Un jesuita moderado, amante del tango y del fútbol

Fue ordenado sacerdote el 13 de diciembre de 1969 y, en plena dictadura militar argentina, entre 1973 y 1979, fue enviado a Alemania, de donde pasó a la iglesia de la Compañía de Jesús de Córdoba. Es considerado un hombre dialogante y moderado, amante del tango e hincha de San Lorenzo de Almagro.

Jorge Mario Bergoglio, Arzobispo de Buenos Aires, es el primer Papa perteneciente a la Orden de los Jesuitas, fundada por San Ignacio de Loyola y que hoy constituye la corriente con mayor cantidad de fieles en el seno de la Iglesia Católica.

Es considerado un hombre dialogante y moderado, amante del tango e hincha de San Lorenzo de Almagro.

Es considerado un hombre prudente, lo cual no ha impedido que mantuviera fricciones con el actual Gobierno, en temas como el matrimonio entre personas del mismo sexo.

En 2005, tras la muerte de Juan Pablo II, el arzobispo de Buenos Aires pidió a los cardenales electores que no lo votaran.

Entonces quedó en segundo lugar, tras Benedicto XVI, con quien ahora convivirá como Papa emérito, en una situación inédita.

Arzobispo de Buenos Aires y primado de Argentina, Bergoglio ha sido en la Santa Sede miembro de la Congregación para el Culto Divino y la disciplina de los Sacramentos; de la Congregación para el Clero; de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y de las Sociedades de Vida Apostólica; del Pontificio Consejo para la Familia y la Pontificia Comisión para América Latina.

Bergoglio, hijo de un inmigrante italiano y trabajador ferroviario procedente de Turín, nació en Buenos Aires el 17 de diciembre de 1936 y tiene cuatro hermanos y hermanas.

Su primera vocación fue estudiar de técnico químico en la Universidad Nacional de Buenos Aires pero el 11 de marzo de 1958 ingresó a la Compañía de Jesús impulsado por su vocación para el sacerdocio.

Realizó estudios humanísticos en Chile en 1963 y de regreso a la Argentina completó un profesorado de literatura y psicología en el Colegio de la Inmaculada de Santa Fe, sumándose posteriormente como profesor del colegio de la Universidad de El Salvador de Buenos aires.

Su compromiso con la Orden de los Jesuitas se fortaleció entre 1967 y 1970 cuando estudió teología en el Colegio San José, ubicado en San Miguel.

Finalmente, el 13 de diciembre de 1969 fue ordenado sacerdote y se trasladó a la ciudad española de Alcalá de Henares, donde el 22 de abril de 1973 hizo su "compromiso perpetuo" con la orden de San Ignacio de Loyola.

En plena dictadura militar argentina, entre 1973 y 1979, fue enviado a Alemania, de donde pasó a la iglesia de la Compañía de Jesús de Córdoba.

En marzo de 1986 completó en Alemania su tesis doctoral y sus superiores posteriormente lo trasladaron a la Iglesia de la Compañía en la ciudad de Córdoba, centro de Argentina, donde fue director espiritual y confesor.

Juan Pablo II lo designó Arzobispo titular y Auxiliar de Buenos Aires el 20 de mayo de 1992 y el 27 de junio de ese año recibió en la Catedral de Buenos Aires la orden episcopal de manos del cardenal Antonio Quarracino.

Bergoglio fue nominado arzobispo de Buenos Aires el 28 de febrero de 1998 como sucesor del fallecido cardenal Quarracino.

El nuevo Papa fue relator general de la Décima Asamblea General Ordinaria del Sínodo de Obispos de octubre de 2001.

Entre noviembre de 2005 a noviembre de 2011 fue presidente de la Conferencia Episcopal Argentina.

La frialdad que marcó el tono de sus relaciones con el kirchnerismo se transformó en enfrentamiento abierto en temas como la crisis por las diferencias entre el gobierno y las entidades agropecuarias, la aprobación de la ley que reconoce el matrimonio homosexual y la polémica sobre el aborto.

En 2008, durante el conflicto con el campo, Bergoglio llegó a pedir a Cristina Fernández un "gesto de grandeza", denunció "homogeneización" del pensamiento y "crispación social".

Por la ley del matrimonio igualitario, Bergoglio movilizó a los sacerdotes en defensa de la "unidad familiar" y convocó vigilias frente al Congreso.

Conocido por su sencillez, Bergoglio vivía solo, en un departamento, en el segundo piso del edificio de la Curia, al lado de la Catedral de Buenos Aires.

Medios locales recuerdan hoy cómo desde la ventana de su departamento fue testigo de la violencia que se vivió en la Plaza de Mayo durante la crisis de diciembre de 2001.

Indignado, llamó al ministro del Interior para pedirle que diera instrucciones para que la policía no reprimiera a los manifestantes y se los diferenciara de las personas que estaban provocando disturbios.

En 2004, tras la tragedia de la discoteca Cromañón recorrió los hospitales porteños para acompañar a los familiares de las víctimas.

Poco amigo de las apariciones en los medios, Bergoglio ha tratado de mantener un bajo perfil público, acostumbra a viajar en transporte público e incluso acude a confesar a la Catedral.

De hecho, fue de los pocos cardenales que cuando llegó a Roma para la elección del Papa no se subió a vehículos oficiales.

Aunque goza de buena salud, sufre problemas respiratorios tras la pérdida de un pulmón en una intervención quirúrgica.

Preocupado por la educación, una de sus prioridades ha sido dedicar los esfuerzos de la iglesia argentina a los centros educativos y no solo a los concertados católicos.

El nuevo Papa es un amante de los autores clásicos, disfruta del tango y no oculta su pasión por el fútbol, en especial por el San Lorenzo de Almagro, hasta el punto de que tiene una camiseta firmada por los jugadores.