Un clásico de las tablas

"La casa de Bernarda Alba" de Federico García Lorca. Dirección: Irene Bazzano. Música: Guillermo Garbini. Actúan: Cristina Sallesses, Anahí Alvarado, Lucía Franco, Magdalena Iglesias, Vanina Paz, Liliana Magdalena Polesel, Romina Priano, Alicia Reilly y Lucía Vega Otamendi. En El laberinto del Cíclope (Combate de los Pozos 550), domingos a las 18.

Autoritarismo, represión, ahogo. Eso se palpa en el clásico de Federico García Lorca, "La casa de Bernarda Alba". Un texto muy transitado, pero que siempre ofrece una vuelta de tuerca, un detalle más. Funciona como advertencia, sirve para que sepamos lo que puede pasar si los sentimientos se tapan, si alguien cumple al pie de la letra con lo que le imponen y en determinado momento se rebela mal. En fin, la tragedia se avecina, resulta inevitable y así se la ve en El laberinto del Cíclope.

Encarnada con gran destreza y emotividad por Cristina Sallesses, Bernarda asusta desde ese escenario cada vez que hace sonar su bastón. Fanatizada, ella obliga a sus hijas a permanecer vírgenes durante ocho años tras la muerte de su marido, el "hombre de la casa". Así nomás, el espectador realiza un viaje directo hacia la España más profunda de hace 80 años, pero no sólo eso, extrapolando, visita cualquier familia en la que reine el dogmatismo, la represión y la falta de amor.
Con aciertos de puesta, por ejemplo, la transformación del músico en pretendiente y una provocadora escena de sexo -"cuidado" pero sexo al fin-, Irene Bazzano se da el gusto de traernos a Bernarda Alba al presente. La impresionante potencia del texto creado por Lorca arrasa con cualquier problema que pudiera presentarse, como cierto tono españolizado no del todo logrado en algunas actuaciones y tal vez innecesario o lo inoportuno de dejar pasar público a la pequeña sala incluso cuando el espectáculo ya lleva más de 20 minutos. En fin, son detalles que no opacan la virtud de unas palabras que merecen ser escuchadas. Siempre.

Calificación: Muy buena.