Un narrador sensible y refinado


El ojo castaño de nuestro amor
Por Mircea Cartarescu
Impedimenta. 204 páginas

En el encanto con que Mircea Cartarescu evoca pequeñas estampas de su vida, o cuenta sus tribulaciones como escritor, pero sobre todo en la belleza de su prosa poética, radica el tesoro de este libro. Mérito de un narrador exquisito, cuyas obras viene publicando el sello Impedimenta.

Poeta, ensayista y crítico literario, a Cartarescu (Bucarest, 1956) se lo considera el más destacado escritor rumano contemporáneo. En El ojo castaño de nuestro amor, este profesor de literatura ofrece una selección de textos autobiográficos donde se alternan memorias, cuentos y reflexiones que subyugan por su sensibilidad y elegancia, fruto de una cuidada elección de las palabras.

Cartarescu habla aquí de la pérdida del amor, de la pobreza de su hogar y hasta del aroma del café, pero también de su relación ambivalente con Bucarest, de la soledad y la muerte. Cuenta la tragedia de una isla rumana engullida por las aguas de una represa, el exilio del poeta Ovidio en esas tierras y, claro, se explaya sobre la literatura: traza un panorama de las letras rumanas, y se queja de la falta de valor de la poesía en este mundo inmanente y aleatorio, y de la falta de cultura de las nuevas generaciones de lectores.

Los relatos, poblados de ricas descripciones visuales, permiten ver sus altibajos como escritor, sus épocas más inspiradas y aquellas de depresión o más esforzadas. Como cuando era un amargado profesor en una escuela pública, recién casado y con una niña, y escribía a máquina con una mano mientras con la otra movía el cochecito.

Su testimonio más conmovedor es aquel en que evoca la muerte de su hermano gemelo Víctor, a los cinco años, víctima de una neumonía, un drama familiar que lo marcó para siempre y que presta su poético título a esta selección.

Bajo estas postales asoma también la historia reciente de un país que se sacudió con esfuerzo el yugo del comunismo solo para ser escaldado por una versión salvaje del capitalismo.

El comunismo, una sombra que se proyecta en muchos relatos, aparece expuesto en toda su crudeza. Como un mundo sórdido, de hambre y ruinas. Un mundo opresivo, donde aprendió de niño que no se podía hablar de reyes ni de Cristo, y donde ciudadanos desesperados se exponían a las balas de la policía para cruzar a nado el Danubio.

Pero el autor no oculta su desencanto con la posterior revolución y con el mismo Occidente, donde vivió un tiempo. Una época en que llegó a escribir llorando un poema desesperado en la cúspide del Empire State.

La intensidad de la primera persona, y su voz literaria tan original, resultan cautivantes. Esas dos cualidades le otorgan la universalidad que él reivindica, en oposición al cliché que lo sitúa como autor de Europa del Este. Su escritura borra distancias y hasta sugiere inesperadas semejanzas con nuestro pasado. No en vano, el autor, que se confiesa admirador de Borges y Cortázar o García Márquez, repite que Rumania es el país más latinoamericano de Europa.

Cartarescu es mencionado con frecuencia como un candidato a obtener el premio Nobel. La presente compilación no sólo sirve de sumario al conjunto de su obra. En ella puede encontrarse algo más ambicioso: esos momentos de resplandor que, según el propio autor, hacen al logro de un libro.