Crítica: "Antes" es un drama juvenil muy bien filmado por el director Daniel Gimelberg

La rara sensación de abandono

Daniel Gimelberg ilustra muy bien el estado de insatisfacción de Nacho, magníficamente actuado por Nahuel Viale. La música de Luis Alberto Spinetta y Fito Páez, son otros aciertos de esta historia.

"Antes". Argentina, 2010. Dirección y guión: Daniel Gimelberg. Fotografía: Diego Poleri. Música: Luis Alberto Spinetta y Fito Páez. Actores: Nahuel Viale, Nahuel Pérez Biscayart, Carlos Portaluppi, Romina Ricci, Martín Piroyansky, Alejandra Flechner, Verónica Llinás y Guadalupe Docampo. Presenta: Daniel Gimelberg. Duración: 94 minutos. Calificación: Para mayores de 13 años.

De Daniel Gimelberg se vio hace varios años "Hotel room", que había filmado en codirección con el español Cesc Gay.

En "Antes", Gimelberg, hace coincidir una serie de elementos que vuelven atractiva la historia presentada.
El filme es un drama típico, que afecta a muchos jóvenes, ante la falta de referencias, el desengaño y las mentiras de los mayores, que en este caso conducen al protagonista Nacho (Nahuel Viale), a un callejón sin salida.

La historia de Nacho cuenta un "antes" y un "después" y en algunos aspectos tiene que ver con una extraña sensación de abandono, que va poblando su existencia hasta hacerle perder el rumbo de su vida.
Nacho, veinteañero, vive con su padres en una buena casa con pileta en el Gran Buenos Aires. Tiene un amigo íntimo, Tomás (Nahuel Pérez Biscayart), de cuya madre Valeria (Alejandra Flechner), estuvo enamorado en su adolescencia.

EL OTRO AMIGO

Nacho y Tomás tienen otro amigo, Matías (Martín Piroyansky), al que se suma Ana (Guadalupe Docampo), la novia de Nacho.

En la primera parte de la película todo parece desarrollarse normalmente. Los chicos se reúnen alrededor de la pileta en la casa de Nacho, toman sol, mientras los mayores charlan. Pero poco después, cuando Nacho se entera de que Tomás (Nahuel Pérez Biscayart) se muda con su madre a otro lugar, una extraña sensación de desasosiego lo comienza a invadir.

Ese sentimiento se acentúa aún más cuando surge la posible separación de sus padres, sumado a una deuda que no logra cobrar y lo obliga a la búsqueda de trabajo en el taller mecánico de un viejo conocido.

La soledad, el consumo de cocaína, un asalto en la calle, acentúan una extraña sensación que invade la vida Nacho, quien ingresa en una angustia existencial, que lo obliga a buscar consuelo en su novia Ana.

Daniel Gimelberg ilustra muy bien el estado de insatisfacción de Nacho, magníficamente actuado por Nahuel Viale. La música de Luis Alberto Spinetta y Fito Páez, son otros aciertos de esta historia.

Calificación: Buena