Nuevo tratamiento para la artritis psoriásica y la espondilitis anquilosante

Advierten sobre dos enfermedades que afectan a unos 250.000 argentinos

Se trata de dos acciones crónicas, inflamatorias, debilitantes y dolorosas. Afectan a las articulaciones y la columna vertebral, y, si no son tratadas correctamente, pueden provocar daños irreversibles en la salud del paciente.

La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) aprobó recientemente en nuestro país la indicación de una nueva droga para el tratamiento de la artritis psoriásica y la espondilitis anquilosante, dos patologías crónicas, inflamatorias, debilitantes y dolorosas. Esta nueva alternativa terapéutica, denominada secukinumab, demostró un elevado nivel de eficacia y buen perfil de seguridad, y constituye una novedad esperanzadora para los pacientes y sus allegados.

Es un anticuerpo monoclonal totalmente humano, de tipo biológico, que actúa inhibiendo la acción de la interleuquina 17-A, una proteína, que actuando como un mensajero químico, tiene un papel fundamental en los procesos inflamatorios en personas normales y su sobreexpresión está asociada a enfermedades inflamatorias crónicas e inmunopatologías severas. Por esta razón, secukinumab representa un mecanismo de acción innovador, diferente de todo lo que había hasta el momento. Este medicamento ya había sido aprobado en nuestro país para el tratamiento en primera línea de psoriasis en placas moderada a severa.

Consultado sobre las implicancias para los pacientes de este nuevo tratamiento, el doctorGustavo Citera, médico Reumatólogo, jefe de la sección Reumatología del Instituto de Rehabilitación Psicofísica, expresó que “debido a que hay un porcentaje de pacientes que no responde ante las medicaciones previas o que presentan efectos adversos o contraindicación para ellas, el advenimiento de nuevas terapias, con nuevos mecanismos de acción, como secukinumab, podría ser de gran ayuda para muchos pacientes”.

Por su parte, el doctor Enrique Soriano, médico reumatólogo y jefe sección de Reumatología del Servicio de Clínica Médica del Hospital Italiano, opinó que para estas patologías “se ha demostrado que el tratamiento precoz evita el daño a largo plazo. Los pacientes no tratados pueden desarrollar incapacidad, mala calidad de vida, deformidades con daño radiológico y pérdida laboral. Un porcentaje importante de pacientes no responde a las terapias actuales, por lo que la aprobación de un nuevo tratamiento brinda nuevas esperanzas y expectativas”.

La artritis psoriásica es una afección autoinmune que compromete a las articulaciones, y que se manifiesta con la inflamación y dolor de las mismas. Si no se trata de manera efectiva, puede llevar a daño irreversible en las articulaciones. En casi todos los casos, está ligada a la psoriasis, afectando a cerca del 30% de los pacientes con esta enfermedad, lo que implica unas 240.000 personas en Argentina, ya que se estima que hay en nuestro país unas 800.000 personas con psoriasis. Las articulaciones que afecta con mayor frecuencia son las de los dedos de las manos y pies, aunque también, en muchos casos severos, puede presentarse en otras articulaciones, como las de la columna vertebral. Se presenta con dolor y rigidez, empeorando notablemente la calidad de vida de los pacientes.

“En el 70% de los casos, la enfermedad comienza con psoriasis en la piel. Luego de 10 años -en promedio- se desarrollan los síntomas músculo-esqueléticos. Suele comenzar con inflamación y dolor en las articulaciones y en la entesis, la porción en la que el tendón se une al hueso, o dolor lumbar crónico. Un médico experimentado realiza el diagnóstico en base a estos criterios clínicos, puesto que no hay estudios de laboratorio que hagan el diagnóstico certero”, aseguró el doctor Soriano.

Por su parte, la espondilitis anquilosante es una enfermedad que también afecta a las articulaciones, en especial a las de la porción inferior de la columna vertebral. Genera fuertes dolores y limitación en los movimientos, que pueden desencadenar en efectos irreversibles. Con el paso del tiempo y la progresión de la afección, estas vértebras se fusionan. Además, puede afectar a las articulaciones de los miembros, las del esternón con las costillas y puede producir inflamación en los ojos.

Respecto de cómo detectar la enfermedad, el doctor Citera aseveró: “La espondilitis anquilosante se diagnostica por la presencia de dolor lumbar inflamatorio, de más de 3 meses de evolución, asociado a la presencia de hallazgos característicos en la radiografía de la pelvis y la presencia frecuente de un factor genético (gen HLA-B27), así como también otras manifestaciones clínicas frecuentes, como la inflamación de una porción del ojo (uveítis) o de una parte de los ligamentos o tendones”.