Se entregaron los premios Martín Fierro de la Radio 2017 y la gran protagonista de la noche, la que ganó el mejor de los premios, la que más centímetros y minutos ocupó en los medios fue la tan vapuleada Grieta. Ella acaparó la atención de los presentes en la ceremonia; de los premiados, de los no premiados y de los televidentes que siguieron la fiesta frente al televisor. Ella superó todas las expectativas haciéndose dueña de los discursos y hasta de los enfrentamientos en el salón. Ella pudo más que cualquier gesto de dignidad, que cualquier intento por limar las asperezas en el medio, que toda señal de pacificación. Merecido galardón para la Grieta que una vez más hizo gala de su fuerza mediática y una gran demostración de haberse metido definitivamente en la inteligencia de quienes deben informar, entretener y respetar a quienes los escuchan. Un número casi ilimitados de sinrazones fueron expuestas cada uno diciendo "su" verdad, en algunos casos interesada y en otros al borde lo piadoso. El cinismo subió al escenario junto a la gran premiada para recibir su galardón y ambos hicieron gala de cuán célebres son, de que importantes son. Su sola presencia despertó los instintos más bajos de quienes trabajando supuestamente con espíritu progresista a esta altura del mundo todavía se atreven a decirle a alguien "judío de mierda".
Hubo también quienes se mostraron compungidos y solidarios antes "los compañeros que pierden su fuente de trabajo", pero no se acercaron a decirles que ellos les donaban un poquito de sus grandes sueldos. Vestida de gala, la Grieta se pavoneó entre los presentes haciendo que algunos se olvidaran de los nombres de los responsables de los cierres de los medios de un lado y del otro. Hasta una panelista de mediocre inteligencia fue capaz de seguir la fiesta desde su twitter defendiendo a los que insultaron escribiendo: "Los judíos gobiernan, hace mucho, el mundo de las comunicaciones. No entiendo por qué nombrarlos los lastima" La religión ya no es excusa para victimizarse. "Me dijo judío ¡Qué horror!" jajaja". Qué pena que salvo Fernando Bravo, a quien aprecio desde muchos años y al único que voy a nombrar en este texto, los demás hayan sufrido el embate de la gran ganadora de la noche una vez más, la Grieta.
V. CORDERO