Un plan con supuestos heroicos

Sin los fondos del blanqueo de capitales, el año próximo puede volverse arduo a la hora de alcanzar la meta en materia de gasto, sugieren desde el Estudio Bein y Asociados. La economía crecerá 2%, el dólar cotizará a 19 pesos y la inflación será de 18%, proyectan los expertos. La balanza comercial seguirá en rojo.

El diseño del Presupuesto presentado ante el Congreso de la Nación tiene como objetivo prioritario la reducción del déficit fiscal en un punto porcentual. Lo que es igual a decir que existe la necesidad de que el 4,2% del rojo de las cuentas públicas con que cerrará este año se transforme en 3,2% para diciembre de 2018.

La tarea, claro está, no será sencilla. Ocurre que el Gobierno no contará con el envión que le ha dado el blanqueo de capitales en el último ejercicio. La situación demanda una ingeniería financiera que lleva a redistribuir recursos y, sobre todo, a recortarlos en sectores sensibles como los subsidios económicos.

El achique del gasto sería del orden de los $ 100.000 millones. Y si bien el Ministerio de Finanzas ha garantizado desde lo nominal los mismos fondos de este año para la ejecución de obras públicas, se estima que, proceso inflacionario mediante, significaría una merma del 20% desde lo real.

Para que esto no afecte el envión que ha tomado la obra pública en este año electoral es que el Gobierno puso en funcionamiento un instrumento que resulta clave: el esquema de Participación Público y Privada, con lo cual busca tapar este bache. La duda es si, en el contexto actual y con los tiempos largos con que se manejan los contratos en la Argentina, las empresas privadas estarán dispuestas a asumir el riesgo.

Las 310 páginas del proyecto de Presupuesto dejan en claro que seguirá en pie el gradualismo, lo que implica la continuidad de una política de endeudamiento externo que ya produce cosquilleos cuando se observan los números del resultado financiero.

El plan que Nicolás Dujovne, ministro de Hacienda, llevó bajo el brazo hasta el Congreso contempla los siguientes ocho objetivos principales: estabilidad macroeconómica; acuerdo productivo nacional; desarrollo de infraestructura; desarrollo humano sustentable; combate al narcotráfico y mejora de la seguridad; fortalecimiento institucional; modernización del estado; e inserción inteligente al mundo.

OPTIMISMO

"Esta es una situación muy complicada. Armar un presupuesto para el año próximo con metas de inflación no es sencillo. Además, esta vez no estarán los recursos del blanqueo de capitales y eso llevará a un sobre esfuerzo para llegar al 3,2% del PBI planteado en el proyecto. El presupuesto tiene supuestos heroicos", destacan desde el Estudio Bein los economistas Martín Vauthier y Federico Furiase.

El crecimiento, proyectado en 3,5%, también es un desafío para el Gobierno, sobre todo porque el incremento de las tarifas socavará el consumo. "Nos parece que es algo alto. Hay que ver cuáles son los drivers que lo impulsan. Nosotros estimamos un crecimiento del PBI del orden del 2%", remarcan los expertos.

"La realidad es que este año la política de ingresos públicos jugó a favor. Se recuperó la mitad de lo que se había perdido el año pasado, con una política fiscal expansiva. El sector público jugó a favor, como también el crédito originado en la banca pública", agregan.

Pero en 2018 pueden soplar vientos cruzados. Sin blanqueo y con recorte del gasto público, la situación se vuelve menos auspiciosa. Como explican los especialistas, "el año que viene, con ajuste, es difícil pensar que la economía vaya a crecer fuerte. Donde más puede llegar a notarse el impacto es en las tarifas vinculadas al transporte de gas y en el combustible".

Ante un escenario que será distinto, el Gobierno ha instrumentado el esquema de Participación Público Privada para las obras de infraestructura, una manera de abrirle el juego a los capitales y ahorrarse el dinero y la exposición del financiamiento.

"Una de las vías para financiar las obras son los PPP, pero otra son los fideicomisos bilaterales -dicen desde Estudio Bein-. Eso es un punto de expansión fiscal que no está contemplado en el presupuesto".

Y agregan: "Con el tema de las PPP hay de todo. En algunos casos, toda la inversión es privada, el riesgo y el funcionamiento. En otros hay un mix entre lo público y lo privado. Pero el grueso son los préstamos bilaterales, como los firmados con China para construir las represas en Santa Cruz. Eso, en principio, es deuda. Y luego está la obra pública que se realiza con financiamiento privado y garantías del sector público".

LOS PRECIOS

El presupuesto que debatirá el Congreso contempla un objetivo de inflación del 10%, acorde con las metas establecidas por el Banco Central, con una variación promedio del 15,7% para todo el año. "Sigue siendo una tasa alta, pero va en baja. Se trata de un promedio. El REM marca que se arranca con un 22% a comienzos de año, para terminar en 10 -subrayan-. Es consistente con lo que plantea el BCRA. Nosotros pensamos que será del 18%".

La evolución del tipo de cambio no puede estar ausente a la hora de contemplar la suba de los precios, al menos en la Argentina. El plan prevé un dólar que cotizará a 19 pesos, monedas más, monedas menos, hacia diciembre del 2018. Las proyecciones elaboradas por el estudio Bein, que dirigen Miguel Bein y Marina Dal Poggetto, coinciden con lo esperado por las carteras de Finanzas y Hacienda. "Vemos un dólar subiendo un 12%, lo que lo coloca en una cotización que ronda los 19 pesos. Eso le agregará dos puntos a la inflación".

Que el precio del dólar avance con tranco corto impacta de manera directa en el sector exportador, que actualmente no pasa por su mejor momento. "No vemos novedades en el sector externo -remarca el análisis de Vauthier y Furiase-. El tipo de cambio no se adelantará y continuará la apertura de la economía". Es decir, la balanza comercial continuará siendo negativa.

Si una de las premisas del Gobierno es lograr la inserción inteligente de la Argentina en el mundo, la pregunta se dispara sola: ¿estamos yendo realmente en ese camino? "Las exportaciones crecerán un 5,7% el año próximo, contra un crecimiento del 6,8% de las importaciones. Con las exportaciones hay que ver qué pasa con la cosecha. Es verdad que el campo ha experimentado un shock de inversiones, con mucha venta de maquinaria, pero también ha sufrido el impacto de las inundaciones. Hay que ver si el agua no termina dañando todo los logros obtenidos hasta el momento".

Como aliciente, los economistas consultados ven la posibilidad de que el crecimiento de Brasil vuelva a traccionar la demanda de productos argentinos. Las proyecciones del estudio Bein esperan que el principal socio comercial de la Argentina experimente un crecimiento del 3% el año que viene, consolidándose porque "ya hizo el ajuste".

"El Gobierno de Brasil peor imagen ante la gente no puede tener, y el Congreso vota todo lo que le ponen sobre la mesa. La inflación está por debajo de la meta establecida y tienen margen para seguir bajando la tasa de interés. Si Brasil crece, demandará más a la industria automotriz argentina. Ahora le estamos vendiendo menos del 40%. Pero si aumentan las exportaciones, por otra parte aumentarán las importaciones de autopartes", concluyen.