Miles de independentistas rechazaron en Barcelona la intervención policial para evitar el referéndum

El presidente catalán, Carles Puigdemont, afirmó que el Estado español "suspendió de facto el autogobierno de Cataluña y declaró un estado de excepción", luego de que la Guardia Civil detuviera a altos cargos de su gobierno y registrara varias sedes del Ejecutivo regional.

Barcelona - Miles de independentistas catalanes salieron a la calle de forma espontánea para defender el referéndum unilateral de secesión del 1 de octubre y las "instituciones catalanas", tras un operativo de la Guardia Civil española para evitar la consulta, en el marco del cual se llevaron a cabo 14 arrestos y se registraron sedes del gobierno regional. 

El presidente catalán, Carles Puigdemont, afirmó que el Estado español "suspendió de facto el autogobierno de Cataluña y declaró un estado de excepción", luego de que la Guardia Civil detuviera a altos cargos de su gobierno y registrara varias sedes del Ejecutivo regional, en un operativo contra el referéndum de secesión del 1 de octubre próximo, al hacer una declaración institucional tras la reunión extraordinaria del Consejo Ejecutivo en Cataluña.

"Votaremos, votaremos", coreaban los primeros manifestantes que se concentraron a las puertas del Departamento de Economía catalán, situado en La Rambla de Cataluña, a escasos metros de la céntrica Gran Vía, donde se llevó a cabo uno de los principales registros esta mañana. 

La concentración fue creciendo rápidamente y, en pocas horas, miles de manifestantes se encontraban protestando en el lugar con sus banderas "esteladas" -la catalana no oficial- y carteles recién impresos con el mensaje "Votem per ser lliures" (Votemos para ser libres). 

Mientras en la calle se escuchaban gritos como "Fuera las fuerzas de ocupación" o "No pasarán", ambos lemas recurrentes de la época franquista, algunos trabajadores del departamento de Economía colgaron banderas en los balcones del edificio en apoyo a la independencia.

"Esta noche la pasamos aquí. Ha llegado el momento, el pueblo comenzó esto y el pueblo lo acabará. Los políticos se pusieron por delante, pero esto es algo de la gente", dijo a Télam Mireia Aragó i Vinyals, una voluntaria de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) que participaba de la manifestación. 

"Es muy grave lo que hicieron, están aplicando el artículo 155 de la Constitución, la intervención de las instituciones catalanas, espero que ahora Europa y el mundo nos escuchen y no nos dejen solos", añadió esta mujer de 47 años, quien cree que lo que está sucediendo es un "golpe de Estado".

De forma simultánea, grupos de independentistas cortaron otras calles de la ciudad condal, como la céntrica vía Laietana, donde se encuentra otra sede del gobierno catalán, que también fue registrada por las fuerzas de seguridad. 

ESTADO DE EXCEPCION

Ante el operativo de la Guardia Civil, el presidente catalán, Carles Puigdemont, emitió un mensaje institucional desde el Palacio de Generalitat, en el que aseguró que la intervención suponía la suspensión "de facto del autogobierno de Cataluña", y la aplicación del "Estado de excepción" por parte del Estado español. 

No obstante, ratificó que el referéndum del 1 de octubre se celebrará porque "es el encargo que nos ha hecho la ciudadanía", subrayó, al tiempo que llamó a votar en "defensa de la democracia". 

Desde temprano, las redes sociales estallaron con mensajes y llamados a la movilización. 

En tanto, la tensión se trasladó por la tarde a la sede del partido anticapitalista Candidatura de Unidad Popular (CUP), los socios minoritarios del gobierno de Puigdemont, que fue rodeada por la Policía Nacional española. 

Los agentes acudieron a la sede partidaria aparentemente sin orden judicial, y poco después se marcharon en medio de una protesta pacífica de los militantes anticapitalistas, que fueron alertados por Twitter de la situación. 

Puigdemont remarcó que "el gobierno de Cataluña ha sido objeto de una agresión coordinada" y, mientras una multitud se concentraba en el centro de Barcelona, anunció la convocatoria de una reunión extraordinaria del gobierno, que, dijo, tiene "legitimidad democrática para defender su autogobierno".

Previamente, y ante la espontánea manifestación popular de repudio a las medidas tomadas por el gobierno del Partido Popular de Mariano Rajoy, Puigdemont ofreció todo el apoyo a los detenidos.

Además, denunció como ilegítima "la suspensión" del Gobierno de Cataluña. "Nos reiteremos en la respuesta pacífica. El gobierno español ha ultrapasado la línea roja y se ha convertido en una vergüenza democrática", dijo.

El día comenzó con la Guardia Civil (una policía nacional militarizada, que en tiempos de Francisco Franco era la única fuerza del orden en toda España) desplegando un gran operativo contra el referéndum, mientras detenía altos funcionarios del gobierno catalán por orden del juzgado número 13 de Barcelona. 

El objetivo era desactivar el núcleo duro de la organización del referéndum, pero de inmediato empezaron a concentrarse centenares de personas convocadas por los independentistas para protestar por la operación.

En su declaración, el presidente catalán reiteró el concepto al afirmar que "el Estado español ha suspendido de facto el autogobierno y ha aplicado de facto un estado de excepción".

Mientras tanto, desde la Fiscalía llegaban quejas de que los Mossos d'Esquadra, la policía catalana que se había comprometido a cumplir las órdenes que recibiera, "se ponen de perfil" y dejan hacer a los independentistas.

Para Puigdemont las "irrupciones policiales, detenciones, registros sin orden, intimidación a los medios", y "el intento de bloqueo de la cuentas de la Generalitat" por parte del gobierno español del conservador Mariano Rajoy provocan "una situación inaceptable en democracia".

"Defenderemos el derecho de los ciudadanos a decidir su futuro", anunció finalmente, y desafió a las autoridades centrales: "El 1 de octubre saldremos de casa, llevaremos una papeleta y la usaremos".

"Lo que está viviendo Cataluña no lo vive ningún Estado de la Unión Europea. No aceptaremos un retorno a épocas pasadas y no aceptaremos que no nos dejen decidir las épocas futuras", concluyó.

Rajoy defendió firmemente la operación de las fuerzas del orden.  "Se ha hecho por decisión del juez para que se cumpla la ley", afirmó en un plenario del Congreso, del que se habían retiraron los independentistas, y recibió el apoyo del socialdemócrata PSOE y el liberal Ciudadanos.

En tanto, los vascos de EH Bildu y el izquierdista Podemos se pronunciaron en contra del operativo.