Macri ganó el balotaje y es el nuevo presidente de la Argentina

El candidato presidencial de Cambiemos quebró 12 años de gobierno kirchnerista al imponerse en la histórica segunda vuelta con el 51,46% de los votos, sobre 48,54% del gobernador bonaerense, cuando fue escrutado el 98,24% de las mesas.

Mauricio Macri se impuso esta noche con una diferencia sólida a Daniel Scioli en una elección histórica que dirimió por primera vez en balotaje la presidencia del país y quebró 12 años de gobierno kirchnerista, lo que deja al PRO y a Cambiemos en un triángulo de poder inédito: Nación, Ciudad y provincia de Buenos Aires.

Macri había logrado atravesar en las elecciones del 25 de octubre la frontera del balotaje, el escenario más temido por las fuerzas de Scioli, con la certeza de que rompiendo ese dique la presidencia estaba al alcance de la mano: hoy llegó a absorber según los cómputos provisorios el 51,46% de los votos, sobre 48,54% del gobernador bonaerense, cuando fue escrutado el 98,24% de las mesas.

El jefe de Gobierno porteño junto a Gabriela Michetti transitó una senda que lo tuvo, sumando los votos de su fuerza, con el 30,12% en las Paso, que elevó a 34,15% el 25 de octubre, cuando el segundo lugar fue leído como un triunfo político de Cambiemos, que sumaba otro hecho histórico: la llegada de María Eugenia Vidal a la gobernación bonaerense. 

La diferencia que no llegaba a tres puntos y la pérdida de la provincia de Buenos Aires, su territorio, dejó a Scioli, que se movió entre embates ajenos y propios, envuelto en la dinámica de la derrota. La derrota es huérfana, pero no son pocos los que miran a la conductora del Frente para la Victoria, Cristina Fernández, a la hora de distribuir responsabilidades.

Macri es el primer presidente argentino en 69 años que no proviene del peronismo, el radicalismo o militares surgidos de golpes de Estado y logró construir una fuerza a la que se consignaba como un fenómeno porteño, sin trascendencia nacional.

Hoy esa hipótesis queda en el pasado y para eso fue clave, además, la política de alianzas: el radicalismo fue una pieza estructural de ese entramado y llega al poder, atado al efecto-PRO, tras 14 años de vestir el traje de la oposición.

El mandatario electo ratificó territorios ineludibles para cualquier posibilidad presidencial y se impuso, según los datos provisorios, en Ciudad de Buenos Aires, provincia de Buenos Aires (por escaso margen), Córdoba, Entre Ríos, Jujuy, La Pampa, La Rioja, Mendoza, San Luis y Santa Fe.

Para Scioli todo fue insuficiente, pero marcó su diferencia en Catamarca, Corrientes, Chaco, Chubut, Formosa, Misiones, Neuquén, Río Negro, Salta, San Juan, Santa Cruz, Santiago del Estero, Tucumán y Tierra del Fuego.

Poco antes de las 22, presentado por Michetti, Macri sostuvo: "Hoy es un día histórico, es un cambio de época" y dijo que "este cambio no puede detenerse en revanchas o ajuste de cuentas".

"Tenemos que construir una Argentina con pobreza cero y lo vamos a hacer juntos", manifestó el presidente electo, quien llamó a derrotar el narcotráfico y destacó que su gobierno buscará relaciones con todos los países, en una "agenda de cooperación".

El candidato del Frente para la Victoria reconoció el triunfo de Macri a las 21.30, dijo que se comunicó con él para desearle "éxito, por el bien de nuestro país" y sostuvo que puso junto a su compañero de fórmula, Carlos Zannini, toda su "fuerza" en estos comicios.

"He defendido con mucha convicción mis ideas, estos logros, y fundamentalmente desde mi punto de vista el camino a seguir en el país", manifestó Scioli, y llamó a cuidar los "logros y derechos" alcanzados.

Sin daños colaterales por la gestión porteña, Macri logró sortear las preguntas que cualquier manual le haría a su historia política: su posición en los 90, puede ser, pero sobre todo el espionaje, la represión de la "nueva" policía, la falta de políticas sociales en la Ciudad, el Indoamericano, la mortalidad infantil.

Macri, el mismo que fue y vino cuando el humor electoral lo hizo virar de posición, afronta ahora desafíos clave, uno de ellos la apertura del cepo cambiario, o mejor, la modificación de la política monetaria y fiscal, uno de los reclamos centrales en estas elecciones, junto a la seguridad y la justicia.

El jefe del PRO llega a la presidencia con el fantasma de una devaluación: buena parte de la campaña de Scioli estuvo centrada en la agitación de una megadevaluación con alto impacto en los salarios y el poder adquisitivo.

Por eso, en el centro caliente de ese debate Macri, que se esforzó por negar una política de "ajuste", se reservó definir su ministro de Economía y terminó diciendo, en los momentos finales de la campaña, que su opción era por un economista de perfil desarrollista.

Nada que no se sepa, nada que no haya formado parte de la campaña: Macri logró hoy un triunfo histórico y deberá ahora gobernar un país que estuvo, en los últimos 12 años, signado por el kirchnerismo.