La crisis en Venezuela entra en una etapa de aceleración por la reunión de los acreedores
Caracas - La crisis de Venezuela entrará mañana en una fase de aceleración, cuando algunos acreedores se reúnan en Nueva York para evaluar la situación tras la falta de pago de un vencimiento y otros, según el presidente Nicolás Maduro, aceptarán la propuesta de iniciar conversaciones para una renegociación de la deuda externa del país.
Mientras tanto, el Consejo de Seguridad de la ONU analizará la crisis política del país caribeño, al que la Unión Europea (UE) le impondrá nuevas sanciones.
Todo ello, en el contexto de la incertidumbre acerca de la instalación de una mesa de diálogo entre el gobierno y sus adversarios internos, anunciada repentinamente la semana pasada por ambos sectores pero puesta “en suspenso” ayer por la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD).
La Asociación Internacional de Swaps y Derivados (ISDA, en inglés), que reúne a entidades que representan a tenedores privados de deuda, celebrará una reunión en su sede de Nueva York para evaluar las consecuencias de un retraso en el pago de un vencimiento por 1.161 millones de dólares de la petrolera estatal venezolana Pdvsa, que debió haberse cancelado el 3 de este mes.
Una decisión negativa por parte de la ISDA podría desencadenar un default parcial de Venezuela y disparar el pago de seguros contratados por los acreedores para resguardarse de la eventualidad de deudas impagas, indicó el diario caraqueño El Nacional.
Cerca de 70 por ciento de los tenedores de bonos de deuda soberana de Venezuela residen en Estados Unidos y Canadá, dos de los países menos tolerantes con el gobierno del presidente Nicolás Maduro, al que aplicaron sanciones económicas y migratorias para varios de sus funcionarios, incluido el mandatario.
A comienzos de este mes, Maduro creó una comisión presidencial con el objeto de “consolidar el refinanciamiento y la reestructuración de la deuda externa” venezolana que, a falta de datos oficiales, analistas privados estiman superior a 100.000 millones de dólares, y convocó para mañana en Caracas a los acreedores.
“No conozco a un solo inversor en Nueva York o Londres que hay aceptado la invitación del gobierno venezolano de ir a Caracas”, afirmó un operador financiero neoyorquino citado el jueves por el diario caraqueño El Universal.
Sin embargo, Maduro aseguró hoy que 414 inversores, que representan a un 91 por ciento de los tenedores de bonos venezolanos, aceptaron asistir a la reunión de mañana en Caracas.
El gobierno de Estados Unidos advirtió la semana pasada que, “si bien no existe prohibición” para que los ciudadanos norteamericanos “participen en una reunión vinculada a los bonos”, sí “deberían tener cautela en sus relaciones con el gobierno venezolano para asegurarse de que no se impliquen en transacciones o acuerdos, directa o indirectamente, con (personas incluidas en la lista) SDN”.
Maduro designó al frente de la comisión presidencial al vicepresidente ejecutivo, Tarek El Aissami, e incluyó entre sus miembros al ministro de Economía y Finanzas, Simón Zerpa. Ambos figuran en la Lista de Ciudadanos Especialmente Designados (SDN, en inglés) por Estados Unidos, que implica la prohibición para todos los estadounidenses de realizar transacciones con ellos.
Venezuela debe afrontar los vencimientos de su deuda externa en el contexto de una severa escasez de divisas, un desabastecimiento generalizado de alimentos, medicina e insumos para la producción, y una tasa de aumento de los precios internos que, además de ser desde hace años la mayor del mundo, según varios economistas ya se convirtió técnicamente en hiperinflación.
El problema de la deuda podría convertirse, paradójicamente, en la llave para concretar el diálogo entre el oficialismo y la oposición, que ambos sectores procuraron sin éxito en septiembre, en Santo Domingo, República Dominicana, y que fracasó a poco de instalado en las dos últimas ocasiones en que se lo emprendió, en 2014 y 2016.
Representantes del chavismo y la MUD anunciaron la semana pasada que se encontraría el miércoles próximo en Santo Domingo, pero la coalición opositora advirtió anoche que el diálogo estaba “en suspenso” porque el gobierno no había dado el “visto bueno” a la presencia de los cancilleres de Bolivia, Chile, México, Nicaragua y Paraguay, facilitadores del proceso.
Aunque los objetivos centrales de la MUD son conseguir garantías de transparencia para las elecciones presidenciales de 2018 y la liberación de los más de 350 opositores presos, el acuerdo más factible es el reconocimiento oficial a la Asamblea Nacional, el parlamento dominado por la oposición y neutralizado por el chavismo, a cambio de que ella avale la iniciativa de renegociación de la deuda externa, según varias fuentes políticas citadas por la prensa local.
Mientras tanto, también mañana en Nueva York, el Consejo de Seguridad de la ONU analizará la situación de Venezuela en una reunión de la que participarán también el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, y representantes del Grupo de Lima que conforman la Argentina y otros 11 países.
Asimismo, el Consejo de Cancilleres de la Unión Europea (UE) decretará mañana en Bruselas la imposición a Venezuela un conjunto de sanciones “graduales, selectivas, flexibles y reversibles”, entre las que figuran un embargo de armas y un veto a las exportaciones al país caribeño de equipos que puedan usarse “para la represión interna” o para “vigilar” comunicaciones electrónicas, dijeron fuentes del bloque citadas por la agencia EFE.