Crítica: "Balada de un hombre común" es un tributo a la música folk de los 60 que filmaron los hermanos Coen

Aquella bohemia que aún conmueve

Es un filme diferente, con un gran actor y cantante guatemalteco, estudiante en Julliard, de nombre Oscar Isaac, que recuerda pasajes de "El perseguidor", de Julio Cortázar y aspira con su música a ser inmortal.

"Balada de un hombre común" (Inside Llewyn Davi). Estados Unidos, 2014. Dirección y guión: Joel y Ethan Coen. Fotografía: Bruno Delbonnel. Actores: Oscar Isaac, Carey Mulligan, John Goodman, Garrett Hedlund, Justin Timberlake y F. Murray Abraham. Presenta: Alfa Films. Duración: 104 minutos. Calificación: Para mayores de 13 años.


Si usted quiere conocer el mundo de la bohemia sesentista, ese de los "60 en Nueva York, tiene que ver esta película de los hermanos Coen. Está todo. Y es uno de los más bellos filmes de la dupla, con lo mejor en cuanto a música folk y actores. 

Se supone que hay un "perdedor" que es Llewyn Davis (Oscar Isaac), ese chico que canta lo que quiere y como quiere, no acepta consejos, vive en cuartos ajenos, dejando algún hijo por el camino, mientras la vida le pasa por encima y los gatos parecen ser su karma en distintos domicilios.

VISITA AL PADRE

Llewyn parece no reconocer familia, ni amos, ni señores, aunque la emocional escena de la visita al padre lo desmiente. Sin embargo, cuando su hermana le aconseja que siente cabeza y deje la música, la respuesta de Davis es como un libro abierto: abre los ojos, azorado y se pregunta en voz alta si sólo alcanza con existir y nada más.

Inspirada en la figura de Dave Van Ronk, folk puro de la época, gurú espiritual de Bob Dylan, Joni Mitchell y tantos, la figura de este bohemio folk emociona. Con él somos testigos de esas bohemias pasadas de casa en casa, de encontrar personajes siempre dispuestos a dar y recibir a la gente más esotérica del mundo, con la misma naturalidad que dar de comer a un perro.

Llewyn Davis cafetea con su guitarra en innominados bares de barrio y es el rey por una noche, pero quien sabe, añora ese otro pasado al que aspiró cuando formaba duetto con el chico que se mató inesperadamente una noche del pasado, dejándolo solo.

DE TERCIOPELO

La película tiene un tono aterciopelado en blanco y negro con una fotografía notable de Bruno Delbonnel. Todo el filme es un original paño de terciopelo en imágenes, en sonido, en canciones. Y se puede disfrutar de Carey Mulligan, que hace de la Jean del dúo de chicos lindos cantores, siempre contratados porque todos sueñan con hacer el amor con ella; de John Goodman en ese compañero de ruta de Llewyn que parece un villano y sin embargo se cae a pedazos en los baños de cualquier estación de servicio; o F. Murray Abraham que pasó de aquel Salieri de la recordada "Amadeus", a otro magnate de la música, Bud Grossman ante el que Llewyn da su prueba.

"Balada de un hombre común" es un filme diferente, con un gran actor y cantante guatemalteco, estudiante en Julliard, de nombre Oscar Isaac, que recuerda pasajes de "El perseguidor", de Julio Cortázar y aspira con su música a ser inmortal. A éste hay que mencionar a un músico y actor, como Justin Timberlake, en el personaje de Jim, la pareja de Jean (Carey Mulligan).

Calificación: Muy buena