La ruralidad desconocida

Un tercio de los 3,5 millones de habitantes de zonas rurales son pobres. El FIDA reafirmó, junto a organismos y agencias internacionales la necesidad de brindar más atención al sector rural en América latina y el Caribe. Surgen nuevos paradigmas en la producción y se acercan tiempos de renovación en el área.

El Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), junto con otras agencias de las Naciones Unidas, organismos e instituciones financieras internacionales, debatieron en la Universidad Nacional de Cuyo, en Mendoza, sobre los nuevos paradigmas que están reconfigurando el mundo rural en América Latina y el Caribe y reafirmaron la necesidad imperiosa de brindar más atención al sector rural. 

El seminario fue inaugurado por el Gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, quien destacó en sus palabras de bienvenida la "necesidad de una intervención más específica e inteligente de organismos públicos y privados, por lo que es de gran utilidad todo lo que hayamos hecho, y podamos hacer, en conjunto con el FIDA". 

El encuentro cobra especial relevancia en una región como América latina, cuyo considerable crecimiento económico en la última década no ha sido suficiente para que 175 millones de sus habitantes salgan de la pobreza, ni para que otros 70 millones encuentren alivio a su situación de indigencia. Uno de cada dos latinoamericanos que vive en zonas rurales es pobre. Mientras que en las ciudades de América latina la incidencia de la pobreza es del 24%, en las áreas rurales este porcentaje casi se duplica, con un 46%. El drama de la pobreza rural es, además, prácticamente invisible.

"A pesar de estos retos, América latina es la región del mundo que menos invierte proporcionalmente en el sector agrícola. En este encuentro, el FIDA y sus entidades asociadas han reafirmado la necesidad de revertir esta tendencia, y brindar más atención al sector rural", remarcó Joaquín Lozano, director de la División de América latina y el Caribe del Fondo. 

Durante el seminario se hizo hincapié también en la necesidad de dar un giro a las proyecciones que actualmente marginan a las áreas rurales, de forma que se aprovechen las oportunidades que brinda el proceso de urbanización, para fortalecer la vinculación entre áreas urbanas y rurales. 

En esa línea se expresó Daniel Pizzi, rector de la Universidad Nacional de Cuyo, quien destacó la necesidad de aceptar el desafío de dar una discusión relacionada al desarrollo de la ruralidad y las miradas transversales que intervienen ese desafío, "que no sólo incluyen a la agricultura sino también a la infraestructura, el cambio climático y la organización social, entre otros temas".

Hugo Beteta, director de la Sede Subregional en México de la Comisión Económica para América latina (Cepal) destacó las grandes brechas que se suelen esconder detrás de los promedios estadísticos, por lo que recomendó que el FIDA incluya en todas sus estrategias un abordaje a la desigualdad. 

En opinión de Beteta, "el lugar, el género, la etnia y la clase donde se nace determinan en buena medida el destino de una persona. De hecho, en América latina, el origen de una persona es también su destino". 

Julio Berdegué, subdirector General y Representante Regional en América latina y el Caribe de la FAO, refirió cómo la región ha perdido ritmo en la reducción de la pobreza rural en los últimos años, con apenas cinco países capaces de mantener los indicadores.

Berdegué destacó que el porcentaje de personas pobres rurales, que son en realidad indigentes rurales, creció del 50 al 61% en los últimos años, por lo que considera que la pobreza que persiste no es tanto un problema de carencia, como de exclusión social. Una cuestión que, en palabras de Ana Touza, asesora Regional del Programa Mundial de Alimentos (PMA), tiene un rostro femenino, rural, indígena, sin tierra, sin acceso a la educación y sujeto a la inseguridad alimentaria.
Edith Obschatko, especialista en Políticas Agropecuarias del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), consideró que la definición actual de población rural es demasiado simplista y destacó a la ruralidad como parte esencial de la identidad de cada país. 

Esta observación cobra especial relevancia en un momento en el que la comunidad internacional, y los donantes en particular, están concentrando una mayor atención en los países de bajo Producto Bruto Interno (PBI), a pesar de que el 72% de las personas pobres del mundo viven en países de PBI medio. 

En este sentido, Héctor Bravo, jefe de Gabinete del Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP) de Chile destacó la importancia de focalizarse en pequeños productores de pueblos originarios y en aquellas estructuras que incluyan a las municipalidades para implementar programas como un compromiso para reducir la pobreza rural. 

Miseria severa

En el caso de la Argentina, uno de los principales exportadores mundiales de alimentos, un tercio de los 3,5 millones de habitantes de zonas rurales son pobres. Si bien el Gobierno ha hecho de la reducción de la pobreza una de sus prioridades y se han logrado avances, ésta sigue siendo especialmente severa en las comunidades indígenas, y fuerza también a muchas jóvenes del campo a migrar. 

Aylén Azzaro, participante del Programa para el Desarrollo Rural Incluyente (Proderi), financiado por el FIDA e implementado por la Unidad para el Cambio Rural (UCAR), recordó los desafíos que todavía encuentran muchos habitantes de las áreas rurales para acceder al agua.
Las palabras de cierre correspondieron al ministro de Economía, Infraestructura y Energía de Mendoza, Martín Kerchner, quien consideró fundamental que todos los actores implicados en el desarrollo rural tengan una ruta muy clara para poder ejecutar su cometido.

Otero candidato

Cabe recordar que el próximo jueves, se realizará la elección del nuevo director para el Instituto Interamericano de Cooperación Agrícola (IICA) dependiente de la Organización de Estados Americanos (OEA), donde se encuentra postulado un representante de nuestro país, Manuel Otero, quien expuso recientemente en Georgetown (capital de la República Cooperativa de Guyana) sus propuestas ante ministros de países miembros de la Comunidad del Caribe (Caricom), donde propuso la creación de un fondo especial para los países caribeños. 

El candidato argentino destacó que es necesario partir de la premisa explícita de que la región caribeña comprende países en desarrollo que tienen como característica ser pequeñas islas "que sufren una especial vulnerabilidad, y por ende son menos resilientes que otros estados desarrollados o en desarrollo". 

En el ámbito general, dijo que "la agricultura debe ser un sector estratégico que ayude a promover el desarrollo y a ver a los territorios rurales como espacios de progreso". 

También reiteró que la nueva agenda del organismo multilateral tiene que poner en su centro al cambio climático, la seguridad alimentaria y la pobreza, con buenos proyectos y una gestión innovadora. En ese sentido, recordó que "dos terceras partes de los países del continente son todavía vulnerables e inseguros desde el punto de vista alimentario". 

El funcionario electo reemplazará al ingeniero agrónomo mexicano Víctor Villalobos. El doctor Otero, uno de los principales candidatos para este puesto, es veterinario de profesión y con una trayectoria de 30 años en el IICA, en el que se desempeñó, entre otros cargos, como representante en Brasil y en Uruguay.