Remarcan la importancia de respetar la “hora sagrada”

Si el parto no tuvo complicaciones, debe resguardarse ese encuentro impostergable piel a piel madre-hijo. No es necesario bañarlo, medirlo, pesarlo, tomarle la temperatura y vacunarlo en los primeros minutos tras el parto

El nacimiento de las personas merece especial atención en la organización de las maternidades. “Se trata de un momento trascendente, en el que debe asegurarse el derecho a la vida de las personas, en el contexto de su condición de familia. El Modelo ‘Maternidad Segura y Centrada en la Familia’ promueve la desmedicalización del parto normal y la presencia de acompañantes, en ambientes apropiados para ello”, tal como afirmó el neonatólogo Miguel Larguía.

Sostiene que si el parto no tuvo complicaciones, debe resguardarse ese encuentro impostergable piel a piel madre-hijo. No es necesario bañarlo, medirlo, pesarlo, tomarle la temperatura y vacunarlo en los primeros minutos tras el parto. En su llegada al mundo, lo primero que el niño necesita es el calor y las caricias de sus padres.

Funlarguía promueve ésta y otras medidas como el acceso irrestricto de los padres a los servicios de neonatología, el seguimiento prenatal de la embarazada junto a su familia y luego del recién nacido, sin interferencias institucionales ni separaciones.

También prioriza la promoción de la lactancia materna, como lo propone la Iniciativa Hospital Amigo de la Madre y el Niño. Todas ellas se enmarcan dentro del propio modelo denominado “Maternidades Seguras y Centradas en la Familia”, un ejemplo de la atención perinatal, que representa un genuino cambio de paradigma al empoderar a las familias y reconocerlas como las verdaderas protagonistas en las maternidades.

Estos cuidados son fundamentales en el contexto de la relevancia que tienen los primeros 1000 días, considerados desde la concepción hasta los dos años de vida, para la salud presente y futura de las personas.

La doctora Constanza Soto Conti, del Hospital Materno Infantil Ramón Sardá, refirió que “el contacto piel a piel entre la madre y su hijo estabiliza la respiración y la oxigenación del bebé, mantiene sus niveles de glucemia, le estabiliza la presión arterial, reduce las hormonas del estrés, disminuye el llanto, incrementa el estado de alerta tranquila, promueve el inicio precoz de la lactancia materna, y mantiene la temperatura, reduciendo el riesgo de hipotermia”.

Destacó que el cerebro está diseñado para ser ‘modelado’ por las experiencias tempranas hasta su configuración final: “Eventos interpersonales tempranos, positivos y negativos, impactan en la organización estructural del cerebro. Esas experiencias están embebidas de la relación de apego inicial. Ese apego, más allá de proveer un fundamental sentimiento de seguridad, es el mayor organizador del desarrollo cerebral”.

Otra medida muy importante, en ocasiones desatendida, recordó la especialistai, tiene que ver con el clampeo oportuno del cordón umbilical, entre uno a tres minutos después del parto, una vez detenidos los latidos del cordón: “En niños prematuros, esta medida disminuye la necesidad de transfusiones y el riesgo de hemorragia intraventricular. Esto reduce significativamente el riesgo de anemia.

“Existe evidencia de que este efecto positivo para el recién nacido se produce inclusive con el bebé colocado sobre el cuerpo de la madre", afirmó Soto Conti.