Fragmentos de espejos rotos

No a mucha gente le gusta...

Por María Teresa Andruetto
Random House. 149 páginas

Cuentos como fragmentos de espejos rotos, como retazos de la vida misma. Es esa la impresión o la sensación que queda, siempre subjetiva, luego de leer No a mucha gente le gusta esta tranquilidad, el último libro de la escritora cordobesa María Teresa Andruetto.

Los relatos pueden tener un comienzo y un final, una estructura redonda que no deja nada librado al azar, o como en este caso pueden ser un simple recorte de la realidad. Algo así como echar luz sobre una porción de la vida de alguien, sólo una parte, mientras lo demás permanece en penumbras. Los finales abiertos, las puntas que quedan por explorar, las preguntas que flotan son una característica de esta obra.
Andruetto sabe narrar desde tierra adentro. Conoce, por experiencia propia, los pliegues que la vida puede tener en un pueblo del interior, en lo profundo de las provincias. Sabe de esa paz en donde puede anidar un infierno, de las relaciones estrechas, de los rasgos conservadores de sociedades resistentes al cambio. Y todo eso lo ha volcado, un vez más, sobre la hoja en blanco.

Los ocho cuentos de esta edición, uno de los cuales le da título al libro, expresan la desesperación, el asombro, la esperanza o la angustia, pero por sobre todo abunda como recurso la sutileza de insinuar antes que decir, abriéndole el juego de la interpretación a un lector que la autora supone sagaz e intuitivo.

Por eso es que no le hizo falta escribir la palabra dictadura para explicar las contradicciones y el ambiente de sofocación de los "70; ni tuvo que mencionar a Víctor Emilio Galíndez para que El hijo remitiera directamente a la imagen de aquel campeón duro, bravucón y ensangrentado para siempre. Se trata del arte del buen contar, un ejercicio arduo que a Andruetto se le hace fácil.