La Reforma Laboral es el próximo desafío de Macri

Lo que vendrá. Durante las jornadas del coloquio, quedaron expuestos como modelos a seguir los esquemas de contrataciones laborales creados para la puesta en marcha de Vaca Muerta o la ampliación de Toyota, que se consiguieron llevar a cabo con éxito para ambas parte

 Tras el 53º coloquio de IDEA en Mar del Plata los empresarios celebraron el rumbo actual de la economáa aunque advirtieron que la inflación puede derrumbar muchos de los planes del gobierno y mostraron su preocupación al respecto. El otro tema que se instaló muy fuerte entre los responsables de la economía privada del país, es la necesidad de una reforma laboral urgente, para ellos casi más prioritaria que le reforma fiscal. Lo cierto es que ya no quedan dudas que ambos temas serán las principales urgencias del Ejecutivo apenas pasen las elecciones legislativas del próximo domingo.

Durante las jornadas del coloquio, quedaron expuestos como modelos a seguir los esquemas de contrataciones laborales creados para la puesta en marcha de Vaca Muerta o la ampliación de Toyota, que se consiguieron llevar a cabo con éxito para ambas partes, los trabajadores y las empresas, sin modificar la Ley de Contratos de Trabajo.

Hubo acuerdos concretos que están funcionando sin conflictos por ambas partes y esto entusiasma al Presidente. A raíz de estos casos, la tendencia sería no demorar en la creación de una nueva ley sino buscar hacer las modificaciones necesarias a las actuales formas de contratación, sector por sector y apuntando a disminuir los costos de los salarios sin afectar los sueldos de bolsillo. Esta metodología aceleraría el proceso sin tener que pasar un casi interminable tratamiento en el Congreso donde las pujas políticas dilatarían la aprobación final de una ley. La idea es mandar a los legisladores un proyecto pre aprobado por los distintos protagonistas. Sobre esto, el senador Miguel Angel Picheto ya dejó claro que cualquier proyecto que llegue a manos del bloque justicialista, deberá tener el aval de la CGT, de lo contrario, se negarán a su tratamiento. Por otra parte, atacar el problema sector por sector permitiría algo así como personalizar los problemas concretos de cada uno y no caer en generalizaciones que no dejarían a todos satisfechos. Del otro lado de la mesa están los sindicatos sobre los que el Gobierno realiza una tarea de convencimiento con algunos resultados positivos y otros no tanto. Rodolfo Daer, Luis Barrionuevo, Gerardo Martínez y José Luis Lingeri aceptaron sentarse a dialogar sobre un temario de varios puntos comenzando por aceptar que habrá que sectorizar la discusión antes de intentar la creación de una nueva ley. Algunos puntos ya aparecen como innegociables, como las obras sociales de los sindicatos. "La caja no se negocia" dicen desde la CGT los referentes más dialoguistas y este tema puede ser una traba difícil de desbloquear.

Hasta ahora y siempre en borrador, el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, marca como acordado el tema del blanqueo de los trabajadores y la creación de una estructura de capacitación laboral que estará a cargo del propio Gobierno, los empresarios y los sindicatos. Este último proyecto tendría como finalidad darles a los trabajadores capacitación técnica de avanzada para generar mano de obra especializada y actualizada. Es solo un principio, pero algo es algo en un tema espinoso que tiene algunos puntos que serán de difícil solución, como el del pago de las indemnizaciones, donde los gremios no están muy dispuestos a que la cuerda se afloje. El escollo de Hugo Moyano, que insiste en mezclar su negociación por OCA con el tratamiento de las reformas laborales, será un hueso duro de roer porque Macri ya dejó claro que no entregará la empresa de correos al camionero. En esa lucha puede radicar parte del éxito o del fracaso de las intenciones de solución al tema laboral que el Gobierno pretende cerrar antes de fin de año. Los Moyano son expertos en meter presión y además son pacientes y esperarán hasta último minuto para decir si se sientan o no a negociar. Mientras Pablo, insiste con las críticas duras a la gestión de Macri, casi una réplica de las que hace la ex presidenta Cristina Fernández, aunque las intenciones sean diferentes. La reforma laboral es el tema que viene y será motivo de análisis y enfrentamientos, todo dependerá ahora de la cintura política de los hombres de Macri a la hora de sentar a la misma mesa a sindicalistas y empresarios y pedirles a ambos que tienen que ceder, dejar parte de los beneficios actuales en servicio de un trabajo de mejor calidad, más sustentable y blanqueado. No es tarea fácil.