Crítica: "Profesor Lazhar" desnuda los problemas educativos en una escuela de Canadá

Los maestros, entre límites

La película de Philip Falardeau está basada en una obra teatral y toca, desde el comienzo, un tema dificultoso (un suicidio en clase) y otro más complicado, la evolución emocional de los chicos. Fluye como impulsada por las mareas y sólo en mínimas ocasiones, eleva la voz.

"Profesor Lazhar" (Monsieur Lazhar). Canadá, 2011. Dirección y guión: Philippe Falardeu. Fotografía: Ronald Plante. Música: Martin León. Actores: Mohamed Fellag, Sophie Nélisse, Emilien Néron, Marie-Eve Beauregard, Vincent Millard y Seddik Benslimane. Presenta: DCA. Duración: 94 minutos. Calificación: Para todo público.

Si queremos encontrar puntos de contacto con otras películas relacionadas con el tema de la educación, tenemos que comparar "Profesor Lazhar" con "Entre muros", de Laurent Cantet, otro estupendo filme ambientado en una escuela de Canadá y la documental "Ser y tener" de Nicholas Philibert.
En "Profesor Lazhar", un emigrado argelino se ofrece para tomar una vacante de maestro en un colegio primario de clase media, de Montreal, Canadá. La profesora anterior se colgó de una soga dentro de un aula y fue descubierta por un alumno.
Cuando Lazhar es aceptado como suplente, se enfrenta con problemas que van más allá de los que un refugiado extranjero puede enfrentar. Un suicidio docente reciente, esa realidad tan diferente a la suya y una cultura en la que se educó y aún la que estudió en los libros que hablaban de su país de acogida, pero lo hacían desde el punto de vista teórico, le demuestran que la vida es otra cosa y más aún, el sistema de educación.

LOS INTERROGANTES
¿El orden puede favorecer un mejor rendimiento educativo? ¿las normas deben seguir siendo inflexibles ante situaciones terminales? ¿El acercamiento emocional al alumno es negativo, o desde cuándo el consuelo se considera peligroso? Son preguntas que Lazhar deberá responderse ante la presión del alumnado y de un grupo de maestros que no puede superar la pérdida reciente de la querida maestra Martine. Y aunque habrá chicos amigables cono la pequeña Alice L"Ecuyer (Sophie Nélisse), también habrá padres intolerantes que le pidan "que enseñe y no eduque". Lazhar, en su vida de refugiado, deberá adaptarse a esta realidad nueva, pero como para él, educar es amar, nadie le podrá impedir que ponga su antiguo método en marcha, apoyar emocionalmente al alumno, hablarle y alguna vez abrazarlo.

SIN GOLPES BAJOS
La película de Philip Falardeau está basada en una obra teatral y toca, desde el comienzo, un tema dificultoso (un suicidio en clase) y otro más complicado, la evolución emocional de los chicos. Sin embargo, apoyado por la serenidad de ese piano que convoca una melodía dulce y melancólica, el filme fluye como impulsado por las mareas y sólo en mínimas ocasiones, eleva la voz.
Sin golpes bajos, planteando los problemas escolares libremente, centrando la crítica sin hacerlo, en temas como el no compromiso ante un caso límite como el suicidio en el ámbito escolar, con la elección de ignorar lo sucedido para evitar conflictos, la escuela que le tocó a Lazhar comienza a meterse en su vida privada de maestro con problemas familiares y políticos. Y en medio de todo, los chicos que saben todo, o intuyen todo.
"Profesor Lazhar" es un filme sensible, que cuenta con un gran intérprete como Mohamed Fellag (Bachir Lazhar) y los pequeños Sophie Nélisse y Emilien Néron, dos pequeños actores que se muestran increíblemente naturales, en sus personajes de Alice y Simon.
Con un ritmo no apresurado pero no moroso, apiñando secuencias que agregan conflictos y reflexiones al collar que Lazhar decidió rearmar, el filme de Philippe Falardeau atrae y emociona.
Calificación: Muy buena