La Justicia condenó a padre e hijo por explotar sexualmente a dos adolescentes en la Costa Atlántica

Alejandro y Gonzalo Aguirre fueron encontrados culpables del delito de trata de personas con fines de explotación sexual agravada y condenados por el Tribunal Oral Federal de Mar del Plata a la pena de 12 y 5 años de prisión, respectivamente.

Mar del Plata - Dos hombres, que son padre e hijo, fueron condenados por la justicia Federal de Mar del Plata a cumplir entre doce y cinco años de prisión por engañar y llevar a dos adolescentes de 15 y 16 años desde el Gran Buenos Aires a Pinamar para explotarlas sexualmente.

Alejandro y Gonzalo Aguirre fueron encontrados culpables del delito de trata de personas con fines de explotación sexual agravada y condenados ayer por el Tribunal Oral Federal de Mar del Plata a la pena de 12 y 5 años de prisión, respectivamente.

Ambos fueron acusados por la captación, el traslado y la explotación sexual en Pinamar de dos hermanas de 15 y 16 años, que fueron engañadas en Florencio Varela con falsas propuestas de trabajo, mientras fueron absueltos en un tercer caso porque la explotación de otra joven no llegó a consumarse. 

En los alegatos, el fiscal de distrito Daniel Adler y su colega de Dolores, Orlando Giménez, habían solicitado penas de 16 y 8 años para los dos acusados.

Respecto a la tercera acusada, sostuvieron que debía ser absuelta por considerar no acreditada su participación criminal en el hecho y contemplar, entre otras cuestiones, su situación de extrema vulnerabilidad y las amenazas denunciadas durante el debate.

La investigación comenzó a partir de la denuncia realizada en 2013 por las adolescentes en la estación de Policía Comunal de Pinamar, cuando escaparon del departamento donde eran alojadas, junto a otro hijo del principal imputado.

Desde la Fiscalía Federal informaron que las víctimas relataron que el 19 de enero de 2013 Alejandro Aguirre pasó a buscarlas por su casa -en un Renault Logan azul a nombre de su hijo Gonzalo- con la falsa promesa de ir a Pinamar a cuidar niños y vender productos en la playa.

El contacto a ellas les había llegado a través de un vecino del barrio, en Florencio Varela.

Las adolescentes vivían con su abuela y hermanos, porque sus padres fallecieron, y "la necesidad económica las llevó a aceptar la propuesta", explicaron fuentes judiciales.

Los jueces Mario Portela, Roberto Falcone y Néstor Parra, impusieron multas de 30 mil y 15 mil pesos para los condenados, en consonancia con lo solicitado por el Ministerio Público Fiscal por haberse cometido el delito con ánimo de lucro.

Si bien el fiscal Adler había pedido el depósito del dinero en cuenta oficial a nombre de cada una de las víctimas, en forma proporcional, el Tribunal dispuso que se deriven los fondos al Programa Nacional de Rescate Acompañamiento a las Personas Damnificadas por el Delito de Trata, del Ministerio de Justicia.

En otros puntos del veredicto, se dispuso el decomiso del automóvil que utilizaba el principal imputado para trasladarlas a distintos sitios donde se concretaba la explotación sexual.

El tribunal pidió la asistencia integral a las tres víctimas, "a través de las oficinas pertinentes del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación".