Cuidar nuestro patrimonio arquitectónico

Durante su visita a la Argentina, Francesco Bandarin, actual Subdirector General de Cultura de la UNESCO, destacó los avances y tareas pendientes en la preservación patrimonial urbana y arquitectónica.

Con una extensa trayectoria como planificador urbano y arquitecto Francesco Bandarin, actual Subdirector General de Cultura de UNESCO, estuvo de visita en la Argentina invitado por la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos.

El ente Nacional, que preside Teresa de Anchorena, presentó ante la UNESCO un proyecto que busca promover como Patrimonio Mundial un conjunto de monumentos y sitios de las ciudades argentinas de Buenos Aires y La Plata (ver recuadro). Además, durante su visita el arquitecto Bandarin visitó sitios patrimoniales en Santa Cruz y en Córdoba. 

En dialogo con La Prensa, Bandarin expresó su visión sobre la situación actual de la preservación del patrimonio en la Argentina y la necesidad de crear zonas de protección dentro de las ciudades para un mejor cuidado urbano.

-¿Cómo percibe la conservación patrimonial urbana y arquitectónica en Argentina?

-La preservación urbana en la Argentina todavía tiene algunos elementos por trabajar. En cuanto a la preservación patrimonial arquitectónica, me parece que cuando edificios son identificados como patrimonio los cuidan. Por ejemplo, el otro día estuve en Córdoba visitando el Teatro del Libertador, el Teatro San Martín, que es una joya. Es uno de los pocos teatros del mundo todavía con la maquinaria del siglo 19. No se encuentran en Italia o Francia un ejemplo como este. Lo que se percibe es que están cuidándolo muy bien, manteniendo su complicada maquinaria. El Gobernador Scharetti nos dijo que invertirán 450 millones de pesos para hacer una reforma total. Por esto no se puede decir que no hay interés en cuidar ese patrimonio excepcional con edificios. Es diferente el tema de la conservación urbana.

Eso significa que el tejido urbano menor está bajo el nivel de conservación y noto que aquí no hay mucho porque las leyes permiten el desarrollo sin límites. No he visto aquí, en el centro de Buenos Aires, un concepto de conservación del conjunto urbano sino de edificios individuales. A veces eso es necesario, no digo que este prohibido construir o modernizar, pero algunas áreas deberían ser mejor protegidas. Un ejemplo es Palermo. No hay una ley que proteja el paisaje urbano de ese barrio. Ahí hay edificios de 4 o 5 pisos que surgen como hongos en el paisaje y eso al final hace que se pierda lo que es el conjunto urbano. Creo que hay mucho por hacer .

-¿Falta tener conciencia de que conservando el Patrimonio urbano y el arquitectónico también se genera desarrollo, empleo y bienestar?

-Si, pienso que es un concepto general. El Patrimonio urbano tiene un lado histórico. Hay pueblos que tienen cierta preservación pero hay ciudades grandes que conserven espacios. Si existe la Manzana Jesuítica que gracias a ser Patrimonio Mundial no la tocan pero alrededor no hay un concepto de mantener volúmenes, alturas. Es un libre mercado.

-Pareciera que por sus altos costos mantener un edificio histórico y antiguo en Ciudad de Buenos Aires depende del Estado, de convertirlo en un museo o en convertirlo en oficinas gubernamentales, ¿es así la visión que se debe tener?

-No hablo de edificio sino de barrios. Mi consejo sería hacer una zona de protección. Desarrollar algunas áreas y en otras ser más estrictos porque tienen un valor para la sociedad. Todavía no veo una coherencia en esto.

-¿Cómo percibe que debe ser adoptado el cambio de ideologías para que no afecte un monumento Nacional? Aquí tuvimos un conflicto con un monumento dedicado a Colón al que se lo cambio de lugar por una cuestión ideológica.

-No creo que un monumento que se desplaza sea una tragedia infinita. Es más grave cuando se destruyen monumentos que son parte de la historia urbana. He visto un caso muy interesante que es el edificio del Correo. Es fantástico lo que se hizo. Es perfecto porque se mantuvo el volúmen, el papel del edificio en la morfología urbana pero en el interior se lo ha transformado de una manera excelente. Es un centro de música de nivel internacional, es extraordinario.

-¿Conoce el Proyecto del Bajo que va a transformar Puerto Madero?.

- No, no lo conozco. Puerto Madero parece más una visión comercial. No es malo en sí mismo, pero no estamos hablando en conjuntos históricos ya que es una comercialización con una visión como la que se ve en norteamérica. Es como un Water Front de Baltimore o Boston. Por lo menos mantiene un conjunto físico que es un paisaje urbano. Pero mi pregunta sería, ¿hay aquí un plan metropolitano que indica dónde se puede o no hacer transformaciones radicales?. Yo no estoy en contra de las construcciones pero el problema es que aquí ocurren de manera anárquica.

-A veces se oyen críticas sobre que las nuevas generaciones de arquitectos cuentan con una visión más proclive a demoler y construir antes que preservar, ¿es así?.

-Creo que esa afirmación es algo genérica y debería verse zona por zona. Algunos casos como Puerto Madero que era un puerto que perdió sus funciones y donde la transformación no es imposible. No es estar en contra de la transformación, el problema es la lógica. Es un método de identificar áreas que se puedan cambiar, formas urbanas que se mantienen. Es una lógica patrimonial dentro del desarrollo metropolitano que crece y que no está congelado.

-¿Qué puede contar sobre el Proyecto de Buenos Aires -La Plata que será presentado por la Comisión Nacional de Museos?

- Está en elaboración. Es un concepto de hacer la inscripción de estas dos ciudades como momentos paralelos de creación de capitales. Una nacional y una provincial. Es un mismo momento fundacional al final del siglo 19 y a principios del 20, más o menos un período de 30 o 40 años en el que se formó la Nación argentina. La gran inmigración europea de italianos, españoles, alemanes y franceses se dio por esa época y no sólo vino el pueblo sino también la tecnología, la técnica, los estilos arquitectónicos,etc. Se creó un campo de experimentación único en el mundo y esa característica todavía se puede identificar en muchos edificios y zonas urbanas aquí y en La Plata, como paralelos.Todo eso tiene que ser muy explicado y llevará más de un año de trabajo.

-Esta formación de nuevas ciudades pareciera ser una primera globalización y creación de nuevas identidades culturales ¿cómo se convive hoy con tanta diversidad cultural?

-La diversidad es una condición inevitable que está aumentando. Porque todas las ciudades, inclusive Buenos Aires y también Europa, se están volviendo multiculturales por inmigración u otros motivos. Tenemos que entender mejor la diversidad como valor, no como un problema.

Artistas nacionales e internacionales son destacados por su legado

Suman monumentos y bienes históricos

Con la visión de que el arte público de una Nación es fruto de este proceso histórico en el que los monumentos y esculturas se comportan como elementos referenciales y son un instrumento de propaganda de las nuevas ideas y de los regímenes que las llevaron adelante es que el Poder Ejecutivo dictaminó, con recomendación de la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos, la incorporación de 58 Monumentos Históricos nacionales situados en distintas provincias.
También fueron declaradas como bien de interés histórico nacional y bien de interés artístico nacional 73 esculturas.

Así, las ciudades de Buenos Aires, Mar del Plata, La Plata, Córdoba, Corrientes, Entre Ríos, La Rioja, Mendoza, Salta, Santa Fe y San Juan son los destinos donde yacen estas obras culturales y de valor histórico.

De esta forma, esta distinción resalta la importancia del patrimonio escultórico nacional, tanto por el valor de las obras como el de sus autores.

Entre las obras seleccionadas están: El Cid Campeador, de Anna Hyatt Huntington; Roque Sáenz Peña, de José Fioravanti; Nicolás Avellaneda, de José Fioravanti; Ofrenda Floral a Sarmiento, de Emile Edmond Peynot, El Esclavo, de Francisco Cafferata; Cristóbal Colón, de Arnaldo Zocchi; El Pensador, de Auguste RODIN; Obelisco, de Alberto Prebisch; Los Lobos Marinos, de José Fioravanti; Dalmacio Vélez Sarsfield, de Giulio Tadolini; A Los Héroes de la Independencia, de Ernesto Soto Avendaño; Torso masculino desnudo, Fernando Botero; Al Ejército de los Andes, de Juan Manuel Ferrari, entre otros monumentos.