Crítica: "La esperanza de una nueva vida", un poético relato de dos inmigrantes en Italia

La ilusión que siempre ayuda

Filme mejor logrado en la primera parte, por su buena exposición, ritmo equilibrado y situaciones atractivas, la segunda parece acelerarse y arrimarse más a lo convencional. Cálidas actuaciones de Tao Zhao y Rade Sherbedgia.

"La esperanza de una nueva vida" (Io sono Li), Francia, 2011. Dirección: Andrea Segre. Guión: Andrea Segre y Marco Pettenello. Fotografía: Luca Bigazzi. Música: Franois Couturier. Actores: Tao Zhao, Rade Sherbedgia, Marco Paolini, Roberto Citran y Giuseppe Battiston. Presenta: Ifa. Duración: 93 minutos. Calificación: Para mayores de 13 años.

Bajo el nombre del gran poeta chino, Qu Yuan se celebra una pequeña historia de exiliados.
Shun Li (Tao Zhao), es una joven que dejó a su pequeño hijo en China para trabajar en Europa, primero en Roma y luego en la isla de Chioggia, llamada La segunda Venecia, en la que atiende un bar. Ella fue traída de su país por organizaciones que la hacen trabajar en distintos lugares donde funcionan sus negocios. El buen comportamiento y la dedicación al trabajo, pueden hacer que Shun Li se reúna pronto con su hijo.
Primero un taller de costura y luego el bar de un hospedaje, son algunos de sus destinos. En este segundo lugar conoce a un jubilado viudo, Bepi (Rade Sherbedgia), un pescador que hace más de treinta años llegó a la isla.
La pesca, el agua, los afectos, la poesía, serán los temas que pronto motivarán un acercamiento entre ambos. A Bepi lo llaman "el poeta" por su capacidad de armar rimas y Shun Li invoca al poeta Qu Yuan, que como ellos, tuvo que alejarse de la patria.

LOS INMIGRANTES
El director Andrea Segre es un joven profesor italiano en sociología de la comunicación. Etnias y culturas marginales son sus preferencias temáticas en materia cinematográfica. De ahí que esta ficción, con un yugoslavo y una joven china llegados a Italia, se entronque con su línea de trabajo. Su historia tiene emoción, momentos que pasan del puro realismo (grupo de pescadores) a pasajes de poesía, acompañados de estéticas imágenes del paisaje veneciano y una atmósfera de melancolía general.
El tema de la xenofobia también se toca en el relato cinematográfico, pero la historia de amor que pudo ser, ocupa el núcleo central.
Filme mejor logrado en la primera parte, por su buena exposición, ritmo equilibrado y situaciones atractivas, la segunda parece acelerarse y arrimarse más a lo convencional.
Contenidas y cálidas son las actuaciones de Tao Zhao y del actor croata Rade Sherbedgia, y sugestiva la estructura musical de Franois Couturier.

Calificación: Buena