Crítica: "De jueves a domingo", primer filme"

Mini vacaciones melancólicas

"De jueves a domingo". Coproducida entre Chile y Holanda, 2012. Dirección y guión: Dominga Sotomayor. Fotografía: Bárbara Alvarez. Música: Diego Fontecilla y Elisa Arteche. Actores: Santi Ahumada, Emiliano Freifeld, Francisco Pérez Bannen, Paola Giannini, Jorge Becker, Axel Dupré. Presenta: Circe Films. Duración: 96 minutos. Calificación: Para todo público. Se exhibe únicamente en la sala Leopoldo Lugones, del San Martín.


Una pareja joven con dos hijos chicos inicia un viaje para pasar un fin de semana cerca de un río, tras haber decidido separarse. Durante el viaje, Lucía (Santi Ahumada), una niña de unos diez años observa las reacciones de Ana (Paola Giannini) y Fernando (Francisco Pérez-Bannen), sus padres, sospechando que algo ocurre entre ellos. Manuel (Emiliano Freifeld), el hijo más pequeño sigue con sus juegos y las peleas fraternales, sin que nada afecte el desarrollo de un fin de semana que, salvo la aparición de algunos conocidos, no tiene ningún imprevisto.

MIRADAS CRUZADAS
La acción se desarrolla mayormente en el interior del auto. Por esto, las breves salidas para acampar, meterse en el agua, recoger alguna rama, o piedra por parte de los chicos, oficia de apertura y boca de aire para el espectador, que parece asistir como un voyeurista, a las breves vacaciones de una familia común.
El ojo de la pequeña Lucía oficia de receptor de esta road-movie de un grupo que se desplaza por el norte de Chile.
Es un filme hecho con mínimos recursos y abundante en miradas y sensaciones a cargo de un correcto equipo de intérpretes. Paola Giannini y Francisco Pérez-Bannen, que cubren los papeles de Ana y Fernando, los padres, son dos populares actores televisivos. Santi Ahumada (Lucía) y Emiliano Freifeld (Manuel), son los pequeños de la historia.
Espontánea y sensible, la película da al espectador la sensación de espiar la acción. "De jueves a domingo" cuenta con una buena fotografía, atractiva música y gran naturalidad en la actuación. Su tiempo narrativo por momentos es moroso, sus diálogos mínimos y su ritmo algo melancólico.
Calificación: Buena