La Iglesia destaca lucha de las mujeres que quieren "algo distinto" para sus hijos

El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor José María Arancedo, consideró que éste no es "un domingo más" sino una jornada "de reconocimiento y de gratitud", y exhortó a "detenerse en un recuerdo, en un gesto de cariño, en una visita a quien tal vez nos está esperando".

La Iglesia destacó hoy la lucha de las mujeres que quieren "algo distinto" para sus hijos en un mundo "agresivo e injusto que no ofrece igualdad de oportunidades para todos" y valoró el don de la maternidad, al saludar a las madres en su día.

El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor José María Arancedo, consideró que éste no es "un domingo más" sino una jornada "de reconocimiento y de gratitud", y exhortó a "detenerse en un recuerdo, en un gesto de cariño, en una visita a quien tal vez nos está esperando".

El prelado santafesino valoró el "profundo sentido humano, espiritual y social" de la maternidad y aseguró, citando el documento de Aparecida, que "esto no se opone a su desarrollo profesional y al ejercicio de todas sus dimensiones".

"La mujer es insustituible en el hogar, la educación de los hijos y la transmisión de la fe. Pero esto no excluye la necesidad de su participación activa en la construcción de la sociedad. Para ello, se requiere, concluye, propiciar una formación integral de manera que las mujeres puedan cumplir su misión en la familia y la sociedad", aseveró.

En tanto, el presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, monseñor Jorge Lozano, insistió en destacar el compromiso de las madres que quieren "algo distinto" para sus hijos que deben enfrentar "un mundo agresivo, injusto, que no ofrece oportunidades iguales a todos" y de aquellas "mamás del corazón que acogen en adopción la vida engendrada y la cubren de ternura".

Lamentó también que "la maternidad no siempre esté rodeada de la dulzura que se merece", al reconocer que "a veces la vida irrumpe en momentos no buscados".

Lozano se refirió en este sentido a "las mamás adolescentes que con gran sacrificio llevan adelante el embarazo, a veces con el rechazo de la familia o en medio de la pobreza" y afirmó que "duele" cuando "la mamá enferma o muere dejando orfandad y desamparo, o algunas situaciones de abandono que tiran la toalla porque no dan más o no les da el cuero para hacerse cargo".

También llevó una palabra de cercanía a las mamás que "atraviesan el difícil desgarro de la muerte del hijo" y dijo: "Rezo por todas las mamás, las abrazo y las bendigo".

El obispo de San Isidro, monseñor Oscar Ojea, aseguró que "celebrar a la madre es celebrarnos a nosotros mismos. Celebrar nuestra existencia. Ellas han hecho posible que nosotros podamos ver la luz, han colaborado con Dios para ser puentes de esa luz que nosotros contemplamos todos los días".

"Mamá, es aquella que me ha llevado al pecho, aquella que me ha nutrido y que continúa nutriendo mi vida, mi existencia, con su ejemplo, con su palabra, con su amor, con sus gestos, con su caricia, con ese jugarse la vida cada día", indicó el titular de Cáritas Argentina.

Por eso, Ojea sostuvo que celebrar el Día de la Madre "es, de alguna manera, celebrarnos a nosotros mismos, aquello que tiene nuestra vida de novedad en cuanto a la existencia y lo que tiene nuestra vida de haber crecido y necesidad de agradecer todo aquello que nos ha regalado nuestra madre".