"El está tranquilo en su casa y yo ya no tengo a mi hija"

Carmen Lagos, madre de la estudiante neuquina de 21 años que murió atropellada por un taxi frente al aeroparque metropolitano Jorge Newbery, lamentó hoy que el conductor que huyó tras el accidente "está tranquilo en su casa" mientras que ella se quedó sin su hija. Además, se quejó de que el taxista dejó a la joven "tirada como a un perro" y, al igual que su esposo, Claudio Alvarez, pidió a la ciudadanía "datos" que permitan identificar al conductor para su posterior detención.

"El está tranquilo en su casa y yo ya no tengo más a mi hija", enfatizó Lagos en diálogo con el canal de cable Todo Noticias (TN). 

Y añadió: "Ya pasaron siete días... Mi hija quedó tirada como un perro y nadie sabe nada".

La estudiante, Michelle Tamara Alvarez, estaba con su amigo Walter cuando cruzó la avenida Costanera Rafael Obligado mientras la luz de paso parpadeaba y fue atropellada por un taxi Volkswagen Suran, que la arrastró 30 metros y le causó la muerte instantáneamente.

"El (por Walter) lo único que recuerda es que quedó tirado (en la avenida) el logo del Volkswagen que se la llevó por delante y a un señor que atravesó un auto, un Vento, para que no la siguieran pisando", contó hoy Lagos.

No obstante, la mujer dijo que, "en la Policía, dudan" de la existencia del presunto conductor del Volkswagen Vento, debido a que no existe su testimonio en la causa abierta por el accidente.

"Un taxista es el único que figura (en el expediente), que declaró que el taxi (Suran) arrancó en amarillo. Pero falta la persona más importante, el hombre del Vento", lamentó Lagos.

Por su parte, el padre de la víctima sostuvo: "Estamos buscando a alguna persona que haya visto el accidente y nos pueda aportar datos para esclarecer (el hecho)".

"Nosotros necesitamos que, si alguna persona vio o tiene algún dato sobre el accidente, lo aporte; necesitamos testigos del hecho", concluyó el hombre.

Michelle estaba cursando cuarto año de la carrera universitaria de Odontología en La Plata, donde vivía, y cuando ocurrió el siniestro estaba por abordar un vuelo a Neuquén. La joven había ido a tomar unos mates a la Costanera junto a un amigo, de nombre Walter, y cuando cruzó la avenida Rafael Obligado para entrar otra vez al aeroparque murió atropellada.