Las investigaciones demuestran detalles asquerosos en el tratamiento de la carne vacuna y los pollos para evitar que se notara su deplorable estado.
Ultimamente los brasileños no ganan para sustos. El escándalo del Lava Jato con las coimas de Oberdretch que hace tambalear a todos sus líderes políticos y empresariales, incluyendo los ex presidentes Lula y Dilma, sacudió el país. Ahora les llega el "churrascao", una investigación que descubrió que los dos principales exportadores de carne ovina y aviar enviaban mercadería podrida a la que restauraban con procedimientos, al menos, pocos saludables para los consumidores.
En pocos años Brasil se había convertido en el principal exportador de carnes del mundo, arrasando incluso el puesto de privilegio que ocupaba nuestro país. Para colmo, el presidente Temer (foto) da un cena a los embajadores ofreciendo carne local en el menú como muestra de confianza y le descubren que en realidad se cocinó carne australiana. (El hombre se ve, no quería correr riesgos).
Tras llovido mojado, como dicen en el pueblo. Las investigaciones demuestran detalles asquerosos en el tratamiento de la carne vacuna y los pollos para evitar que se notara su deplorable estado. Sus principales clientes, Estados Unidos, China, Chile y la UE cancelaron sus importaciones. Las marisquerías de Brasil tienen colas de compradores y son los negocios de moda.
VICTOR CORDERO