Investigadores de la UBA señalaron que la "siembra directa" no está vinculada a las inundaciones

Carina Álvarez, docente e investigadora de la cátedra de Fertilidad y Fertilizantes de la FAUBA, destacó que "trabajos científicos demuestran que la siembra directa ayudó a controlar la erosión hídrica y eólica del suelo, a conservar el agua (fundamental para el crecimiento de los cultivos), a disminuir el consumo de combustible y los tiempos operativos, y a aumentar los niveles de materia orgánica".

Investigadores de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires aseguraron que el empleo de tecnologías como la "siembra directa" reviste objetivos "conservacionistas" para las tareas agrícolas y estimaron que esto "no se vincula con la problemática actual" de "las lluvias excesivas" que inundaron parte de la provincia de Buenos Aires.

Estos conceptos fueron expuestos en un trabajo realizado por Juan Manuel Repetto, referido una investigación sobre manejo de suelos y cultivos en Siembra Directa realizado por FAUBA.

Haydee Steinbach, directora de la Especialización en Manejo de Suelos y Cultivos en Siembra Directa de la Facultad de Agronomía de la FAUBA, explicó en el informe que "antes de 1970, la preparación de la cama de siembra se realizaba laboreando el suelo" con arado de reja y vertedera o disco, por ejemplo. 

"En la Región Húmeda esto provocaba que ante fuertes lluvias se sellara el suelo y se desatara la erosión hídrica, siendo arrastrado a los cursos de agua. En zonas más áridas quedaba expuesto a la acción del viento, provocando la erosión eólica", añadió la especialista. Actualmente casi el 90 por ciento de la superficie sembrada con granos finos o gruesos se realiza en Argentina a través de la Siembra Directa.

"Somos uno de los países que más hectáreas maneja con esta técnica conservacionista, detrás de Estados Unidos y Brasil", apuntó Carina Álvarez, docente e investigadora de la cátedra de Fertilidad y Fertilizantes de la FAUBA.

Alvarez destacó que con la implementación la labranza cero mejoró la situación: "Trabajos científicos demuestran que la siembra directa ayudó a controlar la erosión hídrica y eólica del suelo, a conservar el agua (fundamental para el crecimiento de los cultivos), a disminuir el consumo de combustible y los tiempos operativos, y a aumentar los niveles de materia orgánica".

Por ello, según las investigadoras de la FAUBA, la siembra directa no tiene relación con las inundaciones actuales.

"Lo que estamos viviendo es causa de altas precipitaciones, muy superiores a las normales (inclusive son picos históricos) concentradas en período corto de tiempo: la capacidad de almacenaje de los suelos, que es un real amortiguador del escurrimiento del agua, esta colmatada", aseguró Alvarez.

Como contrapartida, afirmó que la siembra directa, incluso, estaría evitando que se genere un problema mayor porque permite bajar la velocidad de escurrimiento del agua, cuando se combina con los residuos que deja sobre el suelo el cultivo anterior.

"Si tuviéramos labranza convencional, sumaríamos a las inundaciones actuales un problema de erosión hídrica", consideró.