Cristina saludó a la militancia en el Congreso y hasta bailó

Luego de tres horas y cuarenta minutos de discurso, la Jefa del Estado, acompañada por el presidente de la Cámara Baja, Julián Domínguez, como escudero, bajó la escalinata principal del Palacio Legislativo y se acercó a las vallas a saludar, incluso se paró sobre el soporte inferior para estrechar, recibir besos y dar abrazos.

Se subió al vallado de seguridad para repartir besos y saludos, firmó banderas y hasta se bajó del auto para bailar al son de bombos y de bronces, y de esa manera la presidenta Cristina Fernández se despidió de los militantes que se acercaron a la Plaza de los Dos Congresos para participar del acto de apertura del 131 período de sesiones ordinarias del Parlamento.

Luego de tres horas y cuarenta minutos de discurso, la Jefa del Estado, acompañada por el presidente de la Cámara Baja, Julián Domínguez, como escudero, bajó la escalinata principal del Palacio Legislativo y se acercó a las vallas a saludar, incluso se paró sobre el soporte inferior para estrechar, recibir besos y dar abrazos.

Caminó por la avenida Entre Ríos hasta que se convierte en Callao, donde subió al auto presidencial pero siguió con la ventanilla baja para seguir saludando a sus seguidores, protegida por una numerosa custodia que separaba a curiosos y periodistas a veces de no muy buenos modos.

Allí, el Regimiento de Granaderos a Caballo le hacía una guardia de honor, mientras la Fanfarria Alto Perú hacía sonar la melodía "Avanti Morocha", la canción de Iván Noble que ya es un símbolo de la mandataria (tanto es así que por los altoparlantes ubicados en las puertas del Congreso el mismo tema sonó pero en su versión original para anunciar el fin del acto).

Pero en Callao al 200, la Presidenta bajó del auto y bailó al son de bombos y de un grupo de trompetas, trombones y tubas, que en una especie de serenata al revés tocaba desde el balcón de la sede nacional del Movimiento de Unidad Popular (MUP) para ella.

Desde temprano, a lo largo del vallado instalado sobre Avenida de Mayo, podían verse banderas de organizaciones K como La Cámpora, La Güemes, Unidos y Organizados, Nuevo Encuentro, Kolina, entre otras, mientras la militancia, en su mayoría jóvenes que vestían remeras de sus respectivas organizaciones, se iba congregando en la Plaza de los Dos Congresos.

Los intendentes del conurbano hicieron notar su aporte, había banderas y pancartas de distintos municipios, y hasta globos gigantes con leyendas como "Gutiérrez para Quilmes, Cristina para el país"; "Cristina, Ezeiza, Granados", "La Matanza, Espinoza", así como de organizaciones sindicales: "SOMU, Omar Suárez conducción"; "Unión Obrera Metalúrgica"; "Frente Aduanero" y de la CNCT, "Corriente Nacional de Cooperativas de Trabajo" y de "Desafío Bicentenario".

Tampoco, faltaron grupos encolumnas detrás de banderas de Berazategui, el Movimiento Evita, Descamisados, Partido Comunista Congreso Extraordinario, MILES, entre otros, que siguieron las palabras de la presidenta de la plaza a través de dos pantallas gigantes y dos columnas de sonido.

Entre los distintos grupos políticos, también, pudo verse muñecos de gran tamaño de la mandataria y de su difunto esposo, el ex presidente Néstor Kirchner, así como banderas y carteles con las imágenes de ambos (alguno sumaba la imagen de Rozas, San Martín y Perón), no faltaron los papelitos celestes, blancos y metalizados lanzados por máquinas especiales instaladas en la explanada del Palacio Legislativo.

La atracción de turistas y transeúntes fue Fanfarria Alto Perú, que al arribar por la mañana a las inmediaciones del Congreso Nacional, por los caballos, el colorido de la vestimenta y los instrumentos se convirtió en objetivo de cámaras fotográficas y celulares.

Pero a lo largo del discurso, los asistentes fueron buscando la sombra y algo para refrescarse, dado que los casi 28 grados, al sol se hacia pesado.