El segundo intento K por salirse del justicialismo

Rodean a Cristina en su nueva etapa muchos intendentes que saben que o van con ella o van perder poder en sus distritos. Muchos entre amigos confiesan que "me tengo que tragar el sapo hasta que esto aclare"

Ya lo había intentado Néstor con su fallido proyecto de la transversalidad proponiendo generar una nueva fuerza con base justicialista pero incluyendo a radicales, socialistas y partidos de izquierda. Kirchner se basaba en esta nueva tendencia política de no depender de una fuerza, en este caso el peronismo, declarándola obsoleta y armar un movimiento independiente. En verdad, en el caso del ex presidente era una simple estrategia electoralista para poder dejar al PJ de lado y convertirse él en el líder del recién nacido Frente para la Victoria.

Fue entonces cuando se eliminaron de los actos la marcha peronista y las fotos de Perón y Evita y hasta Julio Cobos fue vicepresidente. Pero aquello falló. Néstor, al igual que Cristina, nunca fueron peronistas de base pero supieron que sin el peronismo era imposible cualquier aventura electoral, y para los ortodoxos aquello de la transversalidad era un peligroso invento y así se lo hicieron saber a los K que desistieron de su intento y volvieron entonces la marcha y las fotos.

Este prólogo viene a cuento porque Cristina ahora busca la segunda oportunidad para relanzar un movimiento, Frente Unidad Ciudadana. Sólo con su intención ya produjo fuertes grietas dentro del histórico partido y los peronistas que la apoyan ya son visto como traidores dentro de la más dura ortodoxia.

Rodean a Cristina en su nueva etapa muchos intendentes que saben que o van con ella o van perder poder en sus distritos. Muchos entre amigos confiesan que "me tengo que tragar el sapo hasta que esto aclare". Hoy, a pocos días de definir las listas de candidatos, algunos se sienten arrepentidos porque esperaban que el apoyo a la señora les rindiera más frutos que los que ella está dispuesta a darles. Ahora el dedo de Cristina llenará las listas de militantes de las organizaciones K y los intendentes verán reducidas sus vacantes.

CUIDARSE EL CU...

Ya no hay marcha atrás, incluso el propio Mario Ishi, intendente de José C. Paz que decidió enfrentar a Randazzo en las PASO del PJ, es el mismo que le prometió a Néstor salir a cazar a los traidores que le habían hecho perder su elección en 2009. Muchos observadores bien informados aseguran que esta movida de Ishi está instrumentada por la propia Cristina para provocar daños a su ex ministro del Interior. Como se ve, esto de las traiciones es moneda corriente dentro del peronismo del conurbano.

Algo parecido a lo que hoy ocurre ya sucedió en 2005 cuando Cristina derrotó a Hilda "Chiche" Duhalde, ambas representando al PJ. Hoy la ex senadora critica a los peronistas que apoyan a Cristina y asegura que "simplemente buscan cuidarse el culo. Han perdido la dignidad". 

Desde el llamado neoperonismo, Juan Manuel Urtubey hizo una autocrítica. "Nosotros nos equivocamos", dijo, y pidió no cometer los mismos errores y avanzar en un proceso de renovación dentro del PJ que debió haber comenzado después de la dura derrota de 2015. El gobernador de Salta mostró otro estilo al duro discurso del PJ bonaerense o del propio kirchnerismo al asegurar que "el desafío del peronismo es no caer en la mediocridad de querer que le vaya mal al Gobierno para nosotros poder sucederlo. A mí me encantar a que le vaya muy bien, porque si le va bien a la gente le va a ir mejor, porque va a haber más empleo y la gente va a vivir mejor".

Urtubey, que emerge como uno de los referentes de esa renovación, se refirió a la actitud de Cristina de ir por fuera del PJ: la ex Presidenta ya tomó la decisión de competir en otra fuerza que no es el peronismo, y habrá evaluado que esa es su convicción o su conveniencia. Ella ya no está en el peronismo.

ELECCIONES RIDICULAS

Claro está que estas PASO además de costar casi tres mil millones de pesos, no aportarán nada al panorama político. Da igual si Cristina va o no va, si Randazzo saca más de diez puntos, si Massa puede superar su piso y si Cambiemos mantiene su posición en la provincia de Buenos Aires con candidatos más débiles.

Estas elecciones no definen nada ni cambiarán de manera sustancial el magro poder que Cambiemos tiene en el Congreso. Servirán, eso sí, para saber si el kirchnerismo tiene el mismo peso ya sin sus piantavotos necesarios como D"Elía, Boudou o Esteche, en definitiva un dato de poca trascendencia.

Lo que parece importante y pocos hacen referencia es que Randazzo recibirá mucho dinero para su campaña del reparto oficial por la cantidad de votos obtenidos en la pasada elección, al ir como parte del PJ oficial, en cambio Cristina deberá vender su Frente Unidad Ciudadana con el apoyo económico de sus amigos como Cristóbal López y las arcas de los municipios de sus intendentes seguidores.

La campaña será dura y agresiva en la Provincia y los cruces entre María Eugenia Vidal y la ex presidenta parece que serán el centro del debate electoral. La gobernadora tiene mejor imagen positiva de Cristina pero menos aparato militante y menos fuerzas de choque para los escraches y agresiones que ya comenzaron, como las sufridas por el propio Mauricio Macri y Vidal en Tigre y el ministro Garavano en la Ex ESMA.