Sus restos son velados en la Legislatura porteña

A los 87 años murió el compositor y bandoneonista Leopoldo Federico

El emblemático músico de tango, que trabajó con artistas de la talla de Julio Sosa, Mariano Mores, Carlos Di Sarli, Horacio Salgán y Astor Piazzolla, falleció hoy a las 5:15 de la madrugada, confirmaron a desde la Asociación Argentina de Intérpretes (AADI), de la que Federico era su presidente.

El compositor y bandoneonista Leopoldo Federico falleció hoy a los 87 años en el Sanatorio de la Trinidad, del barrio porteño de Palermo, donde permanecía internado desde hace un tiempo por complicaciones en su salud.

El emblemático músico de tango, que trabajó con artistas de la talla de Julio Sosa, Mariano Mores, Carlos Di Sarli, Horacio Salgán y Astor Piazzolla, falleció hoy a las 5:15 de la madrugada, confirmaron a desde la Asociación Argentina de Intérpretes (AADI), de la que Federico era su presidente.

Desde esa entidad indicaron además que los restos del músico serán velados desde las 19 en la Legislatura porteña. 

El fallecido músico, quien nació el 12 de enero de 1927 en el barrio porteño de Once, fue uno de los bandoneonistas más importantes de la música nacional y un destacado referente en mundo del tango, donde dio su primer gran salto antes de cumplir 20 años en la orquesta del compositor y pianista Juan Carlos Cobian.

Muy joven, integró las orquestas del violinista Alfredo Gobbi, Víctor D'Amario, hasta que fue convocado como primer bandoneón por el reconocido pianista Osmar Maderna.

Luego formó parte de los cuerpos musicales de Mores, Héctor Stamponi, Di Sarli, Lucio Demare y Salgan, y tiempo después constituyó su primera orquesta, que fue co-dirigida por el pianista Atilio Stampone. Antes de cumplir los 30, Federico fue convocado por Piazzolla para reemplazar a Roberto Pansera en el Octeto Buenos Aires, hasta que en 1959 grabó su primer disco solista.

Ese mismo año, acompañó al frente de su orquesta a Sosa, con quien grabó tangos inolvidables como El Firulete, Cambalache, Mano a Mano, Nada, Que me van a hablar de Amor, En esta tarde gris, Uno, Rencor, y una original versión de La Cumparsita.

El bandoneonista permaneció al lado de Sosa hasta su trágica muerte en un accidente automovilístico en 1964; y años más tarde formó un cuarteto con el guitarrista Roberto Grela.

Tiempo después conformó un trío de tango junto al pianista Osvaldo Berlingieri y al contrabajista Fernando Cabarcos, al que llamaron Trío Federico-Berlingieri-Cabarcos. Desde hacía más de 40 años encabezaba su propia orquesta con instrumentalistas destacados del ámbito del tango a los que nutría con su arrolladora trayectoria.

En cuanto a su repertorio, se destacan Cabulero, Retrato de Julio Ahumada, Preludio Nochero, Diagonal Gris, Siempre Buenos Aires, Al galope y Cautivante.

"Es parte de la historia del bandoneón, no se puede negar, y lo puede decir cualquiera, desde los chicos de 17 años que tratan de tocar como él, hasta los mayores", resumió la importancia de Federico el guitarrista Horacio Malvicino, en declaraciones al canal de noticias TN.

Además del reconocimiento de sus pares y de sus seguidores, Federico fue galardonado con distintos premios como el Gardel a la trayectoria, el Grammy latino, en dos oportunidades, mientras que también fue declarado ciudadano ilustre de la Ciudad de Buenos Aires, en 2002.

Uno de los momentos más duros de su vida lo atravesó el 25 de diciembre de 2003, cuando falleció su hijo Osvaldo Federico, luego de recibir un trasplante de hígado.

La muerte del bandoneonista impacta al mundo del tango, que el domingo pasado fue sacudido con el fallecimiento del escritor y poeta Horacio Ferrer, quien murió tras sufrir una complicación cardiaca, luego de haber permanecido internado varios días en el Sanatorio Güemes.

"Tuve la suerte de que se me cumplieran los sueños: tocar con Horacio Salgán fue un regalo del destino, Astor Piazzolla es lo insuperable, me recuerdo junto a Julio Sosa y quisiera empezar todo de vuelta para volver a hacer lo mismo", había manifestado Federico hace dos años, como una suerte de balance de su trayectoria, al recibir un reconocimiento en la Cámara de Senadores.