La evolución del tango bailado

Danza de salón y fusión con otros géneros, en un espectáculo de Corporación Tango

"Remembranzas", por Corporación Tango. Idea, coreografías grupales y dirección general: Alejandra Armenti, Daniel Juárez. Diseño de iluminación: Magalí Perel, Alejandro Molinari. Diseño de vestuario: A. Armenti. Intérpretes: A. Armenti, D. Juárez, Ivana Fleitas, Mauricio Córdoba, Jimena Calarco, Enrique López, Analía Alfaro, Cristian Zalazar, Julieta Jerez, Valentín Juárez. Los martes de noviembre, en el Centro Cultural Borges.

Casi quince años pasaron desde que Alejandra Armenti y Daniel Juárez sacudieron la escena del tango danza con la creación de su propia compañía de baile, en colaboración con Fabián Peralta. Corporación Tango la llamaron, y desde entonces no han dejado de trajinar el circuito milonguero de Buenos Aires y los grandes escenarios del mundo llevando una propuesta artística de jerarquía que tiene en su exquisita presentación formal y en el abrazo compartido entre tres, cuatro y hasta ocho bailarines sus elementos distintivos.

Con el reciente estreno de "Remembranzas", su nuevo espectáculo, el interés por reconectar con ese lenguaje reverdece y el resultado final confirma que el vuelo creativo de los directores está lejos de agotarse. "Remembranzas" se estructura sobre la base de homenajes: el primero, vital para un grupo que emergió de la pista de baile social, a las milongas porteñas. Junto a él, tributos al gran Osvaldo Pugliese, a Jorge Falcón y Astor Piazzolla, y un epílogo que señala la evolución del género hacia nuevas formas, otros horizontes donde se hermana con una modernidad que no le es esquiva.

Lo difícil de la partitura de movimientos que tejen Armenti y Juárez no es sólo lo intrincado de las figuras (tanto más cuando se trata del abrazo grupal) sino el modo en que preservan en esas evoluciones la esencia del tango de salón, su prestancia y sensualidad, la caricia leve que los pies dibujan sobre el piso. En esa línea, la primera mitad del espectáculo es una sucesión de grandes momentos, tanto en los temas más rítmicos (notable "Reliquias porteñas" en trío, con los directores junto a Cristian Zalazar) como en los melódicos como el imbatible "Recuerdo" de San Pugliese en una puesta coral.

TONALIDADES

La irrupción de una pareja de niños, Julieta Jerez y Valentín Juárez, en simbiótico dúo, viste el aire de una ternura infinita y los acordes de "Cinema Paradiso" van preparando el terreno para el vuelo internacional que la obra toma en su tramo final. Para entonces ya ha quedado claro que Esteban Riera es un cantor sin techo, gran conocedor del timing escénico y dueño de una cuerda de múltiples tonalidades.

Con el pulso piazzolliano en ciernes, las escenas comienzan a sucederse a un ritmo de vértigo hasta desembocar en un divertimento que liga al genio marplatense del fueye con Madonna y Michael Jackson. Es el momento de una celebrada intervención solista del pequeño Valentín remedando los pasos del astro del pop: un verdadero niño prodigio.

Las cuatro parejas de bailarines adultos sobresalen a su debido tiempo, por personalidad y estilo: la sutil elegancia de Jimena Calarco y "Quique" López, la apasionada entrega de Ivana Fleitas y Mauricio Córdoba, y la bravura juvenil de Analía Alfaro y Cristian Zalazar, se complementan de maravillas con Armenti y Juárez, una de las duplas más sólidas que ha dado el tango danza en los años recientes.

Calificación: Muy Bueno.