Dos aventureros sin suerte

Música acuática
Por T. C. Boyle
Impedimenta. 646 páginas

T.C. Boyle es un autor estadounidense que ha declarado su preferencia por la literatura entendida como un fenómeno "orgánico", un adepto a escribir en secuencia, "línea por línea y hasta palabra por palabra". Como se ve, es un credo que desconfía de los argumentos. Podría decirse que las historias así desarrolladas -hasta ahora le debemos 16 novelas y un centenar de cuentos- deberían generar en el escritor casi el mismo grado de sorpresa que en el lector. Boyle no planifica: hace camino al andar.
Ese método creativo se manifiesta a pleno en Música acuática, la primera novela que publicó. Su tema principal es la vida del joven explorador escocés Mungo Park (1771-1806), el descubridor del río Níger. Esa línea narrativa, que sigue más o menos de cerca la verdad histórica, se alterna con otra cuyo protagonista ficticio es el estafador londinense Ned Rise. Pero cada una, como los cauces de dos grandes ríos, se va bifurcando en numerosos arroyos o canales que a veces vuelven al curso original y otras terminan secándose.

El libro está dividido en tres partes, que a su vez se subdividen en secciones tituladas. Boyle (Peekskill, Nueva York, 1948) escribe por escenas, en mitad de la acción. Después retrocede y cuenta los antecedentes. El primer tramo de Park en el Africa occidental se lee como una novela de aventuras, con incontables situaciones de riesgo, capturas, evasiones, enfermedades, combates y caminatas imposibles en territorio hostil dominado por los moros. Su milagroso retorno a las islas británicas es apenas un interludio de amor y vida hogareña con la sufrida, orgullosa y fecunda Ailie, antes de partir hacia la segunda y última misión al continente negro.

Una existencia arriesgada que encuentra eco en la del pillo de Rise. Su vocación es la estafa, el lucro fácil, el atajo delictivo. Como Park, también Rise sufre lo suyo y pierde más de lo que gana en sus peripecias citadinas. Los dos personajes, el explorador y el patán, son buscavidas: uno con dimensión épica; el otro, ridícula. Con razón se ha querido ver en la historia de Park el aliento del mejor Conrad (pensemos en Corazón de las tinieblas) y en la de Rise el espíritu del Londres inolvidable de Dickens. En la última parte del libro esas dos líneas terminan entreverándose.

Aunque le sobran páginas, personajes y relatos secundarios, Música acuática ofrece en general una lectura entretenida, desbordante de episodios y conflictos que reflejan la imaginación ingobernable de un autor que no por casualidad confesó que Gabriel García Márquez es su novelista favorito.