Crítica: "Spring Breakers: Viviendo al límite" enfoca a grupo de adolescentes desbordadas

Un viaje con muchos encantos

La atmósfera que propone Harmony Korine es una mezcla de los filmes de Quentin Tarantino y David Lynch, con Britney Spears, mientras que la actuación de James Franco, es uno de los aspectos más destacables de esta curiosa y fascinante película.

"Spring Breakers. Viviendo al límite" (Spring Breakers). Estados Unidos, 2012. Dirección y guión: Harmony Korine. Fotografía: Beno”t Debie. Música: Cliff Martinez y Skrillex. Actores: James Franco, Selena Gomez, Vanessa Hudgens, Ashley Benson y Rachel Korine. Presenta: DCA. Duración: 94 minutos. Calificación: Para mayores de 16 años.

Sus protagonistas son cuatro chicas aburridas de la ciudad de Tennessee, Estados Unidos, que buscan diversión en Florida y no se les ocurre mejor idea que robar un negocio de comidas rápidas, amenazando a sus empleados con armas cargadas de balas de fogueo y logrando llevarse unos dólares que necesitan para su "pausa de verano".

¿Qué es el paraíso para estas adolescentes ingenuas?. Por lo que consumen queda claro que les gustan los vasos gigantes de alcohol, los tazones de pastillas de distintos colores, chicos fornidos, drogas exóticas y mucha playa, sol y música mechados con luces de neón. Hasta un veterano con diente de oro, tatuado y de coloridas rastas llamado Alien (James Franco), les parece lo mejor del postre del verano. El hombre tiene como principales atributos, un auto sport, una metralleta y una voz adormilada de pastillas y tragos, que a las chicas parece gustarles.

Pero hay una chica temerosa, arrogante al principio, miedosa luego, que quiere desaparecer y volver al aburrimiento del pueblo y la conversación con la abuela. Su nombre es Faith (Selena Gomez). Las otras: Candy (Vanessa Hudgens), Brit (Ashley Benson) y Cotty (Rachel Korine), iniciarán un viaje a lo que ellas llaman libertad.

LO DESMESURADO

"Spring Breakers. Viviendo al límite", es un filme desmesurado con aciertos formales notables, vulgaridades al estilo de los "nerds" y juegos florales que remiten al ensueño hippie. La película según se la mire, puede ser una especie de caleidoscopio, capaz de hipnotizar, subyugar, o desagradar al espectador, por su violencia o su exaltación sensorial.

El director Harmony Korine (guionista de la recordada "Kids), sorprende por su armonía "desequilibrada" que en ningún momento deja indiferente al público. Su predilección en esta película es mostrar adolescentes sinuosas, mezcla de chicas Disney, Barbie y Betty Boop devenidas en gángsters juveniles, capaces de histeriquear lloriqueantes, o motivar desenfrenos al pobre de Alien (James Franco), que igual que ellas parece dispuesto a todo.

INOCENTE Y AMORAL

El realizador Harmony Korine, con esta historia, se muestra aún más provocador que en "Kids" y arroja un mosaico estridente, como este documento sobre la adolescencia desbordada, inocente y amoral, sabia e ignorante, sin objetivos nítidos, pero incapaces de cruzar los brazos para conseguir lo que desean.

El que se atreva a ver esta película, viajará, unos cuantos minutos, por una celebración surrealista, con picos de "basura" y vulgaridad y extremos de melancolía y de belleza, en la que el piano blanco de John Lennon, ahora lo toca un rapero, Alien, rodeado de señoritas en bikini, con carabinas y pasamontañas.

La música de Cliff Martinez (el mismo de "Sexo, mentiras y video") hipnotiza, mientras la cámara y el cromatismo experimental deslumbra y la violencia enerva. La atmósfera que propone Harmony Korine es una mezcla de los filmes de Quentin Tarantino y David Lynch, con Britney Spears, mientras que la actuación de James Franco, es uno de los aspectos más destacables de esta curiosa y fascinante película.

Calificacion: Muy buena