La saliva, detectora de enfermedades

Cada vez más estudios comprueban que este fluido corporal puede ser un útil indicador de la salud de las personas. Desde alertar sobre el riesgo de muerte hasta ayudar a saber cuál es el momento más indicado para lograr la concepción, la ciencia explica por qué los tests de saliva resultan prometedores.

A menudo la detección de enfermedades incluye agujas, rayos X y otras técnicas invasivas o incómodas. Con el objetivo de hacer más llevaderos los métodos de diagnóstico para los pacientes, los científicos están desarrollando alternativas al buscar marcadores de enfermedades en la orina o incluso la saliva.

En ese sentido, un nuevo estudio publicado la semana última en el "Journal of Proteome Research", demuestra por primera vez que las personas pueden tener "huellas de identidad" en su saliva.

El hallazgo sugiere que la identificación de cambios en estas "huellas de identidad salivales" de base podría algún día convertirse en una técnica confiable para detectar enfermedades.

Hasta ahora, la mayoría de los esfuerzos por encontrar maneras menos invasivas y menos estresantes de diagnosticar patologías se ha enfocado sobre los exámenes de orina.

Si bien las muestras de orina de las personas tienen firmas metabólicas específicas, que pueden verse alteradas ante un problema de salud, los compuestos de la orina también pueden variar dependiendo de factores tales como la dieta y el entorno.

Según apuntan los expertos, la saliva tiene un potencial similar al ser un fluido de fácil acceso que cambia en respuesta a diferentes problemas de salud, pero que además puede verse menos afectado por la alimentación y el medioambiente.

Por eso, los investigadores Paola Turano y Kurt Zatloukal quisieron investigar cuán fiable puede ser esta alternativa. Con ese objetivo, tomaron muestras de saliva y orina de 23 voluntarios sanos, varias veces por día durante un lapso de 10 días.

En efecto, los autores del estudio observaron que las firmas moleculares de la saliva y la orina fueron distintivas y duraderas en cada participante. Sin embargo, los perfiles obtenidos de la saliva cambiaron menos ante las variaciones de la alimentación que lo que ocurrió con los perfiles de la orina.

Ante estos resultados, los investigadores vaticinan que si bien son necesarios más estudios a largo plazo, las "huellas de identidad" de la saliva pueden ser útiles a la hora de buscar signos de enfermedades.

FERTILIDAD

Las potenciales aplicaciones de la saliva como método diagnóstico se extienden hasta el área de la reproducción humana. Así lo aseguró Katie Brenner, del departamento de Bioquímica Madison, de la Universidad de Wisconsin, donde desarrollaron un test de saliva rápido para medir la fertilidad en base a los niveles de progesterona y estrógenos.

"Las variaciones en los niveles de estrógenos, en particular, están estrechamente relacionadas con la ovulación y están consideradas como el estándar de oro para determinar el momento indicado para la concepción", remarcó Brenner.

Según explicó la investigadora, las mujeres que están buscando un embarazo necesitan información diaria sobre los niveles hormonales y tal información puede obtenerse a partir de muestras de sangre.

"Pero nadie quiere hacerse un análisis de sangre todos los días, por eso desarrollamos uno en el que se utiliza la saliva", relató.

Con el método desarrollado por esta científica, las usuarias mojan con su saliva una tira de papel y en tan solo algunos minutos el dispositivo que contiene la tira ofrece las mediciones de progesterona y estrógeno a un teléfono inteligente.

"Los resultados son comparados con los niveles anteriores para poder visualizar la tendencia global. De este modo, las mujeres pueden ver qué es lo que está haciendo su cuerpo y las ayuda a entender su fertilidad", agregó.

Según comentó Brenner, su desarrollo aguarda la aprobación de la FDA y espera que salga al mercado el año que viene.

RIESGO DE MUERTE

Otro estudio, publicado en diciembre último en la revista "Plos One", mostró una aplicación de la saliva -bastante más inquietante-, ya que vinculó los niveles de anticuerpos presentes en este fluido con el riesgo de morir.

El trabajo, realizado por investigadores de la Universidad de Birmingham, en Reino Unido, halló que los bajos niveles de inmunoglobulina A (IgA), un anticuerpo presente en la saliva, están asociados con un mayor riesgo de mortalidad y pueden ser un indicador temprano de riesgo.

El equipo de científicos cree que la muestra de saliva para determinar las tasas de secreción de IgA puede ser un marcador del riesgo de mortalidad mucho menos invasivo que la muestra de sangre y tiene el potencial de ser utilizado como un indicador de la salud general por los profesionales durante un chequeo médico.

De acuerdo con la investigadora Anna Phillips, "existen varios factores que pueden afectar la producción de anticuerpos y el mantenimiento de sus niveles. Hay algunos sobre los que no tenemos control, tales como la edad, los factores hereditarios o la enfermedad, pero nuestro estado general de salud también puede afectar sus niveles: el estrés, la dieta, el ejercicio físico, el consumo de alcohol y el tabaquismo pueden influir".

En cuanto a cómo podrían utilizarse las muestras de saliva en los chequeos médicos, aún está por verse, dijo Phillips, quien aclaró que es necesario entender qué nivel de secreción de IgA debería ser considerada una causa de alarma.

"Lo que sí podemos afirmar con seguridad es que si los niveles de IgA son extremadamente bajos, éste es un útil indicador temprano de riesgo", subrayó.

NIVELES DE GLUCOSA

La saliva también podría convertirse en una manera sencilla de monitorear los niveles de glucosa en sangre en personas con diabetes, gracias al desarrollo presentado en noviembre del año pasado por investigadores de la Universidad Politécnica de Hong Kong.

Con la idea de reemplazar los molestos pinchazos que deben soportar los diabéticos para mantener controlados los niveles de glucosa, el equipo de la Politécnica de Hong Kong decidió crear un biosensor capaz de hacer esta medición con tan solo una muestra de saliva.

Sin embargo, el desafío era que los niveles de glucosa en la saliva son demasiado bajos para detectarlos y se requiere un biosensor súper sensible para lograr el objetivo.

El nuevo biosensor fue fabricado con una capa de la enzima glucosa oxidasa, que es sensible únicamente a la glucosa. Sin embargo puede haber interferencias con otros posibles elementos biológicos presentes en la saliva, tales como la dopamina, el ácido úrico y el ácido ascórbico.

Para bloquear dicha interferencia, los investigadores colocaron films bicapa de polianilina/grafeno nafión entre la capa superior de enzima y el electrodo. Esto permitió una correcta detección de la glucosa.

Los creadores del innovador dispositivo enfatizaron que el biosensor es sensible a la glucosa, preciso, flexible y de bajo costo.

PROBLEMAS COGNITIVOS

La saliva también puede ayudar a identificar aquellos adultos mayores que, aunque estén sanos, pueden tener problemas cognitivos.

De acuerdo con un estudio publicado en agosto último en la revista "Neurology", de la Academia Americana de Neurología, el examen de saliva en adultos mayores sanos para detectar los niveles de cortisol (la hormona del estrés) podría ayudar a identificar las personas que deberían someterse a estudios cognitivos.

La investigación reveló que las personas con niveles más elevados de cortisol por la noche fueron más propensas a tener menor volumen cerebral total y a tener un peor desempeño en los tests de pensamiento y memoria.

"Los estudios han demostrado que la depresión aumenta el riesgo de demencia, pero no sabemos demasiado sobre cómo se da esta relación", señaló la autora principal, Lenore J. Launer del Instituto Nacional sobre Envejecimiento, en Bethesda, Estados Unidos.

"Se han detectado altos niveles de cortisol en personas con depresión y la teoría es que esta hormona del estrés tiene un efecto tóxico sobre el hipocampo, un área del cerebro que juega un rol importante en la memoria", agregó la investigadora.

En cuanto a si los altos niveles de cortisol son los responsables de un menor tamaño del cerebro, Launer argumentó: "Es posible que la pérdida de volumen cerebral que puede ocurrir con el envejecimiento lleve a una menor capacidad del cerebro para detener los efectos del cortisol, lo cual a su vez conduce a una mayor pérdida de neuronas".

"Entender estas relaciones puede ayudarnos a desarrollar estrategias para reducir los efectos del cortisol en el cerebro y las habilidades cognitivas", finalizó.