencia estaba puesta en el proceso militar. Se mataba gente, había represión, 30 mil desaparecidos. No es que no había violencia. La violencia está siempre en todas las sociedades. No se si hay más, ahora se ve en determinados lugares. Se ve en las escuelas mucho, en el bullying, y acosos de otro tipo, en el suicidio de adolescentes que es alto en todo el mundo. Claro que ahora se manejan más datos que antes. Es difícil juzgar la época en la que uno vive, porque uno está metido adentro de esta época. El psicoanálisis es sobre todo una ciencia del estudio de la mente, y cada una como individual. El estudio del inconsciente, lo que no es conocido por uno, los actos fallidos. Y hay mucho psicoanálisis aplicado a la psicología social, el estudio de instituciones, las masas. Freud escribió mucho sobre ello. Nos pasa a los psicoanalistas que nos preguntan sobre cosas que no sabemos, aunque los psicoanalistas solemos ser gente bastante inquieta. Nos interesa la política, la cultura, el arte. Por ahí opinamos de otras cosas. Cuando sos psicoanalista el psicoanálisis toma tu vida. Pensás como psicoanalista, mirás una biblioteca, un cuadro como psicoanalista. Esto pasa mucho, nos atraviesa el psicoanálisis en la vida.

MAS SUTIL
- ¿El psicoanálisis ha evolucionado con los años al momento de tratar un paciente?
- Hay mucha más teoría. Se agregan detalles. Es más sutil el tratamiento. Ahora es bastante común que la gente se trate una vez por semana y con eso alcanza. Hoy los analistas son más efectivos
- Una de las críticas que siempre se escuchaban era que muchas veces se iba al psicoanalista y podía estar 20 años tratándose
- Eso ya no corre más. Los pacientes son exigentes para el bien de nosotros. Ya no existe ese modelo de psicoanalista con la persona acostada en el diván y el psicoanalista en silencio, sin hablar. Ya no hay ningún psicoanalista que se pueda quedar callado en una sesión. En realidad hoy ya ves un paciente y pensás que tal vez es el único día que lo vas a ver. Entonces ese primer día ya pensás que si se va hoy, bueno que se lleve algo. Hoy se trabaja diciendo cada día de sesión tiene que ser un día que le sirvió. Se trabaja para que el paciente diga, "que interesante lo que me dijo hoy el psicoanalista". Hay un querido psicoanalista que siempre decía: "el psicoanálisis es la conversación más interesante del mundo". Y si un psicoanalista no hace que la conversación no sea interesante, no va.
- Tiene que enganchar, crear interés en el paciente
- Claro. Ya no se usa el "voy a estudiar la historia de mis padres ahora para solucionar mi vida". No es que no sea importante la historia de los padres, pero simplemente para ver por qué hoy esta historia te está afectando. Por qué importa ahora. El psicoanálisis es útil, si no lo es la culpa es de los psicoanalistas no del psicoanálisis. Lo importante es encontrarle un sentido en el ir para atrás. Uno puede cincelar su mente. Uno no es una víctima de lo que pasa. Uno puede volverse activo y ver esto me pasó, y pensemos por que hice esto, lo voy a cambiar. Hay una actitud mucho más activa de decir cómo uno quiere ser.
- En esta sociedad de hoy tal vez la gente se expresa más, quiere cambiar
- Sí, todo esto va a entrando en culturas como estas. El psicoanálisis es la terapia de la conversación. Pero si alguien viene y dice "no puedo subir al avión" yo le diría vamos a ver de que se trata, pero si usted necesita subir al avión mañana existen medicamentos que ayudan. No estamos en contra de que alguien se tome una pastillita, se suba al avión, este tranquilo y después vamos a discutir que pasa.
- Hoy se acepta más el recetar algún medicamento
- Y si, antes había como una guerra contra los medicamentos. No es que no haya oposición igual a ciertas situaciones. Por ejemplo los psicoanalistas estamos en contra de la medicación a los niños que tienen déficit de atención. Creemos que se está haciendo abuso con estas medicaciones.

Hay distintos momentos de la vida para analizarse y poder afrontar mejor presente y futuro


Apuntar al crecimiento mental


- ¿Por que una persona necesita psicoanalizarse, hay momentos de la vida que llaman a hacerlo?
- Hay momentos de la vida que son distintos. En la infancia hay que hacerlo porque aparecen síntomas. Si hay un síntoma que detienen por algún motivo el desarrollo del chico hay que consultar. La infancia no te da tiempo. Hay que seguir, hay que aprender, hay que crecer. Y si un síntoma está perjudicando a un chico por ejemplo en lo social porque tiene enuresis y no puede ir a dormir a la casa de un amiguito, o no aprende en la escuela, o no habla. Si no ocurre algo en determinado momento se produce un atraso entonces hay que verlo.

- Ahí juega un papel importante la escuela para detectarlo
- Sí es muy importante la escuela, la maestra, el pediatra. Luego en la adolescencia cuando aparecen las angustias sociales, existenciales. En la juventud las inhibiciones, no poder elegir un esposo o una esposa y querer. Problemas con la vocación, el trabajo, todavía hay mucho por hacer. Y después un gran momento para analizarse es cuando llega la edad media de la vida, antes era a los 40, ahora ya es más cerca de los 50. Es un momento donde la gente revisa todo. Se plantea todavía estoy a tiempo de tomar este camino, y se quiere analizar, no está contento, conforme. Cree que puede tener más felicidad en su vida, mejor desarrollo, que puede estar mejor, menos chinchudo, que puede desarrollar algo de arte que no hizo. Y más adelante en la tercera edad viene el repaso. El decir "bueno esto estuvo bien", llegó el momento de la jubilación, ayudarlo a que disfrute. En cada momento vital hay un motivo para querer estar mejor y vivir mejor. Y para crecer mentalmente, porque así como nos vamos achicharrando con los años, la mente no, puede seguir creciendo y adquiriendo conocimientos y deseando cosas. El deseo, las ganas de vivir, de hacer algo, es lo que a uno lo mueve.

- El desgano es una alerta de que algo anda mal
- Es un motivo para analizarse, si uno nota que está tirado. Hay gente que pierde la vitalidad, las ganas de hacer cosas. Claro que no es algo de todos los días, a veces puede pasar que no tengamos ganas, pero cuando alguien detecta que podría estar viviendo mejor con su familia, consigo mismo, de insatisfacción, eso es lo que básicamente lleva a la gente a analizarse. Sentir una cierta insatisfacción y querer estar mejor. En psicoanálisis su especialidad es ayudar a alguien cuando dice: yo tengo ganas de pensar algunos aspectos de mi vida. A veces viene alguien, estoy muy angustiado y vemos como lo resolvemos. El psicoanálisis tiene estas dos cosas: el poder ver las cosas de hoy, ya, y el poder buscar un poco más profundamente, de donde viene. Como prever en el futuro si le sobreviene una situación así esté más sólido. Apunta al crecimiento mental.