"Hay un interés fenomenal por invertir en Argentina"

Los cambios allanan el terreno para la llegada de capitales, asegura Juan Pablo Trípodi, funcionario de la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional. El acuerdo con Alibabá abre un nuevo canal con China. Alimentos, infraestructura y energía, los caballitos de batalla.

Múltiples son los frentes que preocupan al Gobierno en el terreno económico. Tanto es así que ha diseñado una estrategia de pinzas para reducir los números en rojo de la balanza comercial y, por otro lado, captar capitales que engrosen la deprimida Inversión Extranjera Directa. La tarea, claro está, no es sencilla.

Para lograrlo, en ambos casos, Cambiemos ha decidido salir al mundo. Aquí es que se inscriben las giras presidenciales por Europa y Estados Unidos, y el viaje que por estos días Mauricio Macri realiza por Dubai, China y Japón. Urge seducir, convencer, vender. Generar los dólares genuinos que llegan sólo por la vía de las exportaciones y las inversiones.

En esos dos planos es que trabaja la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional, que acaba de ser una pieza clave en la firma del acuerdo con el sitio web Alibabá, nuevo canal comercial para que los productos nacionales lleguen a China.

"Cuánto va a impactar este acuerdo es muy difícil de medir en este momento. Creo que la frase clave es justamente la de abrir un canal nuevo que tiene un potencial gigante -explica Juan Pablo Trípodi, vicepresidente de Comercio Internacional de la institución-. Esto puede ayudar muchísimo al comercio exterior argentino con China, pero va a depender de la velocidad en que se realice y de cómo nos comportemos nosotros en cuanto a qué tan buenos seamos con la oferta. El comportamiento de los chinos genera siempre un alto grado de incertidumbre.

-¿La plataforma electrónica es un trampolín?

-Alibabá está detrás de todo esto, lo cual es muy importante. En el tema de los vinos, ellos se comprometen a hacer una promoción conjunta del vino argentino en China. Eso es una herramienta gigante. Se hacen muchas actividades de promoción del vino argentino en China, todas off line, pero si a esto le agregamos el condimento del impacto on line de Alibabá, el universo puede ser infinito. Lo mismo ocurre con los productos frescos. Ahí no hay un acuerdo explícito de promoción, pero tener el acuerdo firmado ya es una base importante. Claramente Alibabá va a impulsar a los demás sectores también porque les conviene. Esto es un negocio.

A VENDER

-¿Cómo se implementa desde lo técnico?

-El vínculo y cómo lo vamos a hacer realidad es algo que estamos terminando de definir con los chinos. La idea es sentar de un lado de la mesa a los exportadores y del otro lado a los importadores chinos. Es una mesa virtual. La intención es que se vean. A partir de ahí se desarrollarán las negociaciones, la búsqueda de acuerdos comercial para la venta de productos. Es importante que nosotros, en esta etapa, ayudemos como agencia oficial.

-Son un nexto entre las partes.

-Somos un nexo, planteamos el canal, planteamos la autopista y tratamos de que esto fluya lo más rápido posible. Para eso ya tenemos la gente allá y los perfiles de los exportadores argentinos. Es decir, quiénes son y qué tipo de productos exportan.

-¿Es una autopista de dos vías? ¿Contempla también la importación desde China?

-Nunca hablamos en esos términos. A ellos se les amplía la oferta de productos argentinos y por ende tienen mayores posibilidades de hacer negocios. Argentina lo tiene a China como el séptimo país adonde exporta su vino, mientras que Chile lo tiene como el primero. ¿Dónde está esa diferencia? No tiene mucha razón de ser. Lo que ocurre es que Chile ya pasó por esa experiencia, hace 40 años que lo hacen.

-¿El caso del vino es paradigmático?

-Es que Argentina exporta en vino un total de u$s 725 millones, de los cuales sólo u$s 20 millones van a China. Dentro de los países a los cuáles más les vendemos, China está por afuera de los diez primeros. Por ejemplo, Hungría les vende más que nosotros, y no es un gran productor de vino.

-¿Cómo se trabaja con las bodegas?

-Hemos hablado con algunas bodegas, sobre todo con las más grandes, para contarles todo esto y obviamente todas están aceptando. Hablamos con Wines of Argentina, que nuclea a la mayoría de los exportadores, y dicen que participan en las acciones de promoción. Alibabá brinda el espacio, el canal y la llegada a los chinos. La primera experiencia la haremos en SIAL China (ver aparte), donde tendremos un Wine bar para catar vinos.

-¿El canal está abierto sólo para alimentos?

-Por ahora es para el rubro alimentos, y más específicamente apunta a los vinos, carne vacuna, pollo, pescados y mariscos, lo que ellos denominan productos frescos. La discusión con Alibabá viene de hace varios meses. Ellos querían trabajar en América Latina y nosotros les propusimos hacer una prueba piloto para ver cuál era la mejor forma. Porque abarcar todo no sirve. A partir de la oferta argentina y el tráfico real se llegó a estos productos.

-¿Se avanzará sobre otros sectores?

-Puede haber una etapa dos, pero todavía no queremos adelantarnos. Es importante incorporar otros alimentos. Una frase del presidente Mauricio Macri es que debemos ser el supermercado del mundo, llegar con alimentos con valor agregado a la mesa de los consumidores. Nos gustaría profundizar en ese campo. Alibabá tiene todo, tenemos que ver cómo buscamos hacer negocios.

-Con China siempre existe el típico problema de escala a la hora de satisfacer su demanda de productos.

-China sigue siendo China y esto es un canal de acceso que acelera la llegada a China. Hay que llegar con volumenes chinos. Lo bueno es que al llegar a distribuidores, que van a vender a través también de la plataforma, se van a adpatar a los exportadores argentinos. Rápidamente se pone en la cancha a los exportadores y los distriubidores, el matching se irá haciendo de a poco. Hay muchas empresas que ya están allá.

-¿Cuál es el perfil de los exportadores?

-Principalmente son pymes. Las grandes empresas obviamente están invitadas. El beneficio más rápido se verá con los exportadores que ya exportan a China, pero al simplificarse el canal exportador se abre una oportunidad para quienes hoy todavía no lo están haciendo.

INVERSIONES

-Abriendo el foco, urge la llegada de capitales. ¿Convencer es la palabra clave?

-En los ultimos años la inversión extranjera directa se ubicó por debajo del promedio de la región. Hubo pocas llegadas de inversiones chinas o japonesas. Ahora se va a mostrar el potencial de Argentina. Estos dos países, China y Japón, tienen mucha experiencia internacional y empresas con financiación adecuada. Para Japón es una uotpía invertir en infraestructrua en su país, donde está todo hecho. Con esta apertura Argentina presenta una oportunidad interesante.

-¿Qué hay que mejorar para crear el escenario adecuado, la pista de aterrizaje para esos capitales?

-Hay varios planes, sobre todo lo que es el Plan Productivo Nacional que tiene muchos ejes, dentro de los cuales está la inserción inteligente en el mundo. Hay planes para temas de educación, tributarios, competitividad. Hay que trabajar mucho y lo estamos haciendo.

-¿Que les devuelve el mundo luego de los viajes presidenciales, entre otras misiones comerciales?

-A cada lugar que vamos, ya sea en la misión presidencial o no, el interés es enorme. Se ve que las cosas han cambiado, hay muchas oportunidades y quieren participar. Al menos escuchan, luego tomarán parte del proceso inversor. Hay muchas preguntas, necesidad de saber cuáles son los sectores. Hay un interés fenomenal por invertir en la Argentina. Se abren las puertas, también en España, Medio Oriente o Austrlia.

-¿Energía es el área más tentadora a la hora de las inversiones?

-Por volúmenes tenemos infraestructura, energía y minería, que son todos sectores que mueven mucho dinero. En lo que hace a energía, hay inversiones tanto en el sector renovable como en el tradicional. Hay mucho atraso y muchas oportunidades de inversión.

-¿Agroalimentos es un nicho donde la apuesta está asegurada?

-Hay necesidad porque el plan de pasar a generar alimentos para 600 millones de personas es súper ambicioso, y detrás de eso hay que generar y mejorar las condiciones de productividad y ampliar las fronteras donde se producen los alimentos. Por ejemplo, hay que ir hacia terrenos que no son utilizados porque no son tan buenos, pero que con tecnología se pueden convertir en areas productivas. Para eso hay planes de riego. Tenemos una de las mayores superficies arables, pero como es tan fácil, el uso de la tecnología de punta no se utiliza tanto porque no es necesario.