Sanfilippo evoca la vuelta de Perón

El 17 de noviembre de 1972 el fundador del justicialismo regresaba al país después de 17 años de exilio. Hace 45 años el destacado futbolista integró el charter que viajó a Europa para buscar al tres veces presidente. En diálogo con La Prensa recordó su relación con el peronismo y aquellos días históricos que le tocaron vivir.

A principios de noviembre de 1972, cuando Héctor Cámpora confirmó que Juan Domingo Perón regresaría definitivamente a la Argentina el día 17, se originó en el país un clima inédito de expectativa, hasta fue declarado feriado. Desde Madrid, mientras Perón aseguraba que le costaba "comprender las causas por las cuales los argentinos no pueden llegar, con un objetivo común, a las soluciones que el país y el pueblo reclaman"; en Buenos Aires comenzaba a organizarse el charter que iría a buscarlo a Europa para traerlo de regreso al país después de 17 años de exilio.

Aquel vuelo DC-8 Giuseppe Verdi de la empresa Alitalia estuvo integrado por una comitiva de 130 invitados, que incluía gobernadores, políticos, intelectuales, médicos, actores, cantantes y deportistas. Uno de los integrantes de aquel charter fue José Sanfilippo, uno de los máximos goleadores del fútbol argentino.

Hoy, a 45 años del regreso de Perón al país, que se instauró como el Día de la Militancia, El Nene como lo llaman todos, a sus 82 joviales años, dialogó con La Prensa para recordar su relación con el peronismo y aquellos días históricos que le tocaron vivir:

- ¿Cómo se hizo peronista?

- En 1945, yo tenía 10 años y el peronismo no existía recién empezaba todo. Pero me acuerdo que le agarré dos tapas de olla a mi vieja y con los pibes del barrio, en Parque Chacabuco, para jorobar un poco, salimos a gritar ¡Viva Perón!. Uno o dos años después, mi papá nos llevó a mi hermano y a mí a la Avenida 9 de Julio. Recuerdo un palco enorme y a mi viejo que nos dejó en un lugar seguro y nos dijo que no nos moviéramos. Y él hizo distintas colas para retirar un juguete, una sidra y un pan dulce. Nos quedamos toda la tarde. Fue la primera vez que en mi casa tomamos una sidra. Y nos hicimos peronistas. Nosotros éramos de una familia muy humilde, cuatro hermanos. El único que laburaba era mi viejo que mantenía la familia, trabajaba de motorman de tranvía y ómnibus.

- ¿Cuándo lo conoció personalmente, por primera vez, a Perón?

- Fue en 1951, yo tenía 16 años, imagínese la emoción que sentí. Fue por los
Campeonatos Evita. Perón nos recibió en la Casa de Gobierno y lo que me quedó grabado es que nos pidió por favor que mantengamos el respeto a los rivales. Es bueno ganar un campeonato pero también es mejor brindar un buen ejemplo y ser disciplinados, nos aconsejó.

- ¿Cómo siguió su relación con el peronismo?

- Yo siempre fui peronista, afiliado, pero nunca milité. Mantuve una amistad con quien había conducido durante muchos años la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) Lorenzo Miguel y también con José Ignacio Rucci, los dos fanas a muerte de San Lorenzo. Durante el exilio español, a Perón lo fui a visitar a Puerta de Hierro con todo los equipos donde estuve: San Lorenzo, Boca, la Selección Argentina y Nacional de Montevideo.

- ¿De qué conversaban?

- En una de esas visitas a Puerta de Hierro, Perón me mira y me dice: - ¿Cómo le va Sanfilippo? ¿Qué le pasa que lo veo con cara de enojado?. - Estoy con mucha bronca, mi general -le contesto- porque en la Argentina el gobierno militar asegura que su gobierno robó y eso me da mucha bronca. Perón me mira y me dice: - La casa es grande. Luego se para y hace como que agarra una tiza y me explica: - Vea, Sanfilippo, si yo tuviera poder como presidente de la República Argentina firmaría un decreto que diría: Yo Juan Perón autorizo al gobierno argentino a que se robe el 20% de lo que produce. Pero lo obligo a que invierta el otro 80%. Seríamos uno de los mejores países del mundo. Pero ¿sabe lo que hacen ahora? Se afanan el 80% y después se reúnen para ver que carajo hacen con el 20%!!. Era un vidente...un fenómeno.

- El 7 de noviembre de 1972 Héctor Cámpora confirma que Perón regresará al país el 17. ¿Cómo lo vivió usted?

- A mí me mandó llamar Lorenzo Miguel y Ricardo Otero, quien después sería ministro de Trabajo. Eramos un grupo de amigos. Nosotros sabemos, me dijeron, que sos peronista, no activo, y me invitaron para que sea parte del charter que iba a buscar a Perón. Yo fui el único futbolista. Sólo viajó otro deportista, el boxeador Abel Cachazú.

- El 14 de noviembre parte de Ezeiza el vuelo de Alitalia con rumbo a Italia.

- Efectivamente, llegamos al otro día y nos encontramos con el general por la mañana. Al otro día, se hizo una conferencia de prensa en el salón enorme de un hotel, el mundo estaba esperando las declaraciones de Perón. En medio de la conferencia, de repente, se rompe una puerta de vidrio por la cantidad de gente que había y se produjo una explosión bárbara que nos asustó a todos. Entonces Rucci le dice a López Rega que hagamos un cordón entre nosotros para proteger a Perón, porque no sabíamos lo que había pasado. Hicimos el cordón y la custodia se lo llevó por otra puerta a Perón. En el caos que se generó yo sentía alguien que me tironeaba de atrás y como un reflejo de la cancha le pegué un codazo...era López Rega. ¿Qué haces nene...me querés matar?, me dijo.

- El 16 emprendieron el regreso a Buenos Aires...¿qué recuerda?

- En el avión, Perón estaba en la parte privada del avión que tenía ocho asientos. El resto era común. Lo saludé cuando ingresé a la nave y después, ya en vuelo, me volví a acerar y le dije que si tenía ganas de hablar de fútbol charlábamos un rato...el me agradeció con su sonrisa característica. Lorenzo me dijo que Perón tenía que descansar. Yo estaba cerca de Matera, el neurocirujano. Fueron 15 horas de vuelo desde Roma, incluida una escala en Dakar.

- ¿Cómo era el clima en vuelo?

- Era festivo, había mucha emoción. Cuando el capitán de la nave anunció que estábamos llegando a territorio argentino comenzamos a cantar la Marcha Peronista. Y creo que también cantamos el Himno nacional. Pero sorpresivamente estuvimos girando dos horas en el aire antes de aterrizar. La pasamos fulero. Empezamos a mirar por las ventanillas. Yo tenía 37 años, dos hijos y me asusté. Estaban los militares (el gobierno de Agustín Lanusse) y uno no sabía si un loco podía agarrar una avioneta y estrellarse contra el avión que estábamos. Finalmente aterrizamos, eran las 11 de la mañana.

- Después...¿volvió a encontrarse con Perón?

- Si, ese mismo mes lo fuimos a visitar a su casa de Gaspar Campos con un grupo de futbolistas. Estuvimos dos horas escuchándolo. A él le gustaba charlar de fútbol. A mí me gustan todos los deportes pero el fútbol me apasiona, nos confesó. Nunca me dijo de que cuadro era. En Gaspar Campos nos habló del mundial de Alemania que se iba a jugar en 1974. "Yo sé que ustedes son los que saben pero si me autorizan me gustaría decirles quien va a salir campeón", nos dijo. Y enumeró: primero sale Holanda, segundo Alemania, tercero Brasil y cuarto Italia. Y estuvo bastante cerca.

- ¿Qué siente de haber participado de un hecho histórico?

- Siento alegría, para mí fue un privilegio el ser parte de ese momento. Hoy a la distancia veo que a nadie el pueblo quiso tanto como a él. Cuando murió sentí una gran tristeza y me vino a la memoria esa imagen en la 9 de Julio con mi papá buscando los regalitos. Luego, muchos lo usaron a Perón sólo para ganar las elecciones.