LECTURAS DE AUTOR

"A los veinte años descubrí que "Moby Dick" es el libro infinito"

Esther Cross recuperó últimamente el humor, la escritura y la imaginación irónica de J.R. Wilcock. Confiesa sentirse intrigada por la admiración que Haruki Murakami suscita en algunos de sus colegas.

-¿Qué libro o libros está leyendo ahora? ¿Suele leer varios libros a la vez?

-Siempre leo varios libros a la vez. Ahora leo El espectáculo del tiempo, de Juan José Becerra; los diarios de Pizarnik; La mala fe, de Romina Doval y Vidas breves de idiotas, de Ermanno Cavazzoni. 

-¿Qué autor nuevo o clásico descubrió últimamente? ¿Por qué motivos la atrapó?

-Un libro de Wilcock: El caos. Me atrapó por el humor único de Wilcock, su escritura, su imaginación irónica, que en este libro llegan al máximo. En Cosa de nada, el libro de cuentos de Laura Galarza, encontré una escritura que sigo con entusiasmo. Lo mismo me pasa con los cuentos de Ana Cerri, autora de Límite oeste.

-¿Podría mencionar un autor argentino de cualquier época que considere injustamente olvidado?

-Enrique Molina, su poesía, su libro Una sombra donde sueña Camila O"Gorman. 

-¿Algún autor contemporáneo o clásico en cualquier lengua que le parezca sobreestimado, o que no haya estado a la altura de sus expectativas como lectora? ¿Y por qué?

-Murakami. Hace tiempo leí Sputnik, mi amor y Kafka en la orilla. Lo encontré artificioso, inverosímil. Hay escritores que admiro y lo admiran, y eso me intriga, aunque no tanto como para insistir. 

INTERNET

-¿Lee en dispositivos electrónicos? ¿Lo recomienda? ¿Lo reprueba?

-Leo en papel y en dispositivos electrónicos. Claro que lo recomiendo. Recomiendo leer, en cualquier dispositivo.

-¿Visita librerías de viejo, ferias, librerías de saldos? ¿Podría mencionar alguna favorita?

-Ultimamente, si busco un libro en especial, lo rastreo por Internet. Pero si salgo a mirar con tiempo, vuelvo adonde fui siempre: la calle Corrientes.

-¿Es lectora de literatura de géneros? ¿Hay alguno que prefiera o rechace sobre otros? ¿Alguno en el que nunca se internó?

-Sigo a escritores, sin distinción de géneros. Conocí a Stanislaw Lem por El hospital de la transfiguración, que no es de ciencia ficción, y empecé a seguirlo aunque la ciencia ficción no me atrae especialmente. Todo depende del escritor.

-¿Recuerda uno o más libros consagrados que se le resistiera y no haya podido terminar de leer?

-En general trato de vencer la resistencia, a veces es cuestión de entrar y afinar la lectura. Me pasó con La montaña mágica. Después están los libros consagrados que no leí por distracción, porque las lecturas llevan por otros caminos. Son muchos.

-¿Lee poesía? ¿Podría mencionar sus poetas favoritos? ¿Han ido cambiando con los años?

-Me gustan Héctor Viel Temperley, Alejandra Pizarnik, Dylan Thomas, Leopoldo María Panero, Sharon Olds, Mark Strand, María Negroni, Enrique Solinas. 

-¿Qué otro escritor/a de cualquier época le hubiera gustado ser, ya sea por su obra o por su vida?

-Virginia Woolf, por su obra, aunque también admiro sus cartas y sus diarios, lo que me plantea un problema. 

-¿Lee biografías de escritores? ¿Qué busca y qué encuentra en ellas? ¿Alguna especialmente memorable?

-Siempre me gustaron las biografías de escritores. En la biblioteca de mi abuela estaban las biografías de escritores de Stefan Zweig y André Maurois, y crecí leyéndolas. Las de Zweig son un caso aparte, porque se mimetiza: su vida de Balzac parece una novela de Balzac, escribe como un ruso en la de Dostoievski.
Lo que encuentro es ese algo, un aire de la persona que fueron mientras escribían, del que habla Hermione Lee. Me parece memorable Virginia Woolf, la vida por escrito, de Irene Chikiar Bauer.

-¿Regala libros, presta libros, devuelve los que le prestan?

-Regalo libros, los presto, devuelvo los que me prestan. Hay excepciones en la sección préstamos y devoluciones.

-¿Ha vuelto a leer de adulta alguno de esos libros que a todos nos fascinaron en la infancia? ¿Cuál fue y qué impresión le causó?

-¡Sí! Fueron lecturas emocionantes, y el reencuentro superó el recuerdo. Grandes ilusiones, La isla del tesoro, Colmillo blanco... Cuando releí Jane Eyre, encontré el miedo, la dominación, la intensidad, donde de chica había leído una historia de amor, trágica pero más lineal. Leí Moby Dick de chica en una versión abreviada, y a los veinte años descubrí que es el libro de los libros, el libro infinito.

-Por último, si es imposible ser escritor sin ser primero lector, ¿qué libro siente que la convirtió a usted en escritora?

-Los cuentos de Andersen y los hermanos Grimm. De chica, cuando los leía, quise escribir.