El Papa recibió a Estela de Carlotto y a su nieto recuperado

Al encuentro, en la residencia de Santa Marta, asistieron también los hijos de Carlotto -Remo, Claudia y Guido- y otros nietos, que componían un grupo familiar de 18 personas que estuvo durante media hora con Francisco.

El papa Francisco recibió hoy en una audiencia privada a la presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo, Estela Barnes de Carlotto, y a su nieto recuperado, Ignacio Hurban, junto con otros miembros de la familia de la dirigente, quien calificó al Pontífice como un "progresista" que no tuvo nada que ver con la última dictadura militar argentina.

El encuentro, en el que Carlotto y su familia entregaron varios regalos a Jorge Bergoglio, duró media hora en el estudio del Aula Pablo VI del Vaticano y fue "especial y emotivo", según destacó la embajada argentina en Italia, a cargo del sociólogo Torcuato Di Tella.

Según la información, Carlotto le regaló a Francisco un clásico pañuelo de las Abuelas enmarcado, un disco compacto con obras de su nieto recuperado y una escultura que representa "los valores de la Verdad, la Justicia y la Memoria", mientras el resto de sus nietos le obsequió un poncho. 

Asimismo, el Pontífice recibió cartas personales enviadas por los habitantes de la ciudad de Olavarría a través de Ignacio, de 36 años, quien reside en ese lugar, informaron medios internacionales.

En la reunión también estuvieron los hijos de Carlotto -Remo, Claudia y Guido- y otros nietos, que componían un grupo familiar de 18 personas.

Antes de la audiencia Carlotto negó enfáticamente que el Papa argentino haya sido cómplice de la última dictadura militar.

"Lo que se decía de él en Argentina se desvirtúa con el papado", aseguró Carlotto. Y agregó que "eso de que fue cómplice de la dictadura lo dicen los que no han estudiado la información. Todo eso está aclarado. Nosotras nos rectificamos".

Agregó, en declaraciones a la agencia AFP en Roma, que "el Papa Francisco es un ejemplo hoy, un progresista, un hombre de fe para el siglo XXI y de una iglesia del pueblo".

En tanto, el Vaticano calificó de "cordial" la charla en un aparte entre Carlotto y su nieto recuperado.
Ignacio Hurban -tal el nombre y apellido con el que fue inscripto el muchacho, aunque la familia biológica lo llama Guido Montoya Carlotto, por los apellidos de sus padres- nació en cautiverio, cuando su madre Laura (hija de Estela) estaba secuestrada en un centro clandestino de detención de la dictadura de 1976-1983.

Cuando se supo la verdad, Francisco le escribió una carta a Carlotto: "Por medio de estas líneas quiero hacerme cercano a usted en estos días en que se ha reencontrado con su nieto. Gracias señora por su lucha. Me alegro de corazón y pido al Señor que le retribuya tanto tesón y trabajo. Quedo a su disposición, y por favor, le pido que no se olvide de rezar por mí".

La Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina también envió una carta a la dirigente expresando su alegría.

Y más recientemente "el arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz y presidente del Episcopado, monseñor José María Arancedo, recibió a Carlotto en audiencia y grabó, a solicitud de esta, un mensaje pidiendo que se faciliten datos de niños apropiados y lugares clandestinos de sepultura utilizados durante la dictadura", recordó la agencia católica AICA. Las declaraciones actuales de Carlotto sobre el Papa contrastan notoriamente con lo que dijo apenas Bergoglio fue ungido Pontífice.

En esa ocasión había dicho: "Las opiniones se conjugan haciendo memoria. Qué rol tuvo la Iglesia durante la dictadura militar". "Uno condena a la jerarquía eclesiástica porque fueron partícipes, cómplices, ocultadores directa o indirectamente y las víctimas fueron las bases religiosas que fueron secuestradas", sostuvo entonces.

En sus afirmaciones de marzo de 2013, Carlotto advirtió que "Bergoglio pertenece a la Iglesia; hoy representa a esa Iglesia que oscureció la historia en nuestro país".

También recordó aquella vez que cuando las Abuelas le pidieron ayuda a monseñor Antonio Plaza en La Plata "para que nos ayude, más adelante nos enteramos que colaboraba con la dictadura. En su caso, entregando a sus propios familiares".

Sobre Bergoglio había admitido además que "lógicamente ahora es Papa y hay una especie de satisfacción porque Argentina figura ahora en todo el mundo como un país civilizado, conocido y reconocido".

Pero había señalado también que aunque se trataba de una "satisfacción nacional, si se quiere, embarga un poco, confunde un poco y uno razona que este hombre tampoco nunca habló ni se acercó a las Abuelas. Es cierto que ha tratado temas muy lacerantes pero no el nuestro".