DE QUÉ SE HABLA HOY

Nunca seremos un país llamado emergente

No nos hagamos ilusiones, no depende del FMI ni depende de los grandes consultores financieros del mundo, depende de nosotros: nunca seremos un país emergente. Y no es una visión pesimista sino realista. Para la Real Academia Española emerger es brotar, salir a la superficie del agua u otro líquido.
Esto significa que se nos hace muy difícil la tarea por varias razones. La primera podría ser porque el cambio climático nos hunde cada vez más y las inundaciones son día a día más frecuentes.
O sea, emerger del agua por ahora, no será posible. 

La segunda razón podríamos achacársela a lo turbio de nuestra política, un ámbito lodoso y a veces nauseabundo, en los que se mueven quienes deben regir el destino de la patria. Hace años que nadan en medio de esa sustancia viscosa que les permite camuflarse para engañar a todos, para nunca ser claros y concretos. Salir de ese fango en estos tiempos, sería un milagro. Una tercera causa de imposibilidad de emerger sería la enorme corrupción que nos asiste que de tanto lavar nos ha inundado el país.

Encontrar el tapón para desagotar ese líquido sería una titánica tarea que por ahora, ni políticos, ni jueces, ni legisladores están dispuestos a emprender. Qué decir del pueblo argentino, que harto de padecer pases del populismo al capitalismo y del capitalismo a la nada ha conseguido acuñar esa frase que todo lo reseña: ¿Nos tapó el agua?. O sea, que sumergidos nos resultará imposible salir a la superficie y hacer algún gesto más o menos razonable para que alguien se apiade de nosotros (no de ellos) y nos rescate poniéndonos como una sociedad emergente junto a otras que han conseguido secar sus miserias. Por ahora, querido lector, sigamos con las patas de rana, la máscara y el snorkel puestos porque parece ser que es la única manera de sobrevivir en un país no emergente.

Victor Cordero