Ordenan al PAMI suministrar un medicamento no autorizado por la ANMAT

La Cámara Federal de San Martín dispuso en plena feria judicial y como medida cautelar, el fallo que benefició a la paciente Antonia Staropoli, una mujer de 75 años de edad que "padece de Penfigoide ocular cicatrizal severo bilateral grado 4", una extraña enfermedad que causa úlceras y excoriaciones en el globo ocular.

La Cámara Federal de San Martín le ordenó al PAMI que le provea a una afiliada que está quedándose ciega un medicamento para combatir sus dolencias, pese a que no está autorizado por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT).

El tribunal dispuso en plena feria judicial y como medida cautelar, el fallo que benefició a la paciente Antonia Staropoli, una mujer de 75 años de edad que "padece de Penfigoide ocular cicatrizal severo bilateral grado 4", una extraña enfermedad que causa úlceras y excoriaciones en el globo ocular.

Su médico le prescribió el medicamento Rituximab, pero el PAMI rechazó el suministro de ese fármaco argumentando que "la medicación solicitada no está convalidada por la ANMAT para este tipo de patología".

En la causa quedó establecida la necesidad de "someter a la paciente al tratamiento indicado porque su dolencia la conduce a la ceguera por refractariedad a los inmunodepresores convencionales y habiendo sido tratada con otra medicación, ha recaído con úlceras bilaterales".

"Dada la severidad y refractariedad del caso, grado de sufrimiento y de postración que le genera a la paciente y la urgente necesidad de cambiar de terapéutica y evitar la ceguera es que solicita la aprobación del uso de Rituximab", indicó la anciana en su acción de amparo.

Un oftalmólogo del Cuerpo Médico Forense determinó que "era conveniente la administración del Rituximab, dado que la paciente no respondía a otra medicación y que la prescripta no se encontraba contraindicada, a pesar de no estar autorizada por el ANMAT".

Sobre la base de ese informe, los camaristas Marcelo Fernández y Lidia Beatriz Soto le ordenaron a la obra social de los jubilados el suministro del remedio.