"No se ven perspectivas de cambio"

Para Osvaldo Cornide el escenario negativo aún no impacta de lleno en el nivel de empleo. Se incrementó el número de locales vacíos. La ley de Abastecimiento genera desabastecimiento. El intenso combate de CAME contra el comercio ilegal.

Su nombre es sinónimo de pequeña y mediana empresa. El intenso trajinar de la gestión como dirigente ha convertido a Osvaldo Cornide en el mascarón de proa de las pymes. Al frente de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) desde hace 18 años, tiene la experiencia suficiente como para tomarle el pulso al escenario actual. Lo preocupan, como a sus pares, la recesión, la falta de crédito y la presión impositiva. También la venta ilegal, un flagelo contra el que ha combatido sin cejar en el esfuerzo.

-Mañana celebran el Día de la Industria. ¿Cómo los encuentra este festejo?

-Estamos con preocupación porque llevamos siete meses de recesión económica, hay caída de las ventas en el sector comercial y también en el sector industrial. Hay una carencia casi total de crédito, hay una presión impositiva enorme. Así que la preocupación es grande y no se ven en lo inmediato perspectivas de cambio.

-La denuncia contra la presión fiscal es unánime entre los empresarios. ¿Piensa que puede aliviarse?

-No, porque si se analiza la planta de personal de los municipios y de las provincias, han crecido todas desmesuradamente. Por eso las administraciones necesitan los recursos.

-¿Las pymes han comenzado a recortar puestos de trabajo?

-Por ahora se mantienen, no hay suspensiones. Lo que ocurre es que no se repone personal, no se expanden las empresas, no hay horas extras. Se le da a la gente trabajo rotativo, que pinte, que limpie. Generalmente se trata de personal con 15 o 20 años de actividad en una empresa pyme. Es un problema tanto personal como económico despedirlo. Hay muchos acuerdos de palabra en las pymes, la gente ve lo que pasa dentro de las empresas y lo acepta.

-¿El default agravó el acceso al crédito?

-Se agravó mucho, las pymes lo sienten. Cuando subieron las tasas para evitar que el dinero se fuera al dólar, el crédito desapareció. Ahí hubo momentos en que los proveedores exigían el pago al contado. Se acortaron los plazos de pago. Luego volvieron a dar financiación pero con plazos más cortos. Y en cuanto al crédito bancario, no existe para las pymes. Existe el descuento de cheques, nada más.

-¿Por qué las pymes son renuentes a buscar financiamiento en la Bolsa?

-Son bastante renuentes porque les exigen una cantidad de cosas que no tienen, hay que presentar mucha documentación. Sino cualquiera que pudiera conseguir dinero más barato, lo haría.

LOCALES VACIOS

-¿Vuelven a verse locales vacíos por la recesión?

-Acá la verdad es que si se toma el año 2001, en la calle Florida había 80 locales vacíos, ahora hay 15. Pero hace un año y medio atrás había que hacer cola para conseguir uno, ahora hay 15 disponibles. Y la medición todavía no toma los que están dentro de las galerías, allí hay muchos más desocupados. Está creciendo la oferta de locales.

-¿Influye el cambio de formato, como la apertura de shoppings, centros comerciales y ferias?

-El shopping es un mecanismo, un formato importante que le da seguridad a la gente, en un país que tiene serios problemas de seguridad. Al darles esto y algunos elementos más, se transforma en un polo de atracción. En estos tiempos estamos sufriendo la venta clandestina, la multiplicación de shoppings y la apertura de hipermercados que venden productos que también venden los comercios minoristas. Pese a eso, todos los shoppings e hipermercados juntos, ocupan a 230.000 personas. El comercio minorista de calles y avenidas, ocupa a 1 millón de personas. Eso se ve, camine por donde camine hay un comercio.

-Finalmente sacaron a las pymes del proyecto de ley para reformar la Ley de Abastecimiento. ¿Están conformes?

-La idea es la siguiente: la producción de leche en Argentina son dos empresas, Sancor y La Serenísima. La producción de aluminio, una empresa: Aluar. La producción de acero, un puñado de empresas: Acindar y otras. Las pymes son un millón. ¿Qué formadoras de precios van a ser? Si quiere comprar un control remoto, va y no le gusta el precio, camina 100 metros y tiene otro comercio similar. No se van a poner de acuerdo cincuenta o cien comercios de este rubro para vender todos al mismo precio. Ahora, donde hay monopolio u oligopolio, el Estado tiene que intervenir. En el caso de la telefonía celular, hablamos dos minutos y se corta. El Estado tiene que intervenir ahí, poner una multa, una norma.

-El proyecto oficial unió a todo el arco empresarial en contra del Gobierno.

-Sí, en contra total. Esta ley la hizo Gelbard (José, ex ministro de Economía) en el año "74, pero después la aplicaron otros. La aplicó Carlos Tacchi, cuando era secretario de Hacienda; la aplicó Carlos Silvani desde la DGI. Iban los fotógrafos y los camarógrafos a un local, por ejemplo a la Recoleta, y luego llegaban los inspectores y clausuraban el negocio. Era un aparato de intimidación. Mostraban clausuras y decían, pagá porque sino te va a pasar lo mismo que al otro.

-¿No puede tomarse como un instrumento de defensa del consumidor?

-No, esto es lo que hace Maduro en Venezuela. Lo que produjo la ley de Abastecimiento en la Argentina cuando se aplicó fue desabastecimiento. Es diferente cuando uno sólo vende aluminio, el costo es 20 pero lo comercializa a 500. Estados Unidos vigila eso y aplica multas, Alemania también. Pero es en un radio chico.

ILEGALIDAD

-¿Qué balance hace de su lucha contra el comercio ilegal?

-Los manteros son el brazo visible del comercio ilegal. La venta ilegal tiene origen en la falsificación, en el trabajo esclavo, en el robo de mercadería, los piratas del asfalto. Después aparecen en la vía pública con los manteros o con los puestos fijos, o en las denominadas Saladas o Saladitas, vendiendo todos esos productos. Eso siempre nos ha preocupado. Lo que pasa es que en los últimos años nos ha preocupado más porque de una manera curiosa ha habido una mayor actividad económica, pero ha crecido la ilegalidad. Tendría que haber ocurrido al revés.

-¿Qué explicación le encuentra el fenómeno?

-Para nosotros era normal, aunque nos preocupaba, el trueque en el año 2001, pero la gente no tenía trabajo ni dinero en efectivo. Pero en estos años nos parece un hecho bastante singular. Lo adjudicamos al crecimiento del delito, al robo, a los piratas del asfalto, al crecimiento de la falsificación. Y a la complicidad de funcionarios de distintos niveles en diferentes jurisdicciones, que permiten el desenvolvimiento de estas actividades ilegales a cambio de favores políticos o de participación en las ganancias de las ventas ilegales.

-¿Están mejor organizados?

-Han llegado a un grado de organización tal que el responsable básico de La Salada aparece en los canales de televisión, aparece en los principales programas. Los responsables de los centros de venta ilegal dicen en cámara que venden mercadería falsificada. Lo reconocen en el canal y no hay un fiscal que actúe de hecho, porque están reconociendo un delito.

-¿Es un delito a escala nacional?

-Es un delito a escala nacional, denunciado a escala internacional por la Comunidad Económica Europea, que señaló que la feria de La Salada era la feria ilegal más grande del mundo. La oficina comercial de Estados Unidos denunció que el Gobierno de Argentina era incapaz de controlar un centro comercial ilegal como La Salada.

-¿Los comerciantes sienten el impacto de esta competencia?

-Eso varía según los rubros, pero ha habido manifestaciones de los afectados, en el caso específico de la calle Florida cuando estaba ocupada por los Manteros, de que perdían 10, 15 y hasta el 25% de las ventas entre la competencia ilegal y el impedimento físico que tenían en la entrada de los locales. Ahora el foco se trasladó a la calle Avellaneda, a otros lugares más como Palermo, Once, y ahí estamos luchando.

-¿Es una lucha quijotesca o se siente acompañado por el Gobierno?

-Nos hemos sentido acompañados por otras entidades, nos hemos sentido acompañados por los usuarios laborales porque defendían sus puestos de trabajo. Hay que remarcar que la venta clandestina quita puestos de trabajo. Los Gobiernos alternativamente nos han ayudado. Hay lugares donde frente al trabajo nuestro reaccionaron bien y eliminaron la venta pública. En otros lugares continúa. Ahora publicamos el mapa de la venta ilegal en todo el país, ahí hacemos un ranking y los intendentes y gobernadores afectados en general toman medidas para limpiar este flagelo.